Cell Mates become Soul Mates

Nombre: Cell Mates become Soul Mates
Autora: ●•°••★Mabel●•°••★
Artista ó personaje: Shnicky
Adaptación: No
Género: Romance/gay
Capítulos: ¿?
Advertencias: Sexo detallado
Resumen:  Un hombre casado y heterosexual encuentra el amor en la cárcel.

Capítulo 1

"Diez años... diez putos años".

No podía creer las palabras que resonaban en mi cerebro al recordar la sentencia que me habían impuesto por mi participación en el atraco a mano armada. Lo único que había hecho era darles unos códigos de entrada a cambio de 3.000 euros. Lo que no había previsto era que, cuando los atraparan, me nombrarían no sólo como cómplice, sino como el cerebro de toda la idea.

El juez decidió creer su historia y, antes de que me diera cuenta, me condenó a una dura pena. Lo único que me salvó de una condena de veinte años fue el hecho de no haber participado en el robo. Lo que empeoró las cosas fue que, en lugar de una prisión de baja seguridad, me habían enviado a la tristemente célebre prisión de alta seguridad de Groyne, donde se enviaba a algunos de los presos más violentos del país. Un lugar donde la única regla era el miedo.

Sentado en la litera de abajo, apoyé la cabeza entre las manos y quise llorar cuando la puerta se llenó con un hombre rubio. El hombre era casi de mi edad, no parecía un peligroso criminal como los demás reos que había visto, se veía como de esos delincuentes de cuello blanco.

"Me llamo Nicky Byrne y ya puedes dejar de lloriquear, no tolero a los llorones en mi celda".

No pude evitar erizarme ante su brusquedad y, decidido a no dejarme avasallar, repliqué: "No estaba llorando y es nuestra celda, no la suya".

Nunca había visto a un hombre moverse tan deprisa cuando me sacó de mi posición sentada y me inmovilizó contra la pared sujetándome por el cuello. "Es mi celda porque yo digo que es mi puta celda. Tú existes porque yo lo permito. Si decido que te pongas de rodillas y me chupes la polla, lo harás. Si decido que te agaches y te use como a una puta, morderás la almohada".

Había temido todo el asunto del sexo gay que había oído sobre las prisiones y por un momento me pregunté si este hombre iba a violarme. Era un hombre de estatura regular, pero no débil. Pero tenía mucha fuerza en sus brazos, y yo era como un niño pequeño. Si él decidía que me iba a coger, yo no sería capaz de detenerle. Fue en ese momento cuando me arrepentí de mi aguda réplica, pero por suerte para mí se limitó a ponerme en pie y me miró.

"Esa fue tu única advertencia. Conoce tu lugar en esta prisión. Entiende que sólo puedes elegir entre dos posiciones, o te follan o eres un cabrón... eso se aplica a todo".

Podía sentirme temblar por dentro, pero tratando de mantenerme valiente respondí: "Gracias y mis disculpas por mi rudeza. No creo que me encuentre en ninguna de las dos situaciones, ya que no soy gay. Nunca he mirado a otro hombre de esa manera y creo que nunca lo haré".

Se echó a reír mientras se quitaba la camisa y mostraba su torso, tenía un tatuaje en su pecho. Su espalda estaba adornada con la más magnífica representación de un velero a la antigua usanza a toda vela con sus cañones disparando, era en sí misma una obra de arte. Luego, de espaldas a mí, se quitó los pantalones y los calzoncillos, quedando desnudo. Cuando se dio la vuelta, casi solté un grito de asombro al ver la enorme y carnosa polla y los pesados huevos que le colgaban. Por último, se quitó los tenis antes de subir a la litera de arriba.

"Todos dicen eso cuando vienen aquí por primera vez, pero cambian... todos cambian".

Me mordí una réplica que brotó de mis labios. Tenía mujer y dos hijos y no era gay en absoluto. No tenía nada en contra de los homosexuales, de hecho algunos de mis amigos lo eran; pero era algo que nunca me había interesado realmente. Tumbado en la litera, intenté pensar en mi mujer y en su cuerpo desnudo, pero no dejaba de venirme a la cabeza la visión del enorme miembro de Nicky.

Capítulo 2

Durante las semanas siguientes, la gente parecía tratarme con cierta cautela. No es que nadie me evitara, pero si me sentaba en la cafetería, otros reclusos no me hablaban ni me miraban a los ojos. Al final le pregunté a uno de los presos qué demonios estaba pasando. Se me quedó mirando y luego se rió: "Compartes con Nicky Byrne y no tocas lo que el gran Nicky ha reclamado". Bueno, no lo haces si quieres quedarte de una pieza".

Fui a protestar pero decidí mantener mi propio consejo por un tiempo, no es que quisiera tener nada que ver con Nicky, simplemente ansiaba una vida tranquila.


Una semana más tarde fui al bloque de duchas, que estaba dispuesto en forma de L, con el vigilante de pie en la parte superior observándonos. Todas las duchas estaban ocupadas en el extremo más cercano, así que bajé hasta encontrar las de la esquina, sorprendentemente vacías. Decidí aprovechar la libertad y abrí la ducha al máximo para que el agua caliente cayera en cascada sobre mi cuerpo.

"Así que pez, se dice que tienes un culo virgen, es hora de cambiar eso".

Miré a los dos hombres corpulentos que avanzaban hacia mí en la ducha. Eran peludos por todas partes con tatuajes en sus gruesos brazos y sabía que no tenía ninguna posibilidad de resistirme a sus avances. Uno de ellos se estaba tocando la polla con la mano mientras el otro se acercaba a mí.

"¿Cuántas pollas has chupado desde que estás aquí?".

"Ninguna", balbuceé como respuesta.

"Bueno, vas a empezar con un par y no te preocupes por gritar, porque mientras uno de nosotros te folla, el otro tendrá su polla en tu boca", dijo el tipo que ahora lucía una erección muy completa.

"No gritará tanto como ustedes dos cuando haya terminado con ustedes", dijo Nicky, que había aparecido casi por arte de magia a través del vapor.

"Lo siento Nicky, no me di cuenta de que era tuyo", dijo uno de ellos con su erección disminuyendo.

"No lo es", dijo Nicky, "pero no quiero que esté sollozando toda la puta noche después de que los dos animales lo hayan usado".

Los dos hombres fueron a pasar junto a Nicky, pero sus manos se movieron a la velocidad del rayo para sujetar sus pelotas, un juego en cada mano.

"Si alguien lo toca sin mi permiso les daré de comer las pelotas de cada uno, ¿entendido?" dijo Nicky con un gruñido amenazador.

Los dos hombres asintieron y chillaron antes de respirar aliviados cuando los soltó. Cuando salieron corriendo, Nicky dio un paso adelante y me dio un puñetazo en la cabeza, no muy fuerte, pero lo suficiente para que me sonara la cabeza por un momento.

"¿Por qué mierda diste la vuelta a la esquina, no sabes nada?", dijo con dureza. Luego pasó a explicar que en las duchas se mantenían relaciones ocasionales a la vuelta de la esquina, en el bloque de duchas, y que cualquiera que fuera o fuera arrastrado hasta allí era presa fácil.

Capítulo 3

El tiempo pasó bastante tranquilo y, aunque Nicky nunca se me insinuó, estaba más que encantado de desnudarse y exhibir su gran polla. Yo intentaba ser discreto cuando me desnudaba, pero sabía que me miraba porque oía su aguda respiración cuando veía mi culo o mi polla desnudos.

Por la noche me tumbaba en la litera y su cama crujía mientras se masturbaba. En el lado opuesto de la minúscula celda había un pequeño escritorio y sobre él un espejo que normalmente después de apagar las luces no mostraba nada. Aquella noche había luna llena y, aunque no podía ver con claridad, la luz de la luna iluminaba lo suficiente como para que pudiera distinguir cómo se masturbaba con el puño. Pude ver lo suficiente, vi como movía la mano arriba y abajo, colocó una mano encima de la otra y trabajó su polla más deprisa.

Sentí que se me movían los calzoncillos y, a pesar de la vergüenza, me los bajé y saqué mi propia polla, que para mi sorpresa estaba dura como una piedra. Con los ojos clavados en el reflejo y escuchando el crujido de los muelles de la cama, sincronicé mis movimientos con los de Nicky. Mientras él gruñía de orgasmo, vi cómo un chorro salía disparado y caía al suelo con un chapoteo. Me mordí el labio con fuerza para no gritar mientras mi propio orgasmo me desgarraba.

Controlando mi respiración, intenté asimilar lo que acababa de ocurrir. Me había excitado escuchando y viendo masturbarse a otro hombre, ¿me estaba volviendo gay? Justo cuando empezaba a quedarme dormido, oí a Nicky susurrar: "Espero que te haya gustado el espectáculo, dímelo si quieres verlo con las luces encendidas".

Me desperté de golpe y mi cabeza se llenó de posibilidades. Sólo me dormí cuando oí la respiración rítmica de Nicky, que indicaba que se había quedado dormido.

Capítulo 4

Durante la semana siguiente no se dijo nada y, aunque Nicky se masturbaba todas las noches, yo me ponía de espaldas a la pared. No parecía disuadirle, ya que la cama crujía indicando su clímax.

Una noche entré en la celda después de pasar un rato en la cocina, donde estaba aprendiendo a cocinar, y me encontré a Nicky sentado en mi litera.

"Está bien tener pensamientos, muchos hombres los tienen".

"Estoy casado", dije en señal de protesta, y Nicky se limitó a entregarme un gran sobre marrón con el nombre de un abogado en el reverso. Supe enseguida lo que era y lo tiré sobre el pequeño escritorio como si estuviera ardiendo.

"Ignorarlo no lo cambiará", dijo Nicky y volvió a entregarme el sobre.

Leí el contenido a toda velocidad y, como sospechaba, mi mujer quería el divorcio. En cuanto a los bienes, lo que el tribunal nos había dejado ella lo reclamaba y afirmaba que ni ella ni los niños vendrían a verme mientras yo estuviera en la cárcel. Mi vida se derrumbó literalmente por dentro y, a pesar de que a Nicky no le gusta llorar, me desplomé a su lado y rompí a llorar.

Parecía lo más natural del mundo que Nicky me rodeara con su brazo y me estrechara contra su pecho murmurando palabras de simpatía. Cuando dejé de llorar y empecé a recomponerme, Nicky me dijo en voz baja pero con firmeza: "Levántate y apóyate en mi litera".

Mientras me apoyaba en la litera de arriba, oí a Nicky decir suavemente: "Piensa en tu mujer", y luego hizo una pausa antes de considerar sus palabras: "O en lo que quieras que te excite".

Sentí que Nicky me bajaba los pantalones y los calzoncillos hasta los tobillos antes de acariciarme suavemente la polla. Luego me la metió en su cálida boca y la acarició con la lengua mientras yo empezaba a endurecerme. Sin ninguna razón consciente, la imagen que se me había venido a la cabeza era la de Nicky metiéndose su poderosa polla en la boca y yo sabía que eso me la estaba poniendo dura.

Mi mujer nunca me había chupado la polla como lo estaba haciendo Nicky en ese momento, de hecho rara vez me la chupaba. Para Nicky lo único que parecía importar era darme placer. Su cabeza se movía hacia delante y hacia atrás mientras variaba el ritmo y la succión, haciendo que se me rizaran los dedos de los pies mientras movía la cabeza más deprisa. Me acariciaba los huevos con una mano y supe que era demasiado y que no aguantaría mucho más.

"Me voy a correr", me las arreglé para gritar, pero eso no disuadió a Nicky, sino que puso su mano libre en mi culo y me atrajo hacia su boca mientras yo empezaba a entrar en erupción. No paró de chupar mientras eyaculaba en su boca, y tuvo que llevarme las dos manos a las caderas para evitar que me cayera, mientras me sacaba hasta la última gota de semen de los huevos.

No dijo nada, pero tiró de mí hacia la litera y me envolvió en sus fuertes brazos. Me sentí más seguro y satisfecho que en semanas, me acurruqué en su pecho y me dormí profundamente.

Capítulo 5

A la mañana siguiente, me desperté y vi que Nicky había vuelto a su litera y se estaba levantando mientras los guardias aporreaban las puertas de la celda.

"Gracias por lo de anoche", dije sin saber qué más decir.

Nicky simplemente me miró y sonrió: "No te preocupes, amigo, ahora firma el papeleo y ponte a cumplir tu condena".

No pude concentrarme durante el día y me corté un dedo en la clase de cocina. El profesor me reprendió mientras me lo arreglaba y me dijo: "Shane, tienes que concentrarte en lo que estás haciendo o te cortarás toda la maldita mano".

¿Cómo iba a decirle que anoche había hecho mi primera mamada gay y que me había encantado? ¿Cómo iba a admitir que mientras me corría en la boca de otro hombre lo único que tenía en la cabeza era su polla?

Cuando volví a la celda, Nicky no estaba allí, aunque unos instantes después entró por la puerta. Hizo su ritual habitual antes de acostarse: se desnudó y se aseguró de que le echara un buen vistazo. Mientras estaba de pie, listo para subir a su litera, su polla colgaba hacia abajo, casi colgando en mi cara. Nunca había mirado sexualmente a otro hombre, pero en aquel momento lo único que quería era devolverle su ayuda y amabilidad de las últimas semanas. Me incliné hacia delante y le di un beso en el pene que, para mi sorpresa, se estremeció mientras él se quedaba inmóvil.

"No tienes por qué", dijo con su voz ronca pero amistosa.

"Lo sé", dije en voz baja, "pero quiero hacerlo", llevándome su polla a la boca y chupándola suavemente.

Sentí que su polla empezaba a hincharse y, aunque nunca antes había chupado la polla de un hombre, instintivamente me la metí más adentro, acariciando sus pesados huevos mientras lo hacía. No tenía ni idea de qué hacer y empecé a forzar mi boca sobre su polla haciéndome toser.

"Haz lo que te guste que te hagan", dijo Nicky amablemente, con su mano acariciándome el pelo.

Me saqué la polla de la boca, la estudié un momento y empecé a lamerla desde la base hasta la punta. Cuando llegué a la punta, di vueltas con la lengua alrededor de la raja antes de volver a chuparla tan profundamente como pude. Succioné con fuerza y luego lo mantuve en la boca sin apretar y moví la cabeza hacia delante y hacia atrás. Nicky respondió empujando sus caderas hacia delante y tuve que tener cuidado de no ahogarme. Utilicé la otra mano para acariciarle los huevos, sintiéndolos ondular y crisparse en mi mano mientras chupaba.

"Me voy a correr", dijo Nicky cuando sentí que sus pelotas se contraían. Por un momento me pregunté si debía seguir chupando o usar la mano, pero la decisión me fue tomada cuando un potente chorro de semen golpeó mi garganta. En ese momento tuve que elegir y decidí continuar. Tragué y seguí chupando, trabajando la base de su polla con la mano. Siguieron saliendo gruesos chorros y, al final, fue demasiado para contenerlo en mi boca y soltando su polla un último chorro me golpeó en la barbilla.

" Mierda, eso fue bueno, ¿seguro que nunca has chupado una polla antes? " dijo Nicky mientras su polla volvía lentamente a proporciones más normales.

Me limpié las gotas de semen de la barbilla y miré a mi alrededor en busca de un lugar adecuado. Al no ver ningún sitio obvio, me limité a chupármela y tragarme el líquido salado y pegajoso. Mientras me dormía, supe que no sería la última vez que chuparía una polla y, por extraño que parezca, no me disgustó.

Capítulo 6

Durante el mes siguiente, más o menos, se desarrolló un pequeño ritual entre nosotros. El que iba a hacer la mamada llegaba primero a la celda y se sentaba con los pies en el suelo. El otro sabía que era una señal y se quedaba de pie, apoyado en la litera de arriba, mientras le chupaban la polla hasta el final.

Nunca fuimos más allá, ni hubo ninguna sugerencia de ir más allá aunque tuve que admitir que tuve más de una fantasía sobre lo que se sentiría al ser penetrado.

Nicky ya estaba sentado en mi litera inferior y me miraba con ojos que me decían que quería chupármela. Podía sentir cómo me ponía rígida al recordar sus talentos que tanto placer me habían dado. Sentí sus fuertes manos deslizar mis pantalones de jogging hasta mis tobillos junto con mis bóxers. Normalmente eso le bastaba para darse un festín con mi polla, pero esta vez me ayudó a quitarme la ropa, de modo que quedé desnudo de cintura para abajo. Sintiendo la necesidad de ser suyo, me puse la camisa y el chaleco por encima de la cabeza, de modo que quedé desnudo ante él. Sentí que de alguna manera esta vez iba a ser diferente mientras me succionaba en su talentosa boca.

Antes sólo había jugado con mis huevos mientras chupaba, pero hoy su mano se introdujo más hasta que su dedo presionó mi orificio anal. Intentando relajarme, sentí cómo empujaba hasta penetrarme, mientras su boca seguía trabajando en mi polla dura como una roca. El paso por mi culo fue más fácil de lo que esperaba, pero creo que había utilizado algún tipo de gel para asegurarse de que me penetraba sin demasiado dolor. A pesar del gel, su dedo seguía siendo enorme dentro de mí mientras lo mantenía inmóvil, dejando que me relajara. Cuando relajé el esfínter, movió el dedo con movimientos suaves y pequeños, penetrando cada vez más profundamente. Sentí su nudillo presionando mis mejillas y comprendí que debía de estar completamente dentro de mí mientras lo giraba. Entonces tocó un punto y me puse rígida antes de empezar a gemir mientras me recorría una descarga eléctrica.

"Es tu próstata", dijo Nicky dejando de chupar, "es el punto G de un hombre".

No tenía ni idea de que un dedo pudiera sentirse tan bien y, para mi sorpresa, me encontré instintivamente cabalgando su dedo lentamente. Sentí que se retiraba y luego una breve ráfaga de dolor cuando introdujo un segundo dedo, retorciéndolos mientras empujaba más profundamente para reanudar su masaje prostático. Las sensaciones combinadas con la talentosa boca de George me estaban llevando al límite y grité mientras sacudía mi polla en su boca lanzando chorros de semilla que se tragó con avidez.

Las noches anteriores me había acurrucado entre sus fuertes brazos, pero como ya he dicho, esta noche iba a ser diferente. Sus dedos seguían dentro de mí cuando me dijo con una ternura ronca: "Quiero hacerte el amor, Shay".

Sabía que eso era lo que quería más que nada en el mundo y doblándome le besé profundamente en la boca antes de respirar: "Tómame Nick, hazme tu perra".

Retiró sus dedos rápidamente, dejándome vacía por dentro. Me tumbó boca arriba, levantó mis piernas hasta que quedaron por encima de mi cabeza y las apoyó en la parte inferior de la litera superior.

"El amor primero, la zorra después", me dijo con ternura mientras maniobraba entre mis muslos colocando su gran cabeza de hongo en mi orificio anal.

Si sus dos dedos carnosos me habían parecido grandes, no eran nada comparados con su polla. La presión era intensa mientras le miraba fijamente a los ojos, sintiendo que mi culo iba a desgarrarse a medida que él empujaba. Cuando la cabeza se deslizó dentro, mi boca se abrió en un grito silencioso y él detuvo sus movimientos, sonriéndome. "Relájate", me dijo suavemente, "empuja como si fueras a cagar".

Cuando empujé hacia atrás, sentí que se deslizaba más adentro, su monstruoso eje llenándome y abriéndome como la virgen que era.

"Oh, Dios Nick, no estoy seguro de poder aguantarlo todo", gemí, "es tan grande".

Le vi mirar entre nuestros cuerpos y soltó una suave carcajada: "Ha entrado más o menos hasta la mitad".

Mientras mi cerebro intentaba asimilar lo que eso significaba, él cambió de peso y me enterró el resto de su polla hasta el fondo. En aquel momento no tenía ni idea de lo grande que era y más tarde me enteré de que medía veinte centímetros, pero en aquel momento la sentí como si midiera dos metros. Me la metió hasta el fondo y me besó los labios mientras yo jadeaba de dolor y excitación mezclados en un delicioso cóctel de sensaciones. Luego, apoyándose en sus fuertes brazos, empezó a follarme con movimientos largos y lentos.

Hasta que me enviaron a la cárcel, nunca había pensado que el sexo pudiera ser tan increíble. Sabía en lo más profundo de mi alma que, pasara lo que pasara a partir de ese día, el placer sexual supremo siempre vendría de tener una polla enterrada profundamente en mí. Nicky me follaba con movimientos deliberados, deteniéndose cuando gemía o gritaba de dolor. A medida que mi culo se relajaba, su paso se hacía más fácil y su ritmo aumentaba, haciendo crujir la cama por nuestros movimientos combinados. Se detuvo mientras yo gorgoteaba como un bebé, tal era el gozo que sentía en mi interior.

"¿Estás listo para convertirte en una perra?" Dijo con firmeza.

"Sí... mil veces sí". Gemí: "Soy tuya".

Cuando la sacó casi lloro y dije con voz suplicante: "por favor, vuelve a metérmela".

Nicky se rió suavemente: "Creo que te estás convirtiendo en una perfecta culona natural".

Con esas palabras cambió de su tierna personalidad a un carácter más dominante que me usaría de la forma que yo deseaba profundamente. Me dio la vuelta, me puso boca abajo sobre la litera inferior y me separó los tobillos de una patada.

"Así que quieres ser mi perra, ¿verdad?".

No esperó mi respuesta, colocó su polla en mi entrada y me puso las manos en los hombros. Luego con un empujón de sus caderas y tirando con sus brazos introdujo su polla en mi culo ya abierto. Juro que si no fuera porque ya me había follado y dejado una carga dentro me habría partido en dos, aun así el empujón me dejó sin aliento.

No me dio tiempo a adaptarme y empezó a penetrarme con tanta fuerza que casi me crujen los dientes. Aumentó la velocidad y la ferocidad, y oía cómo me rechinaba el culo mientras seguía con su implacable embestida. En un momento dado, me la sacó del culo y esperó un momento antes de volver a metérmela. La sensación de que mi anillo anal empezaba a cerrarse y luego se abría a la fuerza me volvió loco.

Me echó la cabeza hacia atrás, me besó mientras follaba y luego gruñó: "Dime lo que quieres".

Gemí de placer mientras casi gritaba: "Cógeme... fóllame... Soy tu perra... ahora y para siempre".

Nicky soltó un fuerte gruñido animal y se abalanzó sobre mí, cada embestida enviando un chorro de semilla a lo más profundo de mis entrañas. Cuando por fin se agotó, se apartó y me miró con una extraña expresión en los ojos.

"Una verdadera zorra me limpiaría ahora, pero...".

Dejó la frase colgando y mi culo palpitó de placer al sentir cómo se movían las dos cargas que había depositado en mi culo. Girando, me arrodillé y le miré: "Soy tuya", y me metí su polla en la boca.

Podía saborear el sabor de mi propio culo en su polla, pero eso no me disuadió, sino que me limité a chupar profundamente, extrayendo la última semilla de sus huevos.

Cuando tuve la certeza de que no quedaba nada que chupar, lo solté y Nicky me acarició el pelo cariñosamente. "Buen chico", dijo amablemente antes de meterse en su litera y dejarme en la mía.

Mientras me dormía, pensé adónde me había trasladado en lo que me pareció un corto espacio de tiempo. Me encontré sonriendo felizmente mientras me dormía soñando con la gorda polla de Nicky en mi culo.

Capítulo 7

El guardia entró en la habitación y me miró antes de resoplar burlonamente: "Bueno, parece que Adams ha aprobado tu traslado a una cómoda prisión abierta".

Miré a Nicky, que me ignoraba atentamente, y luego al guardia antes de decir con voz firme: "Por favor, dígale al gobernador que declino el traslado y que prefiero quedarme aquí".

"¿Está seguro?" Dijo el guardia con una nota de incredulidad en la voz.

Miré en dirección a Nicky, que seguía leyendo el periódico como si fuera la noticia más importante de la historia, y le dije con voz firme: "Sí, estoy más que a gusto aquí".

Cuando el guardia cerró la puerta, Nicky bajó el periódico y me miró con un brillo en los ojos: "Parece que ese culo tuyo tiene ganas de polla".

Sabía que tenía razón y, arrodillándome, le saqué la polla de los pantalones de correr y empecé a chupársela hasta que se le puso dura.


Esta fue nuestra vida durante los tres años siguientes. Todas las noches yo se la chupaba a Nicky, o él me la chupaba a mí, y luego, con las piernas alrededor de su cuello o inclinado sobre él, metía y sacaba su gorda polla hasta que yo chorreaba semen sin tocarme. Una vez que esto sucedía, aumentaba el ritmo de sus golpes hasta que con un rugido descargaba profundamente en mis entrañas. Todos en el ala sabían que ahora yo era la perra de Nicky e incluso cuando lo lavaba en la ducha, a veces haciéndole una paja o incluso una mamada, nadie me tocaba. A menudo se quedaban de pie trabajando sus pollas mientras observaban el espectáculo sexual, pero cuando se corrían, tenían cuidado de mantener su semilla lejos de nosotros dos, por miedo a invocar la ira de Nicky.

Algunos días Nicky me hacía el amor y otros yo era su perra y me encantaban ambos papeles. Siempre me dejaba decidir y después de haber sido su perra siempre me decía lo mucho que me quería de verdad.

Pero hay un viejo refrán que dice: "Todo lo bueno se acaba", y ese día llegó antes de lo esperado.

Capítulo 8

"Estoy siendo liberado".

Las palabras de Nicky se grabaron a fuego en mi cerebro y me dieron ganas de gritar en señal de negación. Sólo escuché a medias las palabras de Nicky mientras hablaba de cómo el policía que había proporcionado pruebas era corrupto y habían desestimado todos los casos en los que había sido el testigo principal.

"Georgina estará muy contenta".

"¿Quién es Georgina?" solté al oír el nombre de la mujer por primera vez.

"Mi esposa", respondió él con sencillez.

La palabra me golpeó como si me hubieran dado un puñetazo: "No sabía que estuvieras casado... nunca lo dijiste".

"Escucha Shay nos divertimos, y eres un gran polvo pero ahora vas a tener que seguir sin mí. Haz lo que tengas que hacer para sobrevivir, y estoy seguro de que encontrarás otro papi que cuide de ti. Nunca dejes que sepan que te están afectando, eso es lo que excita a la mayoría de estos animales".

"¿Te volveré a ver?", fue todo lo que pude responder tratando de no llorar.

"Eso espero", dijo mientras el guardia abría la puerta de la celda, "pero esperemos que sea un lugar mejor que este. Recuerda... adáptate y sobrevive"

"Hora de irse Byrne, deja a tu novia", se mofó el guardia.

Eso fue todo, lo siguiente que supe fue que se había ido, y yo estaba solo con al menos dos años extendiéndose frente a mí.

Capítulo 9

Las cosas estuvieron tranquilas durante una semana más o menos y la mayoría me dejó en paz, lo que me permitió acostumbrarme a la idea de la vida sin Nicky. Cuando me dieron un nuevo compañero de celda, le cedí la litera de abajo y me hice cargo de la de arriba, como era el derecho de los veteranos. El chico nuevo estaba bien, pero no hablábamos mucho, ya que parecía pasar la mayor parte del tiempo rezando, aunque no sabía muy bien a quién o a qué.

Entonces ocurrió cuando un día me fui a las duchas, con la mente en otra parte mientras estaba bajo la cascada de agua caliente.

"Necesito que me chupen la polla", dijo una voz ronca que irrumpió en mis pensamientos.

"¿Tu polla?", se rió el hombre que estaba a su lado, "creo que todos queremos que nos la chupen". Yo diría que nos gustaría tener un trozo de ese culo, pero no estoy seguro de que no me cascabeleara después de que el Gran Nicky lo haya estado arando durante tres años. Tal vez haya tenido tiempo de endurecerse".

"Sólo hay una manera de averiguarlo", dijo el primer tipo, esta vez con un poco más de amenaza en su voz. "¿Vas a hacerlo por las buenas o por las malas, Filan?".

Quería luchar contra todos ellos. El único hombre que había estado dentro de mí había sido Nicky , el único hombre al que había chupado había sido Nicky, pero estos animales iban a cambiar eso. Apreté los puños mientras las palabras de despedida de Nicky resonaban en mi cerebro: "Haz lo que sea necesario para sobrevivir". Miré a las cuatro caras y pude ver que no iba a haber escapatoria de esto. Miré hacia abajo y vi que todos ellos no eran tan grandes, ciertamente no comparados con Nicky.

"Bien, ¿entonces quién va primero?"

Con esas palabras me arrodillé y empecé a chupar la polla más cercana sintiendo como se endurecía en mi boca.

Una vez empalmado, tiró de mí para ponerme en pie y me inclinó sobre él, y tuve que agarrarme a los mandos de la ducha para apoyarme. Sentí como frotaba la cabeza de su polla sobre mi culo y respiré profundamente relajándome para lo que estaba a punto de suceder. Ser follado por la gran polla de Nicky la mayoría de las noches durante los últimos tres años significaba que mi culo estaba acostumbrado a ser invadido y cuando el primer chico forzó no fue tan malo. Me ardía un poco debido a la falta de lubricante, pero el agua parecía ayudar un poco.

"Mmmm este culo es bonito y apretado, tal vez los rumores sobre el tamaño de la polla de Nicky eran exagerados" dijo el hombre mientras empujaba dentro y fuera.

"Tal vez Nicky era un culo secreto, y él era el que se agachaba", se burló otro.

Si lo que intentaban era excitarme y hacerme reaccionar, no funcionó. En vez de eso, me eché hacia atrás y gemí: "Oh, sí, fóllame más fuerte, grandullón".

El hombre que tenía en el culo gruñó y eyaculó su semilla en mi interior, y luego se retiró con un gruñido de satisfacción. El segundo hombre ocupó su lugar, y su paso fue un poco más fácil con mi culo ahora lubricado. Mientras entraba y salía, cerré los ojos y pensé en Nicky desnudo, pero entonces la imagen fue sustituida por Nicky sentado junto al fuego con una mujer que mi mente me dijo que era su esposa. Para alejar la visión de mi mente, me concentré en la polla que me araba el culo.

"Oye, mira, creo que estás haciendo efecto", gritó uno de ellos. Tenía razón, podía sentir cómo mi polla empezaba a ponerse dura mientras la polla de dentro masajeaba mi próstata.

"Parece que, después de todo, es un culito natural", se burló otro mientras sentía mi polla endurecerse por completo.

El tipo de dentro terminó y descargó profundamente dentro de mí y apenas tuve tiempo de recuperar el aliento cuando el tercer hombre entró de golpe. Mi culo estaba bastante abierto, y él pudo follarme con gran ritmo y embistió profundamente. Debió de tocar algo en mi interior, ya que mi polla se estremeció y eyaculó chorros de semilla sobre las paredes de azulejos.

"Vamos Larry", gritó una voz, "la pequeña zorra acaba de eyacular".

Larry, que era el que estaba dentro de mí, soltó un grito de triunfo y, clavando sus dedos en mis caderas, disparó un chorro tras otro de semen dentro de mí.

Se salió más de lo que se había corrido y el último tipo se deslizó en mi interior con facilidad.

"Un poco descuidado ahora", se rió, pero su polla era lo bastante grande como para tocar lugares más profundos de mi interior. No era del tamaño de Nicky, pero lo bastante grande como para estimularme y hacer que mi polla se retorciera y soltara una segunda corrida en el suelo.

Cuando el último tipo se retiró, se quedaron riendo mientras yo permanecía en posición dejando que el semen goteara de mi culo destrozado.

"Podemos tenerte cuando queramos", dijo uno de ellos en tono amenazador, "ahora eres nuestra perra".

A pesar del dolor el consejo de Nicky sobre no mostrarles que te están llegando resonó en mis oídos y dije: "Bien y tal vez la próxima vez haya más de ti".

Si les sorprendió mi respuesta, no lo demostraron, pero estaba seguro de que no era lo que esperaban. Cuando se alejaron, les oí comentar que me había corrido dos veces y que, después de todo, quizá era una putilla.

Me quedé en las duchas cuando se fueron, con el culo palpitante por la brutal follada que acababan de darme y una perla de semen escapando de mi raja. Cuando sentí que el semen empezaba a resbalar por mi culo abierto, supe que debería haber odiado toda la experiencia, pero la realidad fue que me corrí, no una, sino dos veces. Estaba claro que era una ninfómana nata y sabía que no sólo aceptaría este papel, sino que lo disfrutaría.

Justo cuando estaba a punto de marcharme, un hombre mayor de rostro amable me tocó el hombro. No habló, sólo sonrió y miró su propia polla semidura con una sonrisa esperanzada en la cara. Me arrodillé y empecé a chupar.

Capítulo 10

Esta vez, cuando llegó el traslado a una prisión abierta, lo acepté. El sexo en las duchas consistía principalmente en mamadas, ya que se habían dado cuenta de que no iba a protestar ni a alimentar sus enfermizas fantasías de violación. Las mamadas continuaron, ya que en la prisión se había extendido mi reputación de tener una boca muy talentosa y muchos querían probarla.

El nuevo lugar donde cumpliría el último año de mi condena antes de la libertad condicional era el otro extremo del espectro de la máxima seguridad, donde había cumplido los primeros cuatro años. Las puertas de las celdas sólo se cerraban por la noche y no se apagaban las luces porque todos los presos tenían una luz de lectura. Supongo que había sexo, pero si lo había, era muy discreto. Había perdido un poco de interés, ya que en el fondo de mi corazón seguía echando de menos a George.

Éramos libres de pasear por el recinto con una pulsera en el tobillo que nos impedía alejarnos demasiado, lo que lamentablemente significaba que el pub local estaba fuera de nuestro alcance. Supongo que alguien podría haberme invitado a una copa, ya que la cervecería estaba tan cerca que podía oírles animar el Mundial en la pantalla gigante exterior. Digo supongo porque no había nadie que me trajera nada.

Mi mujer y mis hijos me repudiaban, mis padres habían fallecido antes de que me condenaran y yo era hijo único. Los amigos que tenía del Banco habían huido antes de reconocerme. Supongo que Nicky, mi ex compañero de celda, estaba sin duda escondido en algún lugar agradable con su esposa Georgina, un nombre que me dejó un sabor amargo en la boca.

En muchos sentidos, no me importaba, ya que me permitía dedicarme a mi nueva pasión por la cocina. Incluso al director le encantaba cómo cocinaba y me suministraban todos los ingredientes que quería, ya que el nivel del servicio de comidas había subido un escalón. Los sábados por la noche cocinaba algo especial y el máximo castigo era que los guardias impidieran a un preso comer en la cafetería los sábados. La gente bromeaba diciendo que pronto se cometerían delitos para entrar en la cárcel sólo por tener la oportunidad de comer en mi mesa.

Podía oír el ruido en el jardín del pub mientras deambulaba por el recinto, debatiendo en mi cabeza un nuevo menú sobre si el director lo permitiría por ser un poco pero que algo más caro. Al doblar la esquina del apartado sendero había un claro y en el centro una manta. Sentado en ella, de espaldas a mí, había un hombre desnudo y me quedé boquiabierto. Había visto esa espalda con su galeón a toda vela tantas veces que supe enseguida de quién se trataba.

"¿Nicky?"

Se dio la vuelta y me miró. Su cara se dividió en una sonrisa y su polla pareció crisparse y saludar. Tuve que contener una carcajada mientras entre sus dientes sostenía una rosa en su tallo y aunque parecía ridícula al mismo tiempo era la cosa más bonita que había visto nunca.

No dije nada pero me despojé rápidamente de mi ropa hasta unirme a él desnuda sobre la manta. Seguimos sin hablar mientras le agarraba la polla, que ahora estaba completamente erecta y palpitaba en mi mano. Me puso boca arriba y se apoyó en un brazo, el otro bajo mi culo. Sentí su enorme dedo presionando mi culo y, cuando empecé a gemir, me besó con fuerza. Mientras su lengua buscaba en mi boca, movía su dedo rápidamente dentro y fuera asegurándose de que estaba bien lubricada.

Rompimos nuestro beso un momento y él retiró el dedo mientras se metía entre mis piernas. Levanté las piernas hasta que mis tobillos quedaron sobre sus hombros y él se colocó de forma que su polla me tocaba el culo. Sentí que me apretaba y, mientras respiraba profundamente, se deslizó dentro de mí llenándome lentamente con su maravillosa polla. Los dos soltamos un suspiro de puro placer y entonces nuestros labios se entrelazaron mientras él se hundía completamente en mí. Mantuvo su polla dentro de mí hasta dejarme sin aliento mientras dejaba de besarme y me miraba.

"¿Me has echado de menos?", me dijo sonriendo.

"Apenas me di cuenta de que te habías ido", me reí, "pero ahora fóllame hasta que no pueda más".

"Tus deseos son órdenes", rió y empezó a sacar la polla antes de volver a introducirla lentamente.

Se me pasó por la cabeza la idea de que todo esto era un sueño y que me iba a despertar en un minuto todavía en mi celda. Entonces Nicky tocó fondo y supe, por la gloriosa sensación de estar llena, que aquello era demasiado increíble para ser un sueño.

Nicky empezó a follarme con mayor intensidad, sus movimientos largos y firmes entraban y salían de mi culo. No podía detenerme aunque hubiera querido, cuando mi polla se estremeció y soltó un chorro de semilla que golpeó la parte superior de mi pecho. Nicky vio el chorro, y esto le impulsó a mayores alturas mientras me follaba el culo con una intensidad divina. Finalmente, no pudo contenerse más, y con un poderoso rugido bombeó dentro llenándome el culo con su crema. Se desplomó sobre mí, todavía dentro de mí, y los dos jadeamos mientras recuperábamos el aliento, disfrutando del resplandor de una gran sesión de sexo.

" OK, ¿qué mierda está pasando? " Dije cuando por fin había recuperado la compostura. Nicky me explicó que se había enterado de dónde estaba y que quería verme, aunque no estaba seguro de cuál sería mi reacción.

"Con la indemnización por mi condena injusta", se rió, "tenía suficiente dinero legal para comprar un pequeño pub que pensé que tú y yo podríamos llevar juntos, yo detrás de la barra y tú cocinando comida maravillosa".

"¿Y Georgina?" dije incapaz de no dar vuelta el cuchillo.

"Gina y yo nos sentamos una vez que salí y tuvimos una gran charla íntima. Resultó que era tan gay como yo y que había tenido una aventura con la vecina. Nos separamos en muy buenos términos y ella me compró la mitad de la casa para que su novia pudiera mudarse. Me di cuenta de que todo mi numerito de que sólo era gay cuando estaba en la cárcel era mentira y que era contigo con quien quería estar".

La cabeza me daba vueltas mientras lo asimilaba todo, y miré su cara de impaciencia mientras continuaba: "Te quedan unos meses de condena antes de poder solicitar la libertad condicional, ¿qué te parece?".

"Déjame que me lo piense", le dije y pude ver en su cara la decepción que intentaba no mostrar, pero reconoció que me estaba pidiendo mucho.

Nos abrazamos y nos separamos, y lo último que vi de él fue cómo se metía en los calzoncillos.

Epílogo

Seis meses después me paré frente al "Mary Rose" y me detuve un momento. Hacía cinco años estaba casado, no diría que era un matrimonio feliz, pero estaba casado y era heterosexual. Ahora, cinco años después, era un ex convicto gay y, para ser sincero, no podía ser más feliz. Al cruzar la puerta me enamoré del viejo pub al instante y la sonrisa de Nicky al verme iluminó la habitación. Abrazándome contra su pecho me apretó fuerte antes de plantarme un beso directamente en los labios y luego se volvió hacia la barra y dijo en voz alta: "Caballeros, les presento a Shane Filan, mi pareja y el nuevo chef del Mary Rose".