No podrás ser feliz

Nombre: No podrás ser feliz
Autor: Sophia
Artista ó personaje: Shane Filan, Nicky Byrne, Kian Egan.
Adaptación: No
Género: Drama
Advertencias:Ninguna:
Sinopsis: Cuando Shane le confesó a Sydney que se había enamorado de otra mujer y que quería el divorcio, ella sintió que su mundo se derrumbaba... "Tendrá que pagar por este dolor que siento hoy", pensó
Nota: La trama trata básicamente sobre Sydney, Shane y los otros chicos son personajes secundarios.

Capítulo 1

Shane Filan era todo para Sydney Forrest. Fueron novios desde que ella tenía 18 años y él, 22. Se casaron cuando ambos terminaron sus estudios universitarios y eran felices. "Shane es el amor de mi vida", decía Sydney a todas sus amigas. "Bueno, trabajador y me adora". A los dos años de casados nació Derek, el único hijo que tuvieron juntos.

Todo era maravilloso entre Shane y Sydney... hasta que cumplieron diez años de casados. Ella empezó a notar que su esposo se encontraba distante y que casi no tenía interés en hacer el amor. Además, empezó a dar excusas para no ir a comer los domingos a casa de los padres de Sydney. ¿Qué le pasaba? Cuando se lo preguntó, Shane le dijo:

—Exceso de trabajo, Sydney. Estoy cansado y quiero relajarme en mi casa.

—Está bien, amor. Les diré a mis padres que iremos en otra ocasión.

Shane no respondió, pero la situación de distanciamiento se fue prolongando. Sydney estaba angustiada... Sentía que algo no era igual que antes y decidió enfrentarlo.

—Shane, tú y yo nos amamos y hemos tenido una excelente comunicación. Algo ha cambiado entre nosotros y no sé qué es. Me gustaría que fueras sincero conmigo.

Se miraron en silencio.
De pronto, Shane le dijo:

—Creo que nos casamos muy jóvenes y, a veces, me siento "atrapado".

Sydney no tenía palabras para describir cómo se sintió. Su hogar perfecto, su mundo seguro y feliz, que ella creía indestructible, se venía abajo con las palabra de Shane.

—¿Qué significa eso de que te sientes "atrapado", Shane? ¿Que ya no me amas?

El rostro de Shane reflejó duda.

—Sydney, yo... Tú eres una gran mujer, la mejor del mundo, pero a veces los hombres cometemos errores... No sé qué me ha pasado, te lo juro, pero ya no siento ilusión en nuestro matrimonio.

Otro golpe más fuerte para Sydney, pero ya ella no se iba a quedar atrás. Tenía que saber todo lo que estaba pasando y, armándose de valor, le preguntó a Shane.

—¿Acaso hay otra mujer en tu vida?

—Sí... —dijo Shane bajando la cabeza.

—Ahora entiendo tus silencios, tus excusas para no salir conmigo ni ir a casa de mis padres... ¿Cómo has podido engañarme así, Shane? Si no te lo pregunto, hubiéramos en esta situación tan angustiosa.

—No, Sydney. Tarde o temprano tenía que afrontarla. Lo que pasa es que me faltaba valor. Eres una gran mujer, te lo he dicho, y me duele causarte un sufrimiento así.

—Nosotros teníamos muchos sueños juntos y formamos un hogar. Tenemos a nuestro hijo... ¿Cómo has podido fijarte en otra mujer? ¿Quién es ella? ¿Hasta dónde has llegado, Shane? ¡Dímelo!

—La conocí por casualidad, un día que fui a una tienda. Ella trabaja allí. Sentimos una atracción inexplicable. Volví a verla otro día y otro... Sydney, no quiero entrar en detalles que puedan lastimarte más.

—¿Ella sabía que eras casado?

—Se lo dije un día y se molestó.

—Pero siguió viéndote.

—Sí.

—¿Qué clase de mujer es, Shane, que sabiendo que tienes un hogar no le importó y siguió saliendo contigo?

—Sydney, no vamos a juzgar la actitud de Estela. Estamos hablando de nosotros dos.

—Sí, pero esa mujer se ha interpuesto entre nosotros, Shane. ¿Cómo quieres que no hablemos de ella, si me está quitando a mi esposo, si está destruyendo a mi familia?

—Syndey, Sydney... nadie quita nada a nadie. Si me fijé en otra mujer fue porque algo me estaba faltando en mi hogar... No, por favor, no llores, que no te estoy culpando. Todo el problema estaba en mi. que me sentía cansado de mi matrimonio, sin ilusiones.

—Pero aquí has tenido todo, Shane: amor, comprensión, amistad. He sido esposa y amante para ti. No entiendo cómo pudiste enamorarte de otra.

—Sydney, no hagas más difícil esta conversación, por favor...

Sydney empezó a llorar desconsoladamente. No podía creer lo que estaba escuchando de parte de Shane.

—¿Vas a seguir viéndola o ya no? ¿Qué esperas de la vida, de nuestro futuro juntos?

—No habrá futuro juntos, Sydney, porque quiero el divorcio —le dijo con firmeza.

—¿Qué dices, Shane? ¿Quieres el divorcio? ¿Y nuestra vida juntos? ¿Y todo lo que hemos construido? ¿Te has olvidado de nuestro hijo Derek? El niño está pequeño y te quiere mucho. Siempre te está buscando... ¿Cómo vas a irte de la casa?

—Sydney, por favor... Ya no quiero vivir aquí, entiéndelo. En cuanto a Derek, sabes que lo adoro y que voy a estar pendiente de él todo el tiempo. Seré parte de su vida.

—¿Sabes el daño que causan los padres a los hijos cuando abandonan el hogar?

—Sí, lo sé. Pero trataré de que sea el menor posible, Sydney. Asistiré a todo lo relacionado con él, para que siempre sienta la presencia de su padre.

Sydney no paraba de llorar. Shane se acercó a ella y quiso abrazarla, pero ella lo apartó bruscamente. No quería la lástima de su esposo, sino su amor.

—Shane, piénsalo —le dijo con un tono que encerraba súplica—. No nos abandones, por favor. Derek y yo te amamos y te necesitamos mucho.

—Sydney, lo siento, ya todo está dicho. Por favor, perdóname. Sé que te hago daño, pero voy a seguir con mi vida por otro camino.

Lo miró fijamente y le dijo como si fuera una sentencia:

—No podrás ser feliz, Shane.

Capítulo 2


—Hijo, por favor, recapacita. Sydney y tú ha formado una linda familia. ¿Cómo vas a destruirla? Las pasiones se desvanecen, pero el verdadero amor es el que permanece. Además, tienes a Derek. Un niño se merece vivir con sus dos padres —le dijo Peter Filan.

—Estoy enamorado de Estela, papá. ¿Quieres que sea infeliz toda mi vida? Siempre voy a estar presente en la vida de mi hijo, te lo aseguro.

Por más que le hablaron sus padres y sus hermanos, no hubo forma de que Shane desistiera de su divorcio.

Gracias a su familia, Sydney pudo mantener el control, mientras veía que su mundo se derrumbaba. Shane fue generoso en la cantidad mensual que le pasaría a ella, a pesar de que trabajaba, y a su hijo.

—Lo hace para tranquilizar su conciencia —le dijo Syndey a su madre.

—Lo que ha sucedido les ha afectado a ti y a Derek, pero también a la familia de Shane y a nosotros. Todos estamos sufriendo por esta situación. Pero tienes que aceptar lo irremediable. No te amargues por esta desilusión. Tienes a tu hijo y, en un futuro, tal vez puedas rehacer tu vida.

"Shane tendrá que pagar por este dolor que siento hoy", pensó Sydney. y después se lo comentó a su madre.

—Sydney, reacciona. El despecho es un mal consejero. El enojo y la frustración que sientes pueden hacerte cometer muchos errores —le dijo su madre.

—Es que no es justo, mamá, que Shane haya destruido nuestro hogar de esa manera y vaya a ser feliz con otra mujer.

—Totalmente feliz no lo será durante un tiempo, pues él también está cambiando su vida. Sabe que ha dejado mucho dolor detrás de si. Sus padres, que te quieren muchísimo, están destruidos. Les cuesta aceptar la decisión de Shane.

—Lo sé, mamá, pero con el tiempo, eso cambiará. Ellos me apoyan hoy, pero Shane es su hijo y no van a perderlo. Si se casa con otra, tendrán que aceptarla en sus vidas. Es lo lógico. Lo mismo pasará con nuestras amistades. Shane y yo formábamos parte de un grupo de matrimonios. Hoy yo estoy sola, ¿crees que podré seguir saliendo con ellos? No, mamá. Por eso me duele tanto el abandono de Shane, porque destruyó todo lo que teníamos en común.

Mina Forrest abrazó a su hija.

—Me duele tanto ver tu dolor, hija. Como madre sufro ante el fracaso de tu matrimonio, pero no podemos dejar que esto acabe con nosotros. Hay que salir adelante y tú siempre debes mostrarte con la frente en alto ante los demás.

—Cuando pienso en las veces que yo comentaba que Shane me adoraba... ¡Qué vergüenza! ¿Cómo podré dar la cara ahora que todos saben que él me dejó por otra?

—No tienes que dar explicaciones, Sydney. Lo que ha sucedido es entre ustedes.

—Sí, mamá, pero más de una amiga me puede hacer un comentario.

—Limítate a aceptar que Shane en un tiempo fue un buen esposo, pero que las circunstancias de la vida lo hicieron cambiar.

—No sé si algún día podré perdonarlo, mamá. Es demasiado duro lo que me ha hecho. Y si puedo hacer algo para evitar que sea feliz, lo haré.

—El deseo de venganza es malo, Sydney. Ten dignidad, hija. Si un hombre ya no quiere seguir a tu lado, debes dejarlo ir. Si te empeñas en hacerle la vida difícil, la única perjudicada serás tú. Tienes a Derek, piensa en él y ayúdalo en estos momentos, pues para tu hijo será difícil no ver a su papá en la casa.

—Lo único bueno es que Shane viaja bastante por su trabajo. Derek está acostumbrado a que su papá no esté todos los días en la casa.

—Pero sabe que otros días si está. Piensa en tu hijo ante todo. Tiene 8 años.

—Por eso siento más ira por Shane, porque solo pensó en él y no en su hijo.

—No vivas en función de Shane, Sydney. Aprende a vivir sin él y todo será mejor para ti.

—Eso es fácil decirlo, mamá, pero no puedo.

Mina no insistió. "Espero que se le quite el rencor que siente hacia Shane", pensó.

Cuando le contó a su esposo lo que habló con Sydney, este le dijo:

—Hay que darle tiempo, Mina. Todos debemos apoyarla en estos momentos.

Capítulo 3

Sydney se encontró con Michelle Danvers en el colegio al que iba Derek. Había ido a dejar a su hijo y Michelle trabajaba en la oficina. al verla le dijo:

—Syd, ¿cómo has estado? No te llamé antes porque pensé que necesitabas estar sola para adaptarte a tu nueva situación. Debe haber sido muy duro para ti.

—Gracias, Michelle. Estoy bien —le dijo con cierta sequedad—. Pero no estuve sola. Mis verdaderas amigas me acompañaron y me dieron mucho ánimo.

—Bueno, lo siento mucho. No quería que pensaras que me acercaba a ti con la intención de averiguar lo que había pasado... Supe que Shane se casó la semana pasada.

Sydney sintió como si le dieran un golpe en el rostro. Shane no se lo había dicho ni le había pedido que Derek estuviera presente. Pero intentó disimular lo que sentía y dijo:

—Shane es un hombre libre, Michelle.

—Me parece mentira. Ustedes parecían tan felices... Pero no todo lo que brilla es oro.

—Así es. Ahora te dejo. No quiero seguir hablando de Shane. Nosotros nos divorciamos y él es parte de mi pasado.

Sydney se subió al auto. Las lágrimas bañaron su rostro.

—¡Qué ilusa fui! Aunque ya estábamos divorciados, en el fondo tenía la esperanza de que Shane recapacitara y regresara a mi lado. Pero no. Ahora todo se terminó. Ya se casó con la otra mujer.

El amor que un día Sydney sintió por Shane se transformó en una ira incontenible. Al pensar que él estaba feliz con su nueva esposa, mientras ella había perdido lo que había construido en su matrimonio, no podía contener el deseo de que él también sufriera.

—Ya sé lo que haré —dijo en voz baja—. Voy a desquitarme de Shane en lo que a él le puede doler: Derek. No voy a compartir con él lo único que me ha quedado: el amor sincero de mi hijo.

Desde que Shane se había marchado de la casa, llegaba a buscar a Derek todos los sábados para llevarlo a jugar fútbol. Cuando regresaba, Sydney siempre le preguntaba al niño con quién iba, si había conocido a Estela, qué hacía su padre...
Ese día, cuando Sydney vio a Derek, lo abrazó y se echó a llorar.

—¿Por qué lloras, mamita?

—Porque estoy muy triste, Derek. Tu papá ya no me quiere y no va a volver a vivir en esta casa.

El niño, conmovido, la abrazó.

—Yo si te quiero y me tienes a mi.

Desde ese momento, Sydney empezó con sutileza a alejar a Derek de su padre. El trabajo de Shane le facilitó un poco sus planes, pues él viajaba con frecuencia. Cuando Shane lo llamaba por las noches, a veces ella se lo negaba diciéndole que el niño ya estaba dormido, que se estaba bañando...
Todo lo decía con amabilidad, por lo que Shane jamás sospechó las verdaderas intenciones de Sydney.
"No quiero que Derek se acostumbre a contar con su padre", se justificaba, "pues cuando él tenga otros hijos lo va a relegar a un segundo plano".

Además de la venganza, a Sydney la movía otro sentimiento: el miedo de que Derek disfrutara junto a su padre y prefiriera vivir con él en el futuro.
"¿Me abandonará también Derek? No podría soportarlo. Además, me cuesta pensar que mi hijo comparta parte de su tiempo con la mujer que destruyó mi matrimonio".

Un día, Shane le dijo a Sydney que necesitaban hablar:

—Voy a ir de vacaciones y quisiera llevar a Derek, Sydney. Será solo una semana.

Sydney palideció ante la propuesta, pero trató de controlarse y le dijo:

—El niño ha sufrido bastante con nuestro divorcio, Shane. La consejera de su colegio me dijo que él necesita estabilidad. Creo que debamos dar tiempo al tiempo. Todavía es muy pronto para que comparta contigo y... con tu esposa. Es mejor que salga contigo los sábados a los partidos de fútbol.

Shane se quedó pensativo.

—Tienes razón. Ya Derek conoce a Estela, pero no ha compartido mucho con ella. ¿Sabes? A veces lo noto distante conmigo, callado, pensativo... No te imaginas lo que me duele que él se sienta así.

—Dale tiempo, Shane. Lo sucedido ha sido duro para el niño.

Shane no insistió y Sydney sintió satisfacción. "No podrás ser feliz, Shane, pues te dolerá la frialdad de tu hijo", pensó.

Una semana después, Samantha, la hermana de Sydney, fue a verla y le dijo:

—Hoy me encontré con Shane. Me contó lo que le dijiste que era mejor que Derek no fuera de vacaciones  con él. ¿Se lo preguntaste a tu hijo?

—No, por supuesto que no, Samantha. Todo lo que hago es para protegerlo.

—¿Estás segura, hermana? Me he dado cuenta de que siempre hablas ante Derek como si fueras la víctima de Shane. ¿Sabes? Manipular a un hijo en el divorcio es un arma que puede utilizar una persona para castigar a su ex pareja por haberla abandonado... sin pensar en el daño que les hace a todos.

—No estoy manipulando a Derek, Sam. Es mi hijo y quiero su bienestar. El ha resentido mucho el abandono de Shane.

—Ten cuidado. Puedes estar ejerciendo en Derek un maltrato emocional "disfrazado" para crearle conflictos a Shane... Me gustaría que conversaras con mi amiga Alice Reid. Ella y su ex tienen tienen dos hijos. Tal vez puedan compartir experiencias. Te ayudaría.

—Cuando esté preparada, la llamaré.

Capítulo 4

Conoció a Nicky Byrne en una reunión, un año después de que se divorció de Shane. Sydney pensó que era un hombre muy atento, educado, atractivo...
Los dos conversaron de sus vidas.

—Soy divorciada y tengo un hijo.

—Yo estuve a punto de casarme. Mi novia y yo vivimos juntos cinco años, pero al final, no funcionó y terminamos.

Antes de despedirse, Nicky le dijo:

—Me gustaría estar en contacto contigo, Sydney. ¿Me das tu número de teléfono?

—Si, pero no salgo mucho. Estoy dedicada a m i hijo.

—Bueno, tal vez el próximo sábado.

—No te lo puedo prometer, porque no sé los planes que tenga con mi hijo, pero si quieres, llámame.

El tiempo pasó... De vez en cuando, Sydney aceptaba salir con Nicky y dejaba al niño con sus padres, pero otras veces se negaba.

—Sydney, tú sabes que me gustas mucho. Ya no somos niños y quisiera tener una relación más estable contigo, pero siento que estamos como en un "estira y encoje"

—Nicky, no voy a negarte que me gustas y que a tu lado me siento muy bien, pero tengo un hijo y me debo a él.

—No lo entiendo, Sydney. ¿No puedes dejar un día al niño con tu ex esposo? De esa manea podríamos salir los dos.

—No, Nicky. No quiero que él vaya a dormir a la casa de su padre y conviva con esa mujer... Ella destruyó nuestro matrimonio y podría ser una mala influencia en la vida de mi hijo.

—¿La custodia del niño no es compartida? En el divorcio tiene que estar estipulado. Es raro que tu ex esposo no haya exigido pasar más tiempo con el niño.

—Él lo ha querido, pero lo he convencido de que no es el momento adecuado.

—¿Por qué? Para Derek sería bueno compartir con los dos. Ambos son sus padres... Él crecerá más seguro emocionalmente sabiendo que lo aman los dos.

Sydney se puso seria y guardó silencio.

—Sydney, sé que el rompimiento de un matrimonio es una experiencia muy estresante para los hijos, y puede tener consecuencias de tipo emocional.

—Derek no las sufrirá, pues cuenta con mi amor incondicional. Quien le falló fue su padre, no yo. El niño a veces se muestra distante con Shane.

—Sydney, ojalá no hagas que tome partido a favor tuyo y en contra de su padre.

—Nicky, te voy a agradecer que no te inmiscuyas en los asuntos de mi hijo.

Nicky la miró con seriedad.

—Tu obsesión por lastimar a tu ex esposo es tan fuerte, que te ha impedido rehacer tu vida. Adiós, Sydney. Me cansé de esperar...

Nicky se marchó y Sydney se quedó confundida. ¿Estaría actuando bien? ¿Por qué no dejaba atrás su pasado? Al lado de Nicky podía emprender una nueva vida...

—No estoy preparada para ser feliz con otro hombre —susurró.

Dos meses después, Sydney estaba preocupada por Derek. El niño se encerraba en su cuarto, no hablaba mucho y reaccionaba con ira. Del colegio la llamaron para decirle que tenía un bajo rendimiento escolar.

—¿Quieres que llame a mi amiga Alice? Ella ha sabido manejar bien la situación de su divorcio —le dijo Samantha.

Sydney aceptó. Cuando llegó a la casa de Alice, esta la recibió con mucho cariño.

—Supe de tu divorcio por Samantha. Ella me contó todo por lo que pasaste y también sobre tu actitud. Mira, Sydney, al principio, todos pasamos por el despecho, esa reacción emocional que implica pérdida, cambio de vida, dolor y ego herido.

—¡Ha sido difícil olvidar a Shane!

—Claro, fue tan buen esposo, que no te has podido desprender de la vida que llevaste a su lado; pero eso ya pasó. No puedes vivir aferrada a ese pasado, cuando él ya rehizo su vida. Tienes que pensar en ti, tratar de darte un espacio para que tu hijo pueda tener su propio espacio contigo y con su padre. Uno tiene que dejar a un lado el dolor de mujer y pensar en el de sus hijos. Samantha cree que manipulas a Derek en contra de su padre y ya estás viendo las consecuencias. Tu hijo se debate en un mar de confusiones: por un lado, su padre es el malo de la película que los abandonó e hizo sufrir a su madre: por el otro, cuando sale con él, es un buen papá. En él puede haber sentimientos de culpa, pues los ama a los dos, pero teme que, si disfruta al lado de su papá, tú sientas que ha tomado partido en contra tuya. Tienes que cambiar, Sydney, si quieres que tu hijo no caiga en depresión.

Por primera vez Sydney se dio cuenta del daño que le había hecho a Derek.

—Una cosa es que sientas tristeza por el fracaso de tu matrimonio y otra muy distinta que hagas un drama permanente.

—¿Qué puedo hacer, Alice?

—Habla con Derek y empieza a decirle que los problemas de la pareja eran de ustedes, pero que su padre lo ama. Pregúntale si quisiera quedarse una noche con él.

—Eso es muy duro, Alice. Está la nueva esposa de Shane.

—Tienes que aceptar que él se casó con ella, Sydney. Piensa en tu hijo y deja atrás el rencor. Cuando salgan, evita preguntarle por la esposa de su padre. ¿Por qué no decides perdonar a Shane? La venganza solamente deja amargura.

Sydney se quedó en silencio. Después dijo:

—Pensaré en todo lo que me has dicho.

Cuando horas después vio a Derek a la salida del colegio, le dijo:

—¿Sabes, hijo? La separación entre tu papá y yo fue un problema de nosotros, no tuyo. Tu papá te quiere mucho y he pensado que deben pasar más tiempo juntos. ¿Te gustaría quedarte una noche a dormir en su casa?

—Me gustaría, mamá, pero si acepto, ¿te sentirás triste?

—No, hijo. Voy a estar feliz sabiendo que estás con tu papá. Me dijo que le haces falta.

La mirada de Derek se iluminó.

—Entonces, ¿puedo quedarme el sábado en su casa, mamá?

—Si, hijo. Hoy se lo diré a tu papá.

Capítulo 5

Un año después, Sydney era otra mujer. Todavía había dolor en ella, pero se había liberado de rencor y, sobre todo, su hijo Derek había vuelto a ser un niño feliz.

Un día se encontró con Nicky.

—¿Cómo estás, Sydney?

—Bien, Nicky, ¿y tú?

—Bien, estoy comprometido. Me caso el mes próximo.

—Me alegro por ti, Nicky.

—Fue una lástima que lo nuestro no pudo ser, Sydney —le dijo mirándola fijamente.

—Lo sé. Pero no estaba preparada para emprender un nuevo camino. Necesitaba tiempo para asimilar lo sucedido. Ahora todo ha cambiado. La relación entre Shane y yo es muy buena. Hemos aprendido a ser, simplemente, los padres de Derek.

—Me alegro por ti, Sydney. Espero que seas feliz y que un día rehagas tu vida.

—Gracias. Adiós, Nicky.

"Ojalá pueda empezar de nuevo! Conocí a Kian Egan y me gusta mucho", pensó Sydney. "Hoy me invitó a cenar".

Horas más tarde, Sydney se arregló con esmero. Era sábado y Derek iba a quedarse a dormir en casa de su padre.

—Te ves bellísima, Sydney.

—Gracias, Kian.

Conversaron muchísimo. Cuando él la llevó a su casa, la besó y le dijo:

—Los dos somos divorciados, Sydney, y tenemos hijos. Sabemos lo que es amar y sufrir, y merecemos tener una segunda oportunidad para ser felices. Me gustaría empezar una relación contigo. ¿Aceptas?

—Si. Estoy abierta a amar de nuevo.