Complaciendo a Shane [R] *TERMINADA*

Nombre: Complaciendo a Shane
Autor: Stormy Glenn.
Adaptación: Si.
Género: ...HOT/GAY
Advertencias: Algunos capítulos serán cortos, contiene escenas subidas de tono, si eres homofobico retírate de aquí. Actualizo cada 3 días.
Otras páginas: Onlywn
Sinopsis:
Nicky Byrne es el sueño húmedo de todo hombre homosexual, pero está cansado de encontrar amantes que sólo parecían quererlo por su aspecto, y no una verdadera relación. Una noche en un bar, Nicky descubre que un hombre lo miraba. El hombre nunca se le acerca, nunca habla con él, pero cuando Nicky finalmente se enfrenta al hombre, queda sorprendido por su reacción. Así comienza la obsesión de Nicky por un tranquilo Shane.

Lo que sigue es una historia de frustración y confusión para Nicky y muchas ordenes adictivas de Shane, premiando a Nicky cuando él se porta bien y castigándolo cuando es malo. Nicky está preocupado de que al dejar que Shane lo domine lo haga menos hombre. ¿Nicky puede aceptar el hecho de que Shane sabe lo que lo hace feliz? ¿O va a perder lo mejor que le ha pasado en su vida?.

Capitulo 1


—Él te está mirando otra vez.


—Déjalo.

—Es espeluznante—insistió Kian.

Nicky Byrne rodó sus ojos cuando se inclinó sobre el fieltro verde de la mesa de billar y se acomodó para otro tiro.

—Él solamente mira, Ki. No causa ningún daño.

Nicky levantó la cabeza y miró al hombre de cabello oscuro mirándolo desde el otro lado de la habitación. —Además, él es algo sexy.

—Pero, él sólo... mira. Es misterioso, el tipo.

Nicky se rió entre dientes. —Ki, ellos siempre me miran fijamente. —Los hombres y las mujeres tenían la costumbre de mirarlo. Nicky estaba acostumbrado a ello.

Él aún, no le prestó ni la más mínima atención.
Kian negó con la cabeza. —No como este, hombre. Este tipo esta, seriamente obsesionado contigo. Lo hemos visto por aquí todos los viernes por la noche durante más de dos meses, y cada vez él sólo se sienta allí en su rincón y te mira fijamente todo el tiempo.

Nicky le dio al hombre otra mirada rápida a través de sus pestañas. El hombre seguía mirándolo tranquila y fijamente. Esto era una mirada centrada en él, centrada directamente en Nicky y no en ninguna otra parte. El hombre había estado mirándolo con esa misma mirada intensa cada vez que Nicky lo había visto en el bar. Kian estaba en lo cierto. Era un poco espeluznante. A Nicky no le importaban esos hombres que lo miraban. Había un montón de hombres buscándolo. Una mezcla natural de piel blanca y pelo rubio, además de unos ojos axules, y Nicky siempre había escuchado que él era el sueño húmedo de todo hombre gay. Él no estaba tan seguro. Si se suponía que él era el sueño húmedo de todo hombre homosexual, ¿Qué estaba haciendo en un bar el viernes por la noche jugando al billar con su mejor amigo en lugar de en su casa, en la cama, echando un polvo?.

Nicky deseaba poder entenderlo. Él sería un hombre mucho más feliz. Siendo así las cosas, estaba cansado de tenerse que encontrar una vez más frente a una cama vacía cuando llegara a casa esa noche, que era como más o menos era así su vida cada noche. Él debía estar acostumbrado a estas alturas. Pero él no lo estaba. Nicky miró al hombre de nuevo. Sí, él estaba tranquilamente mirándolo.

Nicky se enderezó y le dio su taco de billar a Kian. Estaba harto de esto. Sin decir una palabra a Kian, Nickyy se alejó, cruzando la habitación hasta que se paró justo en frente del bien vestido hombre. Nicky cruzó los brazos sobre el pecho y miró hacia el hombre. Nicky utilizaba su comportamiento para intimidar a otras personas. Se sorprendió cuando el hombre se limitó a levantar una ceja color marrón oscuro luego tomó un sorbo lentamente de su bebida. El hombre no dijo nada. Simplemente siguió mirándolo. Miró a Nicky de arriba a abajo, con una emoción que brilló en sus ojos y que Nicky no pudo identificar. Esto puso nervioso a Nicky de una forma en la que muy pocas cosas podrían. Se sentía como si ese desconocido pudiera ver directamente en su alma y elegir de lo más profundo de él, sus secretos más oscuros.

—¿Hay alguna razón por la cual me mires a mí? —Nicky preguntó a través de sus dientes apretados. El hombre solo sonrió.

—Si no quieres que la gente te mire fijamente, no deberías pasar tanto tiempo en el gimnasio Mercurio trabajando en ese sexy físico tuyo, ¿verdad?.

El tono fresco y oxidado de la voz del hombre envió escalofríos por la espalda de Nicky. —¿Cómo sabes que yo voy al Gimnasio Mercurio? —Preguntó Nicky, empezándose a sentir cada vez más nervioso. Era un tipo algo raro, ¿sería un acosador?.

El hombre se rió entre dientes —Se mucho sobre ti.

—¿Cómo qué? —lo desafíó Nicky

El hombre sonrió. —Yo sé que te gusta hacer ejercicio. También pasar todos los viernes por la noche en este lugar jugando billar con tu amigo, Kian. Sólo beben cerveza ligera y nunca más de tres. Y siempre se van antes de la medianoche, para poder llegar a tu trabajo en la mañana lavando platos en el café.

—¿Has estado espiándome? —Preguntó Nicky, sintiéndose parte indignado y parte intrigado.

—No te he espiado —respondió simplemente el hombre. —No tengo necesidad.

Las cejas de Nicky se arrugaron junto a su ceño fruncido. —¿Quién eres tú?.

Nicky estaba confundido al ver que el hombre tomaba lo último de su bebida y ponía el vaso vacio sobre la mesa. Tendría que haber estado intimidado por la actitud de Nicky. Pero él no lo estaba. Él de alguna manera parecía encontrar gracioso a Nicky. El hombre cogió su chaqueta marrón oscuro y se la puso sobre la pulcra camisa blanca almidonada. Tiro unos cuantos euros sobre la mesa, entonces se volvió para mirar a Nicky. Nicky casi saltó cuando el hombre se acercó y corrió suavemente el dedo en los labios de Nicky.

—Nicholas —comenzó el hombre mientras daba un paso hacia Nicky.

—¿Eh? Qué… —¿Cómo es que este hombre, sabia su nombre?.

El hombre se inclinó hacia arriba, poniendo sus labios cerca del oído de Nicky, su olor profundamente masculino flotaba sobre Nicky. — Tú sabes quién son yo, lindo bebe. —Las palabras en una voz baja casi susurrada pusieron a temblar de deseo todo el cuerpo de Nicky.
Nicky se quedó aturdido cuando el hombre sonrió, dio media vuelta y se alejó. Nicky miró hasta que el hombre se marchó del bar y desapareció en la noche. Nicky sabía que algo profundo acababa de suceder, para su vida, pero él no podía entender qué.

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Capitulo 2

Un simple toque del pulgar del hombre a través de sus labios, siete palabras simples, y todo el cuerpo de Nicky fue colocado al borde de un orgasmo que hubiera hecho temblar la tierra. Nicky nunca había llegado a estar tan rápidamente excitado en toda su vida.

Nicky podía sentir su polla latiendo dentro de sus pantalones vaqueros. Cerró los ojos y apretó los puños. Trató de mandar lejos el deseo, pero lo único que podía ver era al extraño hombre de ojos profundos, color verde, como ellos miraban fijamente detrás de él. Nicky gimió cuando otra ola de deseo cruzó por él. Girando alrededor, él abrió sus ojos y se apresuró a los servicios de caballeros. Agradecido de que estuviera vacío. Entró en uno de los cubículos, Nicky cerró la puerta y le puso llave. Se recostó contra la pared del servicio y alcanzó la cremallera de sus pantalones tirando de su polla para liberarla, Nicky se acarició con fiereza. Podía sentir correr el fuego en su sangre hirviendo que subía por su espina. Él jadeaba, su polla palpitaba en su mano. Estaba en el borde, pero no importaba lo rápido que se acariciara, no podía llegar al borde de la dicha orgásmica. De repente, la imagen del hombre se deslizó en su mente. Nicky gritó y se vino al instante, con chorros sobre su mano y el puesto del cuarto de baño. Sus rodillas temblaron, y amenazaron con dejarlo caer. Nicky rápidamente se sentó en el inodoro, tenía el pecho agitado por la intensidad de su liberación. Nicky se miró e hizo una mueca. Estaba cubierto de esperma. Se había hecho una paja en el baño de hombres de un bar con la imagen mental de un completo extraño. Estaba loco. Había perdido el control de su siempre confiable mente.

De repente no se sentía tan bien. De hecho, se sentía muy mareado. Su estómago estaba revuelto y el maravilloso orgasmo que había experimentado momentos antes, ahora se sentía de alguna manera insuficiente. Oh, este había sido uno de los mejores orgasmos que Nicky había sentido en mucho tiempo, incluso mejor que las últimas veces que había estado con un compañero. Y si eso no confundía a Nicky él no sabía lo que podría hacerlo.

Bien, además del hecho de que él se había llevado al borde con la imagen de un desconocido... un desconocido que lo había estado mirando a él durante semanas y lo llamó ―mi lindo bebé‖ con la más profunda y sexy voz de whisky que Nicky hubiera oído nunca.

Nicky sabía que tenía buen aspecto. Había tenido otros hombres en su vida. Sin embargo, nadie le había dicho lindo bebé, sonaba como la forma en que el hombre se expresaba. Le habló casi con cariño, y con solo pensar en ello la polla de Nicky comenzó a endurecerse de nuevo. Nicky gruñó y tomó un poco de papel higiénico para limpiarse. Dentro del baño se limpió, empujó su semi-dura polla dentro de sus vaqueros y subió su cremallera. Era tan jodidamente patético.

Sacudiendo la cabeza con disgusto, Nicky abrió la puerta doble y se acercó al lavabo. Se lavó las manos y limpió un poco su camiseta donde se había salpicado por su orgasmo. Luego, tomó una servilleta húmeda y la paso por encima de su cara. Él se sintió enrojecer.

Nicky tiró la servilleta en la basura y se miró en el espejo. Él era todo un paquete, y a veces él deseaba no serlo.

No podía contar el número de veces que había encontrado un tipo agradable y lo había llevado a su casa sólo para descubrir a la mañana siguiente que el chico estaba durmiendo con él porque quería presumir a sus amigos que él se había embolsado al chico caliente.

Ninguno de ellos parecía querer quedarse para ver qué tipo de persona era más allá de su aspecto. Ninguno de ellos quería conocerlo de verdad. Él era mucho más que un cuerpo perfecto. También tenía mente, corazón y un alma. Oh, al infierno con él. Nicky se iba a casa.
¡Solo!.

Capitulo 3

Nicky no podía impedir que su mirada vagara buscando alrededor de la habitación. Él se estaría engañando a sí mismo si negara que estuviera esperando que el extraño viniera. Nicky había salido corriendo del bar la pasada noche del viernes, diciéndose que no había sido real y evitando a cualquier persona. Él solamente estaba cansado. Él lo había lamentado desde entonces. Nicky quería escuchar de nuevo su nombre en los labios del hombre, quería sentir los dedos del hombre en su rostro. Él quería escuchar al hombre llamarlo mi lindo bebé otra vez y todo lo que significaba aquello. Había hecho de todo para no llegar muy temprano esa noche al bar. Ahora Nicky, se estaba volviendo loco. Eran treinta minutos antes de la media noche y el hombre aún no había llegado. Nicky no sabía si el hombre ya no estaba interesado o si lo estaba castigando por no haberse presentado la semana pasada.

—Oye amigo, ¿vas a disparar?.

Nicky levanto la vista para ver a Kian sosteniendo un palo de billar frente a él. Nicky frunció el ceño y tomó el largo palo de madera. Estaba siendo patético de nuevo. Estaba obsesionado con un hombre con el cual no había hablado más de unas pocas palabras. Era evidente que él estaba loco. Nicky se inclinó sobre la mesa de billar y enfiló su disparo. Bola rayada, en el bolsillo de la esquina derecha, era un tiro fácil. O al menos eso fue lo que pensó hasta que Nicky levantó la vista en el último segundo y su mirada se encontró con unos profundos ojos color verde, mirando fijamente hacia él.

El taco de billar se sacudió en la mano de Nicky, cuando él lo empujaba hacia adelante, con el último aliento de aire que escapaba de sus pulmones, de repente no había suficiente aire. El taco se disparó a través de la mesa de billar y rebotó en el borde de la pelota de rayas rojas. La pelota rodó por el fieltro verde hacia arriba y golpeo la pared antes de llegar unas pulgadas de su objetivo.
Nicky gimió y dejó que sus ojos se cerraran cuando oyó a Kian cerca del fondo con una risa histérica. Cuando volvió a abrirlos, unos tranquilos ojos color verde se le quedaron mirando, pero estaban unidos a una leve sonrisa que tenía el hombre en la cara.
De repente, Nicky se llenó de rabia, ¿Quién era ese hombre? ¿Qué derecho tenia de entrar en su bar y burlarse de él?. Él nunca había pedido que el tipo lo mirara fijamente. Él nunca pidió ninguna atención en absoluto. Este extraño no tenía derecho a meterse en la vida de Nicky. Nicky se levantó y dio su taco de billar a Kian. Él podía sentir como su ira se iba construyendo con cada paso que daba hacia el hombre sonriente. Hizo sus pasos muy pesados, y apretó los puños a su lado.

Se detuvo frente al hombre y lo señaló con un dedo. —Tu
El hombre levantó una ceja y le dio un momento a Nicky. De repente él sentía como si hubiera hecho algo horriblemente mal. ¿Pero cómo podía ser?, en todo caso era el hombre el que había hecho algo malo, Nicky no. Envolviéndose en un manto de ira, Nicky respiró hondo, y luego comenzó de nuevo.
—Tu, no…

—Nicholas —Dijo el hombre quien se levantó y cogió su chaqueta,— Me sentí muy decepcionado con tu exhibición de la semana pasada, no lo dejaré pasar otra vez.

Nicky dejó caer sus manos de nuevo a sus lados, su boca se quedó abierta al ver que el hombre arrojaba algo de dinero en la mesa y se ponía en pie. Una vez más, se quedó allí, desconcertado, cuando el hombre desapareció de su vista.

¿Por qué sentía como si hubiera sido reprendido? ¿Y por qué esto lo hacía sentir peor que la mierda?. Nicky se sentó en la silla que el hombre había dejado vacía. Él se paso la mano por la cara mientras trataba de averiguar qué mierda acababa de suceder.  

—Hey Nicky, ¿estás bien, hombre?.

Nicky levantó la cabeza para encontrar a Kian de pie junto a él. Él asintió con la cabeza. —Si, estoy bien. —Pero realmente no lo estaba.

Estaba más confundido de lo que había estado alguna vez en su vida.  Estaba caliente y cachondo y al mismo tiempo se sentía como si tuviera catorce años, siendo sorprendido conduciendo el coche de su padre sin licencia.  

—¿Quien es ese hombre, Nicky? —Kian preguntó, señalando hacia la puerta.

Nicky se encogió de hombros. —No lo sé.
 
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Nicky se despertó mientras gritaba. Su cuerpo le dolía, cada movimiento era muy doloroso. Incluso la brisa que soplaba sobre su piel desnuda dolía. Él empujó su cabeza hacia atrás en la almohada y apretó los dientes mientras bombeaba su polla palpitante con su mano. Él había estado masturbándose durante casi veinte minutos, y lo único que había conseguido era sentirse dolorido y desgastado. Ya lo había intentado todo, lubricante, un vibrador, incluso un plug anal. Nada funcionaba. No importaba lo mucho que se esforzara, Nicky no se podía correr… Esto había sido así durante días, desde la noche del viernes cuando ese hombre lo había reprendido. Nicky había intentado olvidarlo todo, minutos después que había llegado a su pequeño departamento. Pero él no había llegado a ninguna parte, ni las siguientes cinco noches.  

Que cada vez fuera más difícil no era el problema. Nicky estaba seguro de que había sido muy difícil durante todos estos días. No podía seguir sin hacer nada al respecto. Nicky había pensado en traer a alguien a casa para joder, pero aquel pensamiento le había enviado corriendo para el baño, donde él había perdido su almuerzo. Ni siquiera imaginar al hombre sexy del bar le daba alivio. Eso solo lo hacía ponerse más caliente. Y si Nicky no conseguía alivio pronto en sus bolas, estaba bastante seguro de que su polla se iba a caer… o a explotar… o algo igual de desastroso.

—¡Mierda! —gritó Nicky en el silencio de la habitación. Dejó caer la mano de su polla dura y oró porque un meteoro bajara del cielo a la tierra y cayera encima de él. Él necesitaba de eso para poner fin a su sufrimiento.

¡Cielos!, no podía concentrarse en nada más que en la decepción que vio en el estúpido hombre del bar, y ni siquiera sabía el nombre del hombre. Nicky solo podía pensar en la mirada de disgusto del hombre de profundos ojos color verde.

Nicky miró el reloj. Eran apenas las dos de la mañana. Él no tenía que estar en su trabajo hasta dentro de cinco horas. Dudaba poder dormir esa noche. Nicky rodó al otro lado de la cama y se levantó. Caminó al cuarto de baño.

Él había comenzado su ducha, cuando sonó el teléfono. ¿Quién  diablos podría estar llamándole a las dos de la mañana?, Nicky se preguntaba mientras corría hacia el teléfono que estaba en la mesita de noche. Solo podía imaginarse que se trataba de una emergencia.

—¿Hola? —Nicky preguntó mientras agarraba el teléfono y lo sostenía junto a su oreja.

—¿Te desperté, Nicholas?.

La respiración de Nicky se quedó atrapada en su garganta. ¡Era él!

Capitulo 5



—¿Nicholas? ¿No me vas a contestar? Eso es muy grosero, y no voy a permitirte ninguna grosería.

—Yo, uh, lo siento. Yo estaba en la ducha —contestó Nicky provisionalmente. Cerró los ojos… Él no podía creer lo débil y patética que su voz sonaba. —Yo no esperaba que nadie me llamara a esta hora de la noche. Eh, dime Nicky.

—¿No esperabas mi llamada? —El hombre se rió entre dientes. —Nicholas, estoy decepcionado.

Nicky apretó los dientes. —¿Quién demonios eres?. —Le preguntó entre dientes.

—Jurar no volverá a ser tolerado, Nicholas —Dijo el hombre antes de colgar.

Nicky se quedó mirando el teléfono como si fuera una serpiente a la espera de morderlo, luego lo dejó caer sobre el soporte del teléfono. Él se recostó en la cama y se frotó la cara con las manos, antes de dejar caer los brazos al lado de su cuerpo.

No sabía cuánto más de esto, podría soportar. Entre el profundo resentimiento que él sentía, sabiendo que estaba decepcionando a alguien, aunque no entendía por qué debía importarle a él, y el constante estado de excitación en el que estaba, Nicky estaba perdido. Nicky rodó sobre su costado y se quedó mirando el teléfono, listo por si volvía a sonar.

Necesitaba respuestas, y el único que parecía tenerlas era el hombre sin nombre del otro lado del teléfono.

Cuando el teléfono volvió a sonar de repente, Nicky casi saltó de su piel. Cogió el teléfono, dudando por un instante antes de levantar el auricular y ponerlo en su oreja. —¿Hola? —Pregunto él. A pesar incluso de que estaba muy seguro de quien se encontraba al otro lado de la línea.

—Nicholas. —La voz era áspera y profunda.

—Lo… lo siento. —Nicky rodó sobre su espalda y apretó sus ojos cerrados. Él era un perdedor.

—Estas perdonado, Nicholas. La sensación de alivio que fluyó a través de Nicky, por las simples palabras de ese hombre, era lo más cercano a lo que había llegado a un orgasmo en la última semana.

Nicky tomó varias respiraciones profundas, por la sensación de cosquilleo de lágrimas en las esquinas de sus ojos.

—¿Qué quieres de mi? —Preguntó Nickyen voz baja.

—Sabes lo que quiero, Nicholas, y no me voy a conformar con nada menos.

—No, yo no lo sé. Te lo juro que no lo sé —Gritó Nicky cuando la desesperación se le presentó.

—Te quiero a ti, Nicky.

Capitulo 6


Nicky alisó la tela almidonada de su camisa blanca por una última vez, a continuación, se limpió las manos sudorosas sobre las piernas de sus vaqueros. Él estaba nervioso. Su estomago estaba aplastado, sus manos sudaban, su corazón acelerado.

El hombre le había dicho que lo esperaba afuera de su edificio de apartamentos a las ocho de la noche en punto. Del sábado por la noche. Él se había vestido bien pero informal. Y Nicky no podía entender por qué él estaba de acuerdo con todo esto, excepto que no quería sentir de nuevo la desolación que había sentido cuando había decepcionado al hombre antes. Con cada coche que reducía la velocidad delante de su apartamento, el corazón de Nicky latía más rápido. Él pensó que en cualquier momento podría hiperventilarse. Nicky tomó respiraciones profundas, tratando de reducir la velocidad.

Pero esto no hizo nada por ayudarlo.

Entonces una larga limosina negra, fue bajando la velocidad y se detuvo. Nicky contuvo la respiración. El conductor se bajó y vino alrededor al lado del pasajero. Él, le inclino un poco la cabeza a Nicky y abrió la puerta de atrás para él.

—¿Señor? —Preguntó el conductor. Al menos, Nicky pensó que él conductor le preguntaba. Tal vez el conductor solo lo decía. Nicky frunció el ceño. Dio un paso más cerca del largo vehículo y se inclinó para mirar dentro. Allí estaba la respuesta a todo lo que le había ocurrido a Nicky en el último par de semanas.

—Sube, Nicholas, —ordenó el hombre. —No quiero llegar tarde.

Nicky miró por última vez a su apartamento antes de subir a la limusina. Él se acomodó en el asiento frente al hombre. Cuando la puerta se cerró detrás de él, Nicky se quedó mirando las manos, torciéndolas nerviosamente en su regazo.

—¿No vas a decirme hola, Nicholas?

Los hombros de Nicky cayeron. ¿Por qué esa voz tenía el poder de hacer que sus rodillas se sintieran débiles? —Hola.

—Prefiero que me mires a los ojos al hablar, Nicholas. -Remarcó la última palabra con tono burlon.

Nicky se sentía tan fuera de lugar que tuvo que tomar cada pedacito de coraje que él tenía para levantar la cabeza y mirar al hombre sentado frente a él. Nunca se había sentido tan inepto en su vida. Además no le gustaba que le llamaran Nicholas, parecía que fuese imposible hacer que le dijera Nicky más de una sola vez —Ho… ho… hola —Dijo Nicky en voz baja.

El hombre lo miró por un momento. —Necesitamos trabajar un poco más en esto, pero supongo que puedo dejarlo pasar por esta vez —Dijo el hombre. —Yo sé que has tenido una semana muy dura, ¿No es así, lindo bebe?.

Nicky se derritió. Allí mismo, en el asiento trasero de una limusina con un extraño sin nombre quedó embrujado, por completo, igual que en sus sueños. Nicky se derritió. Se llenó de placer cuando el hombre lo llamó lindo bebe, que casi no escuchó cuando el hombre le volvió a hablar.

—¡Nicholas! —El hombre le gritó, Nicky se sintió idiota. —Te he llamado dos veces ahora. No me gusta tener que repetir las cosas.

—Lo siento —Nicky se apresuró a decir. —Yo esta… yo… uh, lo siento. —Nicky se mordió los labios para no sonar como un completo idiota. No creía que importara ya. De todas formas no importaba lo que dijera, el iba a sonar como un idiota. Miró hacia abajo a sus manos otra vez, mordiéndose el labio.

—Yo no te permitiré que marques tu hermoso cuerpo. —Dijo el hombre mientras él se acercaba y pasaba el pulgar sobre los labios de Nicky. —Solo yo tengo el privilegio de marcarlo. ¿Entendido?.

Nicky miró al hombre a través de sus pestañas. Él asintió con la cabeza. —¿Por qué?.

—¿Por qué, qué, Nicholas?

—¿Por qué yo?.

—Porque yo soy lo que tú necesitas, Nicholas. —El hombre respondió. —Y creo que, después de recibir una formación adecuada, tu puedes ser lo que yo necesito.

Nicky miró al hombre con asombro. El hombre suspiró.

—Tu nombre es Nicholas Bernard Adam James Byrne. Tú naciste el 9 de Octubre de 1978, tus padres son Nikky e Yvonne Byrne. Tú tienes dos hermanos, Gillian y Adam. Tu primer encuentro sexual fue cuando tenías diecisiete años, con un chico que conociste en el colegio. Ustedes salieron durante tres meses, rompieron porque él no te hacia feliz.

La boca de Nicky se abrió en estado de shock. Este hombre sabía mucho sobre él. Nicky debió de estar asustado de todo lo que el hombre sabia, pero la adrenalina lo ayudó cuando el hombre siguió hablando.

—Desde entonces, has ido a través de una serie de relaciones. Ninguna de ellas ha durado más de tres meses. Tú has tenido varios rollos de una sola noche, pero nadie que se haya tomado el suficiente tiempo para darte lo que tú realmente necesitas.

—¿Y qué necesito? —Preguntó Nicky.

—A mi.

—¿A ti?.

—Si, Nicholas, a mí.

Capitulo 7


—Que…

El hombre cruzó las manos en su regazo mientras él consideraba a Nicky. —¿Te has corrido esta semana, Nicholas? Y no me mientas, porque sabré si lo haces.

Nicky sintió como su cara llameaba. Él negó lentamente con la cabeza.

—¿Estas duro ahora?.

Nicky asintió con la cabeza.

—Baja tus pantalones, Nicholas. —Nicky creyó notar que la voz del hombre sonaba un poco más profunda que antes. Pero no podía estar seguro, ya que aún podía notar el tono de burla cuando pronunciaba “Nicholas” —Quiero verte.

—¿Aquí?. —Nicky pregunto con ansiedad, agitando sus manos en torno al interior de la limusina.

—Sí, Nicholas aquí. —El hombre respondió con voz suave. —Ya te dije que no me gusta repetir las cosas. No me hagas volver a hacerlo.

Nicky dudó. ¿Debería hacer esto? ¿Podría hacerlo?, él ni siquiera sabía el nombre del tipo y se suponía que debía bajar sus pantalones y mostrarle su polla.

Nicky sintió como el aire se volvía pesado a su alrededor. Eso era todo. Se estaba volviendo loco.

—Nicholas.

Nicky desabrochó sus pantalones vaqueros. Los empujó hacia abajo por sus piernas y sus pies. Y los coloco en el asiento al lado de él. Él respiró hondo para tomar valor. A continuación, tomó sus bóxers y los bajó por sus piernas hasta tenerlos fuera de su cuerpo, y los colocó arriba de sus pantalones.

—Oh, cielos, eso se ve doloroso.

Nicky suspiró cuando una mano rozó la parte superior de su polla. Él clavó los dedos a un lado de sus piernas para impedir mover sus caderas. El hombre tenía razón. Era doloroso. A Nicky le dolía. —Por favor —susurró.

Una mano lo rozó de nuevo. Fue más difícil de soportar el contacto esta vez. Nicky sintió una descarga hasta los dedos de los pies. Él gimió y hundió sus dedos más fuerte a los lados de sus muslos. De repente, sintió una mano dándole una bofetada. Los ojos de Nicky lo miraron en estado de shock.

—Ya te dije que no puedes marcar tu hermoso cuerpo, solo yo puedo, Nicholas. No quiero ver que haces eso de nuevo. ¿Entendido?.

Nicky asintió con la cabeza. Cerró sus ojos, tratando de ocultar las lágrimas que los habían llenado.

—Lo siento.

—Date la vuelta, Nicholas… quiero ver tu culo.

Nicky ni siquiera se lo cuestionó esta vez. Él solo se arrodilló en el piso y se acomodó de tal modo que la parte superior descansara sobre el asiento del coche, y apoyó su parte inferior en sus rodillas. Se sentía tan humillado ahora, que no podía importarle menos que un completo extraño le estuviera mirando el culo.

—Abre las piernas, Nicholas.

Nicky abrió sus piernas. Enterró la cabeza en sus brazos, tratando de contener sus lágrimas. Quería morderse el brazo para mantener el ruido dentro de su garganta, pero se acordó de lo que el hombre le había dicho. No marcar su cuerpo. Solo el hombre lo podía hacer.

—Tienes un culo muy lindo, Nicholas —El hombre le dijo. Nicky se estremeció cuando un dedo se arrastró hacia abajo entre sus nalgas. Su cuerpo se quemaba con el suave toque. —¿Te quieres venir, Nicholas?.

—Como tú quieras —Murmuró Nicky. Un momento después, gritó cuando sintió la mano del hombre dándole una palmada en el culo. Volvió la cabeza y miró al hombre con confusión. ¿Había respondido mal?.

Capitulo 8


Nikcy vio la mano bajar por su culo de nuevo en cámara lenta. No podía creer lo que estaba sucediendo. La mano golpeó una y otra vez, hasta que su culo le quemaba y su polla palpitaba.

Pensó que se caería en el piso, cuando el hombre dejo de azotarlo finalmente. Excepto que su pene estaba tan duro que tenía miedo que se rompiera. Su pene chorreaba pre semen, manchando el borde del asiento.

—Has sido un chico muy bueno, Nicky —El hombre murmuró en el oído de Nicky. A Nicky le dio un vuelco el corazón. —Ya te he recompensado con los azotes, pero creo que tienes que tener un orgasmo antes de llegar a la fiesta.

¿La paliza fue una recompensa?. Nicky no sabía qué pensar, por lo que decidió que, no. Le parecía más fácil de esa manera. Ese pensamiento solo trajo confusión. La confusión trajo preguntas. Y Nicky no sabía qué preguntas hacer.

Nicky sintió un liquido frio goteando entre la grieta de su culo. Él siseó por el contacto y hundió de nuevo la cara entre sus brazos. Un momento después, un objeto frio apretó contra su agujero. Fue empujado lentamente hasta que pareció pasar el primer anillo de músculos, y después, mas lejos.

Nicky se quedo sin aliento cuando se deslizó dentro. Fue solo entonces que Nicky se dio cuenta de que el hombre le había puesto un plug en el culo. No era grande ni pesado como algunos plugs, no estaba tan adentro, solo lo suficiente para que Nicky supiera que estaba allí y volverlo loco con cada movimiento.

—Voy a joderte con este plug ahora, Nicholas. —El hombre le dijo —Pero tú no te puedes venir hasta que yo te lo ordene. ¿Entendido?.

Nicky asintió con la cabeza, aunque él no pensaba que eso sería un problema. Él no había sido capaz de tener un orgasmo en una semana, y él también había usado un plug. Nada lo podía hacer tener un orgasmo, nada.

Nicky sintió como el hombre empezó a torcer el tapón alrededor de su culo. Tomó un par de respiraciones profundas. Y sintió más profundo el plug, empujándose hacia adentro y afuera. Nicky empezó a gemir y de nuevo a empujar sus caderas contra el objeto intruso.

Estaba sorprendió de lo bien que se sentía que alguien más lo hiciera por él. Esto parecía hacer un infierno de diferencia. A pesar de que todavía no pensaba que pudiera tener un orgasmo, Nicky sintió el calor de la pasión fluir por su cuerpo como un incendio forestal.

—¿Te gusta esto, Nicholas? —La voz del hombre sonaba ronca.

—¡Si, oh cielos, Sí! —Se quejó Nicky.

—¿Quieres correrte, Nicholas? —El hombre jodió más rápido a Nicky.

—¡Por favor! —Se lamentó Nicky.

—Puedes correrte para mí, lindo bebe —El hombre gruñó.

El mundo entero de Nicky explotó al rojo vivo por el éxtasis que sintió. Su culo apretó aun más el plug. Su pene se hincho de nuevo, la sangre corrió hacia él, incluso cuando el semen caliente brotaba de él, Nicky oyó a alguien llorando, entonces se dio cuenta que era él mientras colapsaba en el suelo de la limusina. Unos brazos fuertes se envolvieron alrededor de su cuerpo, meciéndolo suavemente. Unas tranquilizadoras manos acariciaron la piel temblorosa de Nicky. Palabras tranquilizadoras se murmuraron en sus oídos.

—Ssshhh. Todo está bien, lindo bebe. —El hombre dijo en voz baja. —Todo termino. Yo te tengo.

Nicky estaba enroscado en los brazos que lo sostenían, tenía el rostro enterrado en el cuello del hombre. Lloró hasta que no tuvo más lágrimas para derramar. Su cuerpo solo dejaba escapar un hipo de vez en cuando. Nicky se sentía físicamente y emocionalmente agotado, y sexualmente más satisfecho de lo que nunca se había sentido.

—Vamos, Nicholas. —Le dijo el hombre mientras se deslizaba de nuevo hacia el asiento… —Hay que vestirte. Casi hemos llegado a nuestro destino.

Nicky se arrodilló en el suelo, y llevó su mano alrededor del plug anal, solo para que una mano le diera una palmada para que quitara su mano. Otro golpe le fue dado en el culo. Nicky miro al hombre, sorprendido.

—No recuerdo haberte dicho que te lo quitaras, Nicholas.

Nicky lo dejó en su lugar. Tomó su ropa del asiento y empezó a ponérsela de nuevo. Detectó restos de su orgasmo en el borde del asiento, Nicky sintió arder su cara. —Yo, eh, ¿Tienes una servilleta o algo con lo que pueda limpiar eso?.

El hombre entrego a Nicky varias servilletas. Nicky evitó la mirada del hombre mientras limpiaba su esperma. Después tiró las servilletas a la basura, y empezó a moverse para sentarse en el banco cuando la voz del hombre lo detuvo.

—Yo preferiría que te sentaras a mis pies, Nicholas.

Nicky se deslizó hacia abajo y se sentó en el suelo a los pies del hombre. Un momento después, sintió el golpe de unos dedos sobre su pelo. Nicky cerró los ojos y apoyó la cabeza contra la rodilla del hombre.

—No entiendo nada de esto. —Le susurró.

—Yo sé que no, Nicholas, pero con el tiempo.

—Ni siquiera sé tu nombre.

—¿Necesitas saber mi nombre?.

Nicky levantó la mirada hacia el hombre, esperando encontrar un poco de diversión en el rostro del hombre. Pero no la encontró. El hombre lo miraba con preocupación. —Pienso que lo necesito. —Dijo Nicky. El hombre sonrió. —Mi nombre es Shane Filan.

Capitulo 9


Cuando llegaron a las puertas grandes de hierro forjado que conducían a una finca, fueron recibidos por un guardia que pidió su invitación, a continuación, los dejó entrar. Nicky estaba un poco asombrado en que fácil ellos lo habían hecho. El chofer solo ofreció la invitación al guardia y eso fue todo. El patio de la inmensa mansión estaba muy bien decorado con flores y un estanque con rocas.

Pero fue la mansión lo que realmente atrapó la atención de Nicky. Tenía por lo menos tres pisos de altura, con enormes columnas en las puertas delanteras y dobles en la entrada principal. Y todo el lugar estaba iluminado como un árbol de navidad blanco.

Nicky siguió a Shane fuera de la limusina. Miró a su alrededor. Él se sorprendió al encontrarse a sí mismo de pie fuera de una de las más elegantes propiedades que él había visto en su vida. De las haciendas más elegantes que jamás hubiera visto. Él solo había visto lugares como este en la televisión o en películas.

—Vamos, Nicholas.

Nicky caminó atrás de Shane. Él no podía impedir que sus ojos se agrandaran a cada paso que daban. Parecía haber gente por todas partes, pero Nicky no tuvo problemas para distinguir al personal de los invitados. El personal vestía de blanco, los invitados con sus mejores galas. Nicky se sintió mal vestido, inadecuado… dejó caer su cabeza para mirar sus pies hasta que sintió una mano bajo la barbilla. Él miró la cara sonriente de Shane.

—Nunca te avergüences de lo que eres, Nicholas. Tú no tienes que impresionar a nadie, excepto a mí, y yo estoy muy complacido contigo en este momento.

Nicky no pudo ocultar la sonrisa que apareció por la alabanza que le había dado Shane. Se sentía bien, le hacía sentir más ligero y apacible en el interior. También hizo que su polla se pusiera dura de nuevo. Nicky gimió. Él cerró sus ojos para ocultar su vergüenza hasta que escuchó una risa suave.

Esta vez, cuando abrió los ojos, Nicky vio una mirada de diversión en el rostro de Shane. No estaba seguro de si Shane se reía de él o no. Nicky frunció el ceño. No le gustaba no saber.

—Eres tan lindo cuando estas nervioso —Shane le dijo, sonriendo. Así que, ahora Nicky lo sabía. Shane se estaba riendo de él.

A él no le gustó la forma en que lo hizo sentir. Nicky se erizó por el resentimiento.

—Oh, ahora no, Nicholas, no te enojes —dijo Shane. —No me estaba burlando de ti, te lo juro. —Shane alisó la camisa de Nicky. — Ahora, si tu eres muy bueno, yo te permitiré chuparme la polla antes de irnos a la cama esta noche.

Nicky se sintió como un cachorrito perdido cuando pensó en lo que le había dicho Shane. ¿Eso sería su recompensa por ser bueno? ¿Chuparle la polla a Shane? En realidad, la idea no le sonaba nada mal a Nicky. No le importaría recibir un buen pedazo del cuerpo de ese hombre sexy, cualquier pedazo… se detuvieron aquí y allá, mientras que Shane hablaba con las personas. Nicky se quedó allí, tratando de parecer interesado, cuando en realidad no lo estaba. Él no conocía a ninguna de estas personas.

Probablemente nunca lo haría. Ellos, obviamente tenían dinero, y Nicky trabajaba en un café lavando platos. Además, su mente estaba en otra parte. No podía dejar de pensar en el comentario que Shane le había hecho. Y mientras más pensaba en ello, mas difícil se le hacía, hasta que casi gimió de frustración. Era como si el orgasmo de la limusina nunca hubiera sucedido.

—¿Nicholas? Me gustaría que me acompañaras al baño.

—¿Qué? ¿Eh? —Nicky miró a Shane. —Sí, claro.

Una vez más Nicky caminó detrás de Shane, esta vez para ir al baño. Se sintió un poco confundido cuando Shane lo empujó dentro y cerró la puerta, poniéndole seguro detrás de ellos.

Capitulo 10


—Quítate la ropa, Nicholas. —Shane le ordenó cuando se volvió hacia él.

Nicky comenzó a oponerse a quitarse la ropa dentro del cuarto de baño de alguien, pero la ceja levantada en su dirección, tuvo el efecto de ponerle fin a cualquier protesta que él podría haberle dado. Rápidamente se deshizo de su ropa.

Nicky se sintió expuesto, como si todos sus secretos quedaran al descubierto por la intensa mirada en los ojos de Shane.

Cruzó los brazos sobre su pecho y se frotó las manos arriba y debajo de sus brazos para protegerse del frio repentino en el ambiente. Entonces Shane comenzó a desabrochar sus pantalones, y el cuarto pasó del frio al calor abrasador en un palpitar de su corazón. Nicky se quedó sin aliento cuando la piel desnuda y una polla dura se revelaron ante sus ojos hambrientos.

No podía apartar la mirada, aunque su vida dependiera de ello. Shane era glorioso.

—Chúpame, Nicholas —Le ordenó Shane después de bajar sus pantalones. Shane usó su voz profunda, esa voz áspera que usaba cuando llamaba a Nicky, lindo bebé, e hizo que las piernas de Nicky temblaran. —Quiero ver tus lindos labios sobre mi polla.

Nicky se dejó caer de rodillas ante Shane. Tomó la polla de Shane en su boca, gimiendo cuando el sabor fuerte y masculino del hombre abrumó sus sentidos. Esto lo atrajo, lo tentó. Le hizo perder todo el control. Nicky trató de ingerir la mayor cantidad de la polla de Shane en cuanto se lo puso en la boca. Quería enterrar su nariz en el bien recortado vello púbico que rodeaba la dura polla y oler el perfume de Shane. Cuando por fin le llegó el fuerte aroma, la sangre bajó directamente a la polla de Nicky. La respiración de Nicky se hizo más difícil. Las manos de Shane se retorcieron en su pelo. Nicky gimió alrededor de la polla que estaba en su boca. Se sentía tan caliente y necesitado. Su polla latía. Sus bolas le dolían. Nicky bajó una de sus manos para poder tocarse, hasta que Shane le tiro del cabello.

—Uh – uh, lindo bebé, no hasta que yo te lo diga.

Nicky gimió en respuesta, pero dejó caer su mano. Él estaba tan desesperado, sabía que con un solo toque él explotaría. Tratando de sacar su mente de su dolorida polla, Nicky concentró todas sus fuerzas en chupar a Shane.

Pasó su lengua por las venas gruesas, después chupó la parte superior de la polla, prestando especial atención a la pequeña hendidura en la cabeza. Él se movió para poder chupar la polla de Shane hacia abajo y sintió que le golpeaba la parte trasera de la garganta.

Shane gimió. Tenía los puños cerrados en el pelo de Nicky y levantaba sus caderas para joderle la boca. Nicky se sintió como un dios cuando gritó Shane y le llenó la boca. Nicky necesitaba tragar todo lo que Shane le daba, luego lo lamió hasta dejar limpio a Shane, no se le escapó ninguna gota. Sacó la polla de Shane de su boca, Nicky miró hacia arriba. Nicky se quedó atónito ante la mirada de pura felicidad en el rostro de Shane. Shane parecía tan sereno, pacifico, satisfecho. Nicky solo podía sentarse allí sobre sus rodillas, entre las piernas de Shane y admirarlo. Entonces Shane abrió los ojos y lo miró. — Sobre tu espalda, Nicholas. —ordenó Shane.

—Pon tus manos sobre tu cabeza.

Confuso, Nicky se deslizó hacia atrás, hasta que estuvo acostado en el suelo. Puso sus brazos sobre su cabeza, sintió el frio de la porcelana del inodoro. Shane rodó un preservativo hacia abajo sobre la polla de Nicky. Él se sentó a horcajadas sobre Nicky y lentamente bajo su cuerpo hacia abajo, empalándose a si mismo en la pulsante polla de Nicky.

—¡Ohcielosohcielosohcielos!. —Nicky gimió cuando Shane empezó a marcar el ritmo. Nicky puso sus ojos en blanco cuando sintió una mano fuerte que se movía por su cuerpo, enviándolo en picada hacia el deseo. Uñas rasguñaron por su estomago. Dientes mordieron su pecho y labios tiraron de sus pezones.

—¡Sha… Shane, por favor! —Nicky suplicó, se sentía aturdido. Shane era un hombre salvaje.

A Nicky le encantó. Él quería bajar los brazos de su cabeza y tocarlo, pero él sabía que no podía.
Shane le había ordenado a él que subiera sus brazos.

Los ojos de Nicky se ensancharon cuando sintió que el plug en su ano era sacado un poco y luego enterrado de golpe hacia atrás. No podía contener su grito de éxtasis. Nicky nunca había sentido nada igual. Él iba a morir esta vez. Él solo lo sabía.

Shane sacó el tapón y lo enterró de nuevo hacia atrás en el culo de Nicky. Mientras tanto Nicky machacaba sus caderas hacia arriba, manejando su polla en el culo apretado de Shane. Sintió que los músculos internos de Shane apretaban a su alrededor.

—Córrete conmigo, lindo bebe. —Fue como Shane lo dijo, y Nicky llegó al instante, calentando el culo de Shane con su liberación abrasadora. Nicky rugió. Levantó sus caderas, moliéndose a sí mismo en el culo de Shane, no queriendo salir de él.

Al final, la respiración de Nicky volvió a la normalidad y él sintió que su polla se ablandaba y se deslizaba del cuerpo de Shane, cuando él rodo a su lado. Nicky se agachó rápidamente para quitarse el preservativo y tirarlo en la papelera al lado del inodoro.

Cuando Nicky levanto la vista, se encontró con la mirada fija de Shane en él. Shane tenía un brillo peculiar en los ojos, que Nicky ya había visto antes, pero que nunca había sido capaz de identificar. Eso confundió a Nicky e hizo que la boca de su estomago se apretara.

—¿Shane?.

—Estoy muy complacido contigo Nicholas —Le dijo Shane, esto calentó a Nicky de adentro hacia afuera. Nicky gruñó. No podía evitarlo. Las palabras de Shane lo hacían sentir como si se hubiera ganado la lotería. Él solo quería averiguar qué había hecho para complacer a Shane, para él poder hacerlo de nuevo. Él quería que Shane estuviera complacido con él.

—Vamos tenemos que vestirnos —Dijo Shane cuando se puso de pie y tomó sus pantalones. —Nos estamos perdiendo la fiesta.

A Nicky no podría importarle menos.

Capitulo 11



—Es hora de despertarse, Nicholas… Tenemos que tomar el desayuno, y luego tenemos trabajo qué hacer.

Nicky gimió y empujó su cabeza bajo una almohada cercana. Él tiró y rodó cuando la almohada fue sacada de su cabeza y una bofetada fue dada a su culo. Él miro a Shane con confusión.

—¿Qué?.

—Ya te dije una vez que te levantaras, Nicholas, y ahora he tenido que repetirlo de nuevo. —Shane le dejó ver a Nicky un poco de desaprobación. —Esta no es una buena forma de comenzar nuestro día.

—Lo siento. No te oí.

—Eso está muy bien, Nicholas, pero llega un punto en que decirme, ―lo siento‖, no te hará salir de problemas. —Shane apuntó hacia el cuarto de baño.

—Ahora, ve a darte una rápida ducha mientras pienso en tu castigo.

Las cejas de Nicky se juntaron mientras hacia una mueca, pero se deslizó hacia un lado de la cama de todos modos. Lanzó una última mirada a Shane, y a continuación entró en el cuarto de baño para limpiarse. No entendía por qué él estaba siendo castigado o incluso por qué Shane se sentía adecuado para castigarlo. Simplemente no tenía sentido. Nicky era un hombre completamente crecido, y aquí él estaba dejando a otro hombre que le dictara, practicara y le administrará castigos y al finalizar le diera una palmadita en la cabeza. Tenía que estar loco.

Cinco minutos después, Nicky volvió a entrar en el dormitorio. Shane parecía estar de pie en el mismo punto como cuando Nicky se marchó. Nicky no sabía muy bien qué hacer, así que él alcanzó su ropa. Shane lo detuvo.

—Uh- uh, Nicholas. —Le dijo Shane mientras agarraba a Nicky del brazo. —He decidido tu castigo para hoy.

Nicky ladeó la cabeza hacia un lado confundido. ¿Su castigo? Era real que él iba a dejar que alguien lo castigara ¿o había percibido mal? Shane era un poco más bajo que él y tenía un infierno de cuerpo mucho más ligero. Nicky lo podía vencer sin siquiera sudar. Pero él no lo hizo.

Él se recostó en la cama como Shane le había ordenado y esperó. Cuando Shane alcanzó su polla y comenzó a acariciarla, Nicky en toda una vida no podría averiguar cómo esto podría ser un castigo. Se sentía muy bien.

Entonces Shane levantó el pequeño objeto que tenía en sus manos. Los ojos de Nicky se agrandaron. Su aliento quedo atrapado en su garganta al ver a Shane colocar una correa de cuero alrededor de su polla y sus bolas, apretándolas hasta quedar muy ajustadas.

Shane hizo girar su dedo en el aire. Nicky rodó sobre su estomago y extendió sus piernas. Se mordió los labios para no gemir cuando un extremo del plug bien lubricado fue colocado en su culo, entonces rápidamente recordó que él no debía hacerlo.

—Levántate, Nicholas —le ordenó Shane. —Quiero verte. -Nicky lentamente se puso de pie. Era muy difícil. Cada movimiento sacudía el tapón en su culo. Cada aliento recordaba a Nicky que su pene estaba atado como un pavo de navidad. Se sentía ridículo. Se sentía caliente.

Una vez más, Nicky se preguntó por qué le permitía a una persona hacerle esto a él. ¿Había algo mal con él? ¿Habría algo que faltaba en su personalidad que le hacía anhelar lo que Shane podía hacerle? ¿Estaba realmente loco?.

Capitulo 12


Shane acarició el pene de Nicky un par de veces. Nicky gimió. Él sabía que la correa de pene lo mantendría duro hasta que se le cayera. Añadiendo el plug que con facilidad Shane podía empujar con la mano, y Nicky estaría en constante estado de excitación. Así que este era su castigo. Shane asintió con la cabeza. —Si esto va a ser muy bueno. —Él le dio unas palmaditas en el culo a Nicky y se dirigió a la puerta. Miró por encima del hombro. —Vístete y me encuentras en la planta baja Nicholas. Tenemos cosas por hacer y tenemos que ponernos en ello.

Sintiendo todo tipo de confusión, Nicky alcanzó su ropa y se la puso. Tenía que parar cada pocos minutos y tomar una respiración profunda porque el dolor de culo y de ingle, era demasiado para él.
Nicky rio para sus adentros mientras se dirigía hacia las escaleras… poco a poco. Sip, esto era un castigo. Era una lenta tortura. Nicky no estaba muy seguro de poder hacer esto a través de todo el día sin perder lo que le quedaba de su cordura mental.

Cada pequeño pasó que daba, cada movimiento, mandaban escalofríos de placer a su columna vertebral. Nicky gimió mientras llegaba a la parte inferior de la escalera. Se agarró de la barandilla con la mano y cerró los ojos, tomó unas cuantas respiraciones profundas. ¡Él iba a morir!.

—¿Nicholas? —Gritó una voz a su izquierda. —El desayuno está listo.

Nicky siguió el sonido de la voz de Shane, hasta que encontró en un rincón el desayunador. Se encontraba justo al lado de una muy grande, cocina gourmet. Miró a su alrededor con una sensación de temor. La cocina era el sueño de todo cocinero. Había hermosos armarios de madera blanca a lo largo de un mostrador y una línea de aparatos eléctricos de primera calidad. Nicky se imaginó que en la cocina había cada aparato conocido por el hombre. Incluso había una gran isla con un fregadero que separaba la cocina del desayunador. Él podría perderse en esta cocina.

Nicky se trasladó más allá de la isla. Shane se sentó en la pequeña mesa, apenas lo suficientemente grande para dos personas. Estaba situada en un pequeño rincón con ventanas en dos lados. Más allá de las ventanas había un gran patio que hablaba de las barbacoas de verano y los días jugando en el sol. Nicky estaba empezando a sentarse cuando se detuvo. Él miro a Shane. La mirada en el rostro de Shane no era de decepción, pero no parecía muy contento, por instinto, Nicky se movió y se sentó en el suelo a los pies de Shane.

Nicky sintió una palmadita en la cabeza. Sus ojos cayeron al suelo. Se sintió como la mascota favorita de alguien. Esto era degradante. Él era un hombre, maldita sea. No debería permitirle a nadie hacerle esto a él. Ni seguir órdenes a ciegas y sentarse en el suelo como un animal.

—Estoy muy contento contigo, Nicholas.

Bueno, tal vez él podría sentarse en el suelo un poco más.

Nicky se retorció ante el tacto de la mano de Shane rozándole el culo. Shane estaba algo raro esta noche. Tuvo que disciplinar a Nicky por no haber hecho las tareas al momento en que Shane llegó a casa. Nicky nunca le diría a Shane que se había sentado a propósito frente a la televisión todo el día, a pesar de que sospechaba que Shane ya lo sabía. La mirada en la cara de Shane cuando le había ordenado a Nicky ir al dormitorio tenía un montón de anticipación en ella.  

Shane había estado asistiendo a muchas reuniones en las últimas dos semanas, algo de una gran fusión, le dijo. Si no se encontraba en una reunión, Shane estaba en su oficina. Nicky se sentía un poco ignorado y quería un poco de atención. Y la estaba consiguiendo.  

Desde el momento en que Nicky entró en el dormitorio hacía ya una hora, Shane había hecho todo lo posible por torturarlo poco a poco y Nicky lo sabía. Entre los juguetes que Shane había empleado y la dulce tortura de sus manos y labios, Nicky estaba a punto de volverse loco.  

—Shane —Suplicó Nicky.Nickyestaba a su merced. Él haría lo que Shane quisiera. Shane se echo a reír. Era una risa malvada llena de deseo y las promesas de lo que estaba por venir. Nicky sintió el aliento de Shane en el cuello.

—¿Sabes lo que voy a hacer esta noche, lindo bebé?. —Shane le susurró al oído. —Has sido un niño muy malo, Nicholas. Esta noche, no has conseguido chuparme. Esta noche, te voy a joder.
Nicky gimió. Habían hecho muchas cosas sexuales juntos, pero Shane nunca había jodido a Nicky antes. De hecho, nunca nadie lo había hecho. La idea lo hizo ponerse nervioso, pero también lo intrigaba.

Nicky movió su trasero.  

Escuchó reír de nuevo a Shane, mientras unos fríos dedos lubricados presionaban entre las mejillas de su culo. Suaves dedos presionaron contra el agujero de Nicky, empujando un poco y luego sacándolos. Shane lo hizo una y otra vez hasta que Nicky comenzó a levantar sus caderas para seguir el movimiento de los dedos. Nicky comenzó a temblar. Podía sentir el sudor goteando de su cuerpo.

Los sentimientos que tenía estaban empezando a ser bastante intensos. Cada toque de las manos de Shane era como una carga eléctrica para su cuerpo, enviándole una corriente de deseo directamente a su polla dolorida.  

—Shane, por favor —Suplicó Nicky. —Más.

La respiración de Nicky se quedó atrapada en su garganta cuando Shane hundió un dedo en él. Tuvo un estremecimiento completo  y… Oh, sí, allí mismo. Nicky no podía creer el éxtasis que se disparo a través de su cuerpo cuando Shane encontró su próstata. Fue increíble.  

—Oh, por favor, Shane —Nicky grito mientras se retorcía. —No puedo… me voy… aahhh.  

—No hasta que yo te lo diga, Nicholas. —Gruñó Shane en su oído. —¿Entiendes?.

Nicky asintió con la cabeza rápidamente. —Te necesito, Shane.

—Lo sé, lindo bebé —Shane canturreó —Yo voy a darte lo que necesitas.  

¡Oh, cielos! Nicky lo esperaba así, aunque no estaba muy seguro de lo que él necesitaba. Solo sabía que estaba muy necesitado. Nicky gimió cuando Shane dejo libres los dedos. Sus gemidos pronto se convirtieron en un largo y necesitado gruñido, cuando algo más grande, más fuerte, presionó en su culo. Nicky se preparó, a la espera del dolor que estaba seguro que vendría cuando Shane lo llenara.

Pero nunca llegó. Lo único que sentía era la polla de Shane, que empujaba los últimos centímetros. Esto era puro placer. Esto irradio fuego por cada pulgada del cuerpo de Nicky. Un simple susurro de la brisa haría explotar a Nicky.  

—Shane, Shane —Se quejó Nicky mientras Shane empujaba en él una y otra vez, con tal ferocidad que el cuerpo de Nicky fue empujado en toda la extensión de la cama.  

—Shane, te amo, Shane.  

Los empujes de Shane aumentaron el ritmo, pero perdieron el rumbo y se hicieron más salvajes por la intensidad. Shane tenía las manos clavadas en las caderas de Nicky. Nicky escuchó a Shane tomar bocanadas grandes de aire.

—Mierda —Shane gritó. —Te amo, lindo bebé.  

Nicky se emocionó. A pesar de no haberle dado permiso para correrse, Nicky no pudo controlar su reacción por las palabras de Shane. Gritó el nombre de Shane con la sensación de su polla explotando y brotando semen por todas partes en la cama debajo de él.

—Nicholas. —Gritó Shane sacudiéndose contra Nicky.

Nicky sintió cada vibración de la liberación de Shane llenándolo. Con cada pequeño chorro, los músculos de Nicky se contraían hasta que él había chupado cada gota de Shane. Nicky se derrumbó sobre la cama, con el cuerpo de Shane siguiéndolo a él.  

Nicky solamente intentó respirar. El aire en los pulmones y el latido del pulso en su garganta le dijeron que él todavía estaba vivo. El alucinante orgasmo que había experimentado sólo le dijo que él había muerto y había ido al cielo.  

Nicky sintió cuando Shane se salió de él, y darse la vuelta. Un momento después sintió el golpe fuerte de un trapo caliente abajo entre sus muslos, cuando Shane lo limpió. Entonces Shane lo hizo retroceder y se acurruco contra el cuerpo de Nicky, mientras la cabeza de Nicky se apoyó contra su pecho.

Nicky sonrió cuando Shane tomó su mano y entrelazó sus dedos. Nicky se echó hacia atrás y miro a Shane. —Quise decir lo que dije, Shane. No fue por el calor del momento. —Insistió Nicky. —Yo te amo.

La mano libre de Shane acarició la parte posterior de la cabeza de Nicky. —Lo sé, Nicholas. También lo dije en serio. Es por eso que yo quería tenerte tan desesperadamente. Porque yo sabía que te amaba.

—¿Tu me amas? ¿Todo este tiempo?.

Shane se rió entre dientes. —No hace tanto tiempo, Nicholas, apenas unos seis meses. Pero yo lo supe desde el primer momento en que te vi. Había algo acerca de ti. Sabía que eras el hombre para mí. Yo tenía que tenerte.

Nicky metió la cabeza debajo de la barbilla de Shane. Podía oír el estable latido del corazón de Shane bajo su cabeza. Lo hacía sentir vivo y feliz. —Me alegro.

—Todavía espero que todas tus tareas sean hechas mañana, Nicholas. —Shane se rió entre dientes. —Y no puedes ver la televisión hasta que todas tus tareas sean hechas. Para la próxima vez que me necesites, Nicholas, solamente pregunta.

—¿No estás enojado conmigo por lo que hice?. —Nicky preguntó vacilante. Nicky sabía que deliberadamente no había completado sus tareas. Ese fue un gran no–no. Nicky solo esperaba que Shane entendiera por qué lo había hecho.  

—No, lindo bebé. Tú me complaces.