Forgotten Words
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Fuego Redentor [TERMINADA]

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Mensaje por zynna Dom 18 Ene 2015, 6:22 pm

Nombre: Fuego Redentor
Autor: Andrew Grey
Artista ó personaje: Jensen Ackles & Jared Padalecki
Adaptación: Of Course
Género: HomoErotico
Advertencias: Hot Muy Hot
Resumen:Jensen Ackles es hijo de puta de primera clase. Es infeliz. Nadie más que él tiene la culpa de que su vida sea un desastre; sin embargo, nunca pierde la oportunidad de hacérselo pagar a los demás. Sus compañeros del cuartel ya no lo toleran pese a ser un excelente bombero.Y el personal del hospital, donde fue internado tras sufrir un accidente durante un incendio, no ve la hora de que ese paciente odioso al que nadie visita, sea dado de alta. Jared Padalecki es el novato de la estación de bomberos al que los veteranos adjudicaron la desagradable tarea de visitar a Jensen en su convalecencia y llevarle flores en nombre del equipo. Jared comprende inmediatamente qué tipo de hombre es Jensen y sabe que su actitudes una manera de mantener a los demás alejados,así que se propone hacerlo cambiar. Sin embargo, pronto pasan de las peleas al sexo y entre tantas chispas,quién sabe si alguno de ellos no saldrá quemado.


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Mensaje por zynna Dom 18 Ene 2015, 6:40 pm

Fuego Redentor


Capitulo 1


Jensen se acercó a la habitación en la cual un bebé lloraba tan fuerte que podía oírlo desde el otro lado de la puerta, incluso más allá del rugir del fuego. Se precipitó al interior, cerrando la abertura a sus espaldas y pasando por alto los gritos. Envolviendo al bebé en una manta ignífuga, lo tomó en sus brazos preparándose para enfrentar el fuego que estaba devorando aquella casa adosada de la ciudad de Carlisle, Pennsylvania.

Hubiera preferido ciertamente, escapar por la ventana de la habitación, pero esta se hallaba en el segundo piso y esa parte de la casa no era accesible desde el exterior ya que los edificios estaban demasiado juntos. Se preguntó por qué habrían elegido como dormitorio infantil, una habitación cuya única ventana daba a una pared de ladrillos, pero no tenía tiempo para detenerse en esa reflexión. De un empujón,abrió la puerta. Las llamas que a su llegada lamían el pasillo, ahora ya casi habían alcanzado la puerta de la habitación y el calor era insoportable a pesar de la protección del uniforme contra incendios. Tenía que descender a la planta inferior y alcanzar la puerta principal, era su única oportunidad.

A juzgar por el bramar del incendio, Jensen comprendió que solo a duras penas lograría salir del edificio y no perdió más tiempo; percibía el eco de su respiración retumbándole en la cabeza. El bebé había dejado de  llorar y Jensen esperaba que solo fuese porque estaba exhausto por el ajetreo, ya que no tenía tiempo de verificarlo. Cada neurona en su cabeza le gritaba que se diera prisa y saliera de esa trampa mortal, y lo hiciera lo antes posible; el sudor le resbalaba por la cara y empapaba su ropa. Finalmente, alcanzó el rellano, las paredes se quemaban hasta el pie de las escaleras y el bramido del fuego se estaba haciendo cada vez más intenso. Apenas podía oír sus pensamientos mientras bajaba, aun así intentó preparase mentalmente para saber qué hacer una vez que llegara al final.

Bajo sus pies, un escalón cedió pero Jensen fue capaz de evitar la caída y llegó a la planta baja. Movió un pie y desde algún lugar de la casa le llegó el estrépito de un derrumbe mientras el  fuego continuaba aumentando en intensidad, rugiendo como el motor de un avión supersónico.

A su alrededor no veía otra las cosa más que llamas y negro humo. Sabía que tenía una sola oportunidad. Recordó haber visto el salón comedor al entrar y se dirigió a la carrera en esa dirección esquivando los muebles incinerados. Lo habría casi logrado si parte del suelo no hubiera cedido bajo sus pies. Alcanzó a ver el chorro del hidrante que entraba en la casa a través de la puerta principal, y pudo escuchar el silbido del agua que goteaba desde el techo, pero el fuego era demasiado intenso por lo que, en los segundos inmediatamente sucesivos, ya no serviría para nada. A sus espaldas continuaban los derrumbes, el mobiliario se quebrantaba y las vigas comenzaron a ceder; la casa entera se estremecía emitiendo un profundo gemido y el fuego había convertido todo en un horno abrasador. El edificio se caía, pedazo por pedazo, a su alrededor; Jensen sabía esto y sabía que no le quedaban más que unos pocos segundos. Dio otro paso y cuando había casi alcanzado la puerta, el suelo se hundió bajo sus pies. Dio un salto hacia el frente. Casi lo logra, pero se dio cuenta de que se resbalaba hacia adelante. Se giró de espaldas para no aplastar al niño debajo de sí y no tener que lanzarlo a través de la puerta de ingreso abierta. Pero desapareció de sus brazos y la última cosa de la quefue consciente era que estaba cayendo en un abismo de fuego.


*********

Jensen creyó estar muerto. Había pasado días y días deambulando entre niebla y humo en busca de Dios pero solo había encontrado más de esas espirales grises y negras. Tal vez era el infierno. No era una gran sorpresa para él: se figuró que era lo que se merecía, siempre y cuando su padre tuviera la razón. Por fin, todo quedó a oscuras y Jensen comprendió que era el final. Abrió los ojos con la sensación de tener guijarros debajo de los párpados y vio un techo de azulejos. Le tomó algunos segundos darse cuenta de que estaba en una cama. Entonces el dolor lo golpeó. Sentía quemarse los pulmones en el pecho como si el fuego siguiera vivo dentro de él, le dolía el brazo y las piernas le palpitaban. Trató de mover un pie y a pesar del dolor se dio cuenta de que, afortunadamente, al menos podía hacerlo, así que trató con el otro. Hizo lo mismo con un dedo de la mano y dejó escapar un suspiro de alivio ante la noción de estar todavía en una pieza.

Pero recién cuando intentó respirar profundamente fue que el verdadero dolor lo golpeó; Jensen cerró los ojos, tratando de no llorar mientras sus pulmones protestaban.

―Se despertó―dijo una voz alegre.
―Mierda.. sí... agua. ―Necesitaba algo que extinguiese el fuego que tenía en su pecho, cada vez que respiraba era como morir. Sintió que la enfermera se movía por la habitación pero cuando algo frío le rozó los labios, la sorpresa lo sobresaltó y el aire que entró en sus pulmones súbitamente lo golpeó como un rayo. Casi muerde a la enfermera; la mujer escapó corriendo de la habitación, gritando. El hielo se soltó y percibir el frío en la boca y la garganta fue una bella sensación. Jensen se relajó y cerró los ojos nuevamente.

Debió de haberse dormido, o al menos eso creyó, era difícil de decir porque cuando reabrió los ojos aún estaba solo en la habitación y no parecía que nada hubiese cambiado, a excepción de un nuevo recipiente con hielo junto a su cama. Moverse aún le causaba dolor, pero junto a su mano encontró el botón de llamadas y lo oprimió. Apareció la misma enfermera de antes quien lo fulminó con la mirada.
―Agua ―dijo Jensen sin aliento.
―Solo no me muerda otra vez ―respondió la mujer y le metió en la boca las virutas de hielo. Jensen se sintió un poco mejor, pero su brazo y sus pulmones todavía lo estaban matando de dolor

―El médico debería estar aquí dentro de un momento ―dijo la enfermera, mientras le tomaba la temperatura y la presión para luego ingresar los datos en una computadora.
―Me duele el pecho ―dijo Jensen lentamente.
―Se ha quemado una parte de los pulmones ―explicó la mujer mientras daba golpecitos al teclado. Jensen ya había descubierto eso por sí mismo. La enfermera continuaba hablando mientras trabajaba en la computadora y Jensen trató de ignorarla, el dolor era todo lo que podía escuchar. Cuando la mujer se fue de allí, él cerró los ojos.


*************

Después de un día, Jensen comenzó a sentirse mejor. A pesar de que siguieron suministrándole oxígeno, respiraba con más facilidad. Cuando se despertó, se encontró con una nota de su padre y otra del capitán de la estación pero, aparte de eso, no había más señales de que hubiera recibido más visitas. Pensó   que todos estarían esperando a que su situación fuese menos crítica.
Estaba equivocado. La única persona que vio, además de los médicos y las enfermeras, era a su padre y sus visitas nunca eran placenteras.
―Por lo tanto, ¿te decidiste a dejar este trabajo y encontrarte uno de verdad? Tienes un título, puedo conseguir que entres en mi equipo de intermediarios―dijo su padre con su típico tono de "yo sé lo que es mejor para ti"―.Puedo hacer que tengas las prácticas listas para cuando salgas de aquí.
―No...―comenzó Jensen, pero empezó a toser más y más fuerte, hasta que una enfermera le dio algo para calmar los espasmos y pudo relajarse de nuevo. El brazo herido le punzaba y el dolor en el pecho era insoportable.
―¿Podemos hablar con calma?―preguntó Jensen y su padre lo miró como si le hubiera pedido la luna.
―Tengo que estar en la oficina en una media hora ―respondió el hombre y Jensen asintió.

Después de que su padre se fue, no recibió más visitas. Ya habían pasado tres jornadas desde que se había despertado y casi una semana después del incidente.
A medida que pasaban los días, Jensen se ponía cada vez más irascible con cualquiera que entrase a la habitación. Una vez había escuchado a las enfermeras quejándose de él en el pasillo, pero no le importaba.Pasó la mayor parte de su tiempo mirando la televisión, ya que no podía salir de la cama excepto para ir al baño, y además, porque sólo el respirar le dolía como el demonio. No la estaba pasando nada bien.

Después de mandar al diablo a la enésima enfermera, Jensen se encontró con Brunilda, la enfermera sádica  infernal, y esto ciertamente no contribuyó a mejorar su humor o a hacer que se sintiese menos miserable. La mujer parecía tener como misión punzarlo con agujas; sus baños de esponja habrían hecho confesara cualquier prisionero en dos minutos. "Debería trabajar para la CIA", le dijo Jensen mientras ella lo desollaba con fuerza, pero la mujer se limitó a gruñir y no le prestó atención.

Cuando ese suplicio terminó, Jensen se tumbó a ver la televisión invadido por la autocompasión. Sus pulmones todavía dolían, pero solo cuando tomaba respiraciones profundas. El médico le había dicho que las esperanzas de una recuperación total eran altas y el dolor era una señal de que los pulmones estaban sanando.
―Hay que darles tiempo ―le había dicho antes de dejarlo solo.Por el rabillo del ojo Jensen notó movimiento fuera de la puerta de la habitación y se preparó mentalmente para otra visita de Brunilda. En su lugar, sin embargo, Jensen vio la sombra de algo muy parecido a un muro de ladrillos llevando un casco de bombero de plástico con flores dentro en la mano.
―¿Eres Jensen Ackles? ―preguntó el hombre entrando en la habitación. Se lo veía nervioso mientras apoyaba la maceta sobre una pequeña mesa.
―Soy yo―contestó Jensen―. ¿Quién diablos eres tú? ―El chico era enorme, pero tenía cara de niño y parecía muy joven.

―Jared Padalecki. Soy el novato del tercer turno; los chicos me han pedido que te trajera algunas flores ―explicó el joven con tono cordial mientras cambiaba su peso de un pie al otro pensando en qué más decir― Los demás estaban muy ocupados.
―Lo imagino.―Jensen cambio de posición mirando al joven gigante... ―.¿O sea que te tocó la pajilla más corta?―Jensen no se dejó conmover ni un poco por una planta en una maceta de dos centavos que sus compañeros, sin duda, habían obligado a que el muchacho comprara, ni de su compasión―.Eres el primero que se deja ver de todo el escuadrón. Ahora que hiciste lo que tenías que hacer, tú también te puedes ir.―Jensen le dio la espalda y esperó oír al joven saliendo de la habitación.

―De verdad que eres un gran imbécil.―La voz del chico se había hecho más profunda y cuando Jensen se volvió a mirar, vio ira en sus ojos…
―Cuando me dijeron el tipo de bastardo que eras, yo no les creí, pero diablos que me equivoqué. He estado aquí dos minutos y ya te las arreglaste para quedar como un perfecto hijo de puta. Debes haber batido algún récord. Ahora se explica por qué ninguno de los chicos quería venir aquí.―Jared se acercó a la cabecera de la cama por lo que Jensen pudo verlo mejor. La camiseta apenas le contenía sus músculos y cuando el chico movía los brazos parecía que se estuviese por romper en cualquier momento.
―Que se jodan todos ellos ―dijo Jensen .Hubiera querido levantar la voz, pero cuando tomó una respiración profunda, el dolor que le atravesó el pecho le recordó en qué estado estaban sus pulmones. Si esos cabrones no querían verlo, entonces tampoco él quería verlos. El muchacho no dijo nada, se limitó a mirarlo como si fuera una criatura alienígena y cuando su mirada se volvió de pronto más penetrante, Jensen se puso incómodo, y comprobó que estuviese bien cubierto con la sábana.

―¿Pero qué te pasa? ¿Eres un maricón o algo así?—El brazo herido le estaba latiendo y los pulmones le dolían por estar hablando, además no estaba de humor para tonterías. Esperaba que el chico asumiese algo parecido a una actitud compasiva, pero no fue así. Por lo general, después de una pregunta como esa, la gente tiende a retroceder, sin embargo, el muchacho dio un paso adelante hacia la cama con una expresión indescifrable en el rostro.
—Al parecer me has confundido con un felpudo. Vine aquí porque ninguno de los otros tenía intenciones de venir a ver a un perdedor como tú, y así me lo agradeces. ¿Cómo te atreves a insultar a la gente? —Jared dio otro paso hacia adelante sin dejar de mirar fijamente a los ojos de Jensen ,poniéndolo sumamente incómodo, especialmente teniendo en cuenta la talla imponente del muchacho.

—¿No conoces el dicho, “no se debe despertar a una fiera que duerme”? —La voz de Jared era muy similar al gruñido de un perro—.Porque lo acabas de hacer.—Jared se acercó tanto a la cama que su figura se cernía amenazante sobre Jensen—.¿Por qué estás actuando como un cretino? ¿Sabes que creo?—Se inclinó sobre la cama de Jensen ,un poco demasiado cerca para su gusto—Creo que tú eres gay y lo mantienes bien escondido. He conocido a un montón de tipos como tú por ahí. Eres infeliz y la agarras con los demás a tu alrededor. Pero vi cómo me mirabas, como si yo fuera tu cena y estuvieses a punto de devorarme. Y no creas ni siquiera por un momento que eso es posible. Seré de los que reciben por el culo, pero no lo hago con cretinos como tú que no tienen el coraje de aceptar lo que son.

—Pero qué carajo... —alcanzó a decir Jensen mientras trataba de alejar a Jared con su mano buena.
—Eres como un libro abierto para mí, es inútil fingir, reconozco a los que son como tú a una distancia de un kilómetro y me di cuenta que eras gay después de dos segundos. He visto cómo se han iluminado tus ojos tan pronto como entré, estabas babeando por la boca.

—¿Estás demasiado seguro de ti mismo, eh? —Jensen trató de alejarlo empujándolo, pero se encontró en el camino con una abundancia de músculos pectorales—. Así que, vete a la mierda, tú no sabes un carajo de nada.—Jensen se sentía importunado, pues las palabras de Jared habían dado justo en el blanco.

—Con que no, ¿eh? Solo pensando en mí casi te has puesto duro. Sabes, estas sábanas son realmente tan finas que no logran esconder nada. Así que puedes dejar de decir tonterías y de actuar como un idiota. Ya hice lo que se me pidió, te traje las malditas flores. Tú estarás aquí todavía por un tiempo y cuando salgas, tendrás que permanecer en casa aún un poco más, por lo que te sugiero que hagas un buen uso de todo ese lapso y reflexiones sobre por qué estás aquí tan solo y por qué nadie se ha molestado en venir a verte.—Jared se apartó de la cama y miró hacia la puerta. Cuando se volvió de nuevo hacia él, Jensen notó en la expresión de los ojos del chico algo que no logró descifrar—. Nos vemos, miedoso.
—¡No es cierto! —gritó Jensen y se lamentó inmediatamente después cuando sus pulmones protestaron enérgicamente.

Jared se volvió hacia él y Jensen pensó que se iría de allí; sin embargo, el joven esperó a que el otro dejara de toser para acercarse nuevamente a la cama. Jensen se preparó para otra prédica pero el chico solo se inclinó sobre él y le dio un beso en los labios. No era delicado como cuando se besa a una mujer: era impetuoso y áspero. Jared tomó posesión de su boca como si se hubieran besado una y mil veces en el pasado. Al diablo los pulmones, el dolor en el brazo y todo lo demás,
Jensen se dio cuenta de que se había puesto duro al instante; todo su cuerpo reaccionaba al toque de Jared.
El joven movía la lengua contra la suya en una batalla por el dominio que Jensen perdió sin apelación, por lo que Jared pudo tomar todo lo que quiso sin pedirlo. Para Jensen fue una sensación asombrosa, su cuerpo sabía lo que quería por lo que hizo caso omiso de los mensajes que enviaba su cerebro.

De repente y sin previo aviso, Jared se separó de él y se alejó de la cama.

—Embustero —fue lo que dijo mientras se dirigía hacia la puerta sin mirar atrás.


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Mensaje por zynna Lun 19 Ene 2015, 6:42 pm

Capitulo 2


Jensen pudo finalmente, volver a casa. Habían sido necesarios dos días para convencer al médico de que le diera el alta, y a juzgar por las expresiones del personal del hospital, todos parecían felices de que se fuera de allí, al menos igual de felices que lo que él estaba de dejar atrás esa pesadilla.

Necesitaba de alguien que lo llevara de vuelta a casa, y su padre, como de costumbre, estaba demasiado ocupado para hacerlo. Así que había llamado al capitán de su escuadrón, quien le había dicho que mandaría a alguien. Y el tal “alguien”, obviamente, no podía ser otro más que Jared, que en ese momento se hallaba sentado en la sala de espera, esperando. Jensen no dijo nada con la esperanza de que si se quedaba en silencio el otro hiciera lo mismo y entonces podría volver a casa en paz sin más dramas.

—Veo que tu actitud no ha mejorado en estos últimos días—dijo Jared después de que Jensen se metiera en el auto. Se dirigieron hacia el centro de la ciudad, entonces preguntó—,¿dónde es que vives?
—Zona Sur, cerca de Walmart—comenzó Jensen y prosiguió dando una orientación más detallada mientras que el otro asentía con la cabeza dirigiéndose al centro de la ciudad.
—Gracias por venir —dijo entonces, y en la cara de Jared se dibujó una expresión  de sorpresa—.  Contrariamente a lo que crees, no soy  un cretino absoluto.—Permanecer sentado en el coche con Jared, sin embargo, lo perturbaba, sobre todo porque en los últimos dos días, Jensen no había hecho otra cosa más que pensar en la posesiva forma en la que Jared lo había besado, enardeciendo cada célula de su cuerpo. No debería experimentar esas emociones, pero al mismo tiempo, no lograba dejar de pensar en ellas, y el tener a Jared tan cerca, en un espacio cerrado, rodeado por el aroma del chico de tal modo que casi podía saborearlo, no ayudaba.

—Pero estás cerca de eso —dijo Jared—. Cuando llegué a la estación desde el hospital, los chicos me han contado mucho sobre ti. Al parecer eres un excelente bombero, pero cuando no estás ocupado apagando incendios, eres intratable. Algo que me resulta difícil de creer. —Jared le lanzó una sonrisita sarcástica que hizo que su pene se agitara en los pantalones.

—Hey—dijo Jensen— mira que no soy siempre así. —Era cierto—. Tuvimos muchos buenos momentos con los muchachos —continuó él y Jared le dio otra sonrisa, sacudiendo la cabeza.
—Como he dicho, eres un libro abierto para mí. Tienes miedo que descubran que te gustan las pollas y haces todo lo posible para mantenerlos alejados de ti. Bueno, yo lo sé y no me importa un carajo—dijo Jared deteniéndose en el semáforo.
—¿Entonces, cuándo se lo has dicho? —preguntó Jensen. Era una idea que le daba vueltas en la cabeza desde hacía días y se preguntaba cómo podría mirar a la cara a sus colegas o a cualquier otra persona si lo hubieran descubierto.

Jared hizo un sonido gutural y Jensen sintió que un escalofrío le recorría la columna vertebral.
—Yo nunca haría algo por el estilo. Si quieres permanecer oculto es tu asunto. —El  semáforo se puso en verde; aceleró superando la intersección y unos minutos más tarde llegaron a su destino. Jensen se bajó del coche y sin hacer movimientos bruscos, se dirigió hacia la puerta de la casa—.Necesitas estas—dijo Jared lanzándole un manojo de llaves—. Tengo también el resto de las cosas que quedaron en el vestuario en la estación.

Jensen no había pensado en otra cosa más que en volver a casa olvidando todo lo demás. Murmuró un "gracias" y subió lentamente los escalones que conducían a la puerta principal. Cuando estuvo dentro de la casa, Jared lo siguió mientras Jensen llegaba a la sala de estar y se dejaba caer en una de las sillas, sin aliento. Se sentía débil y cansado. El viejo piso de madera crujía bajo los pies del chico mientras se movía por la casa, cuando regresó a la sala de estar, tenía un vaso de agua en la mano que apoyó sobre la mesita antes de sentarse en una silla.

—No estás obligado a quedarte —dijo y Jared resopló suavemente.
—Has dado cuatro pasos desde el coche hasta aquí y ya estás casi desmayado. Supongo que subir al piso superior, hoy por hoy será como escalar el Monte Everest.Quiero asegurarme de que estés bien antes de irme de aquí—dijo Jared poniéndose de pie—. ¿Tienes algo para comer?

La naturaleza intransigente de Jensen se apoderó de lo mejor de él y estaba justo a punto de decirle que se fuera de una vez de allí cuando sufrió un ataque de tos. Alargó la mano hacia el vaso de agua para beber un poco de ella, pero terminó por volcársela encima.

Cuando los espasmos finalmente perdieron intensidad, Jensen se dio cuenta de que Jared lo estaba sosteniendo, sus grandes manos frotándole la espalda. Se apartó de él de golpe, lanzándole una mirada hostil y le pareció que Jared se sintió mal por ello. Suspirando para sí, Jensen tomó otro sorbo de agua. Sin decir nada, el otro hombre dejó la habitación; poco después Jensen oyó ruidos procedentes de la cocina.
Estaba demasiado cansado para oponerse, hacía tanto tiempo que alguien no se preocupaba por él, así que cerró los ojos y se relajó en el sofá.
—Siéntete como en tu casa—dijo en voz baja, a nadie en particular.

Jensen continuó con los ojos cerrados haciendo caso omiso de cualquier ruido procedente del resto de la casa. Mientras Jared no prendiera fuego a la casa, lo cual era muy poco probable, podría soportarlo. Perdió la noción del tiempo, ocupado como estaba enfocándose en su respiración. Abrió los ojos cuando escuchó el tintineo de los cubiertos: Jared había preparado algo para comer y lo estaba transportando en una bandeja que colocó sobre la mesita. Después de la comida del hospital, el olor del sándwich de queso y de la sopa de tomate le pareció lo mejor que había comido jamás y su estómago gruñó.

—Veo que una parte de ti lo aprueba —dijo Jared dulcemente.
Jensen se alzó hasta sentarse y tomó la mitad del sándwich asegurándose de masticar lentamente, la última cosa que deseaba era volver a toser como un loco.
—¿Por qué sigues aquí? —Jensen tragó el bocado y tomó un sorbo de agua—. Ni siquiera me conoces y ya has llevado a término tu misión en el nombre de la hermandad de los bomberos.
—Necesitas ayuda —dijo Jared impasible agarrando su sándwich.
—¿Qué es lo que quieres? —preguntó Jensen, la mano que sostenía su bocadillo quedó suspendido en el aire—.Nadie hace nada por nada. —Por supuesto, estaba lo de cubrirse las espaldas el uno al otro, pero por lo que él sabía, todo tenía un precio.
—¿Noto quizás una pizca de cinismo? —dijo Jared con ironía—.Jesús, ahora se explica por qué te comportas de esta manera.—Luego negó con la cabeza y no dijo nada más, lo que puso a Jensen fuera de sí pues el otro no había respondido a la pregunta. Dado que las probabilidades de que Jared le diese una respuesta, o que se fuera de allí parecían ser muy escasas, decidió relajarse en el sofá e ignorar al hombre, una tarea muy ardua. Jensen era fornido, pero también era muy atractivo y, para alguien que tenía un físico tan macizo, no se movía como un gorila de gimnasio, de hecho, sus movimientos tenían algo de delicadeza.

Jensen no estaba del humor adecuado para charlar, le exigía demasiado oxígeno, por lo tanto, se limitó a observar y caramba si no había suficiente material para mirar. La camiseta del chico le cubría a duras penas los pectorales, piernas gruesas como troncos de árbol rellenaban unos pantalones vaqueros tan ajustados que creyó que podría distinguir la forma singular de cada músculo a través de la tela. Su vista recorrió el largo de las piernas de Jared, se esforzó por no mirar, pero falló y le quedó claro que el chico era grande en todas partes.—Estoy viendo que me miras —dijo alzando el cuenco de sopa y abriendo aún más las piernas. Jensen desvió la vista y se puso a mirar su propio cuenco y Jared se rió, el sonido resonó profundamente en su pecho

—no hay nada malo en observar, o en tocar para el caso, siempre y cuando ambas partes sean honestas consigo mismas.

Jensen trató de mantener la vista fija en la comida para no mirarlo, pero ese intento también fracasó.
—Mierda —dijo, y casi se le cayó la cuchara de la mano cuando Jared se relajó más en el sofá, quedando completamente en bella exposición.
Jensen se dio cuenta que lo estaba haciendo a propósito y le pareció que el chico se estaba divirtiendo a su costa.
—¿Hace mucho que estás en el cuerpo? —Jensen pensó intercambiar algunas palabras mientras terminaba de comer para luego irse arriba... solo.
—Desde hace un par de semanas. Debían enviarme a Goodwill, pero al final me han asignado a la Unión poco antes de tu accidente. Es un puesto un poco antiguo, pero los muchachos están en su lugar. Greg Martin me está enseñando mucho.—Continuaron comiendo y Jensen se complació en ser capaz de mover la conversación a algo no tan embarazoso.—Martín es un buen hombre y un excelente bombero. Te enseñará lo mejor, no hay duda. —Jensen continuó comiendo, la sopa descendió sin problemas por su garganta.
—Los demás también me parecieron buenas personas —dijo—.Todos estaban bien dispuestos a tener un nuevo integrante en el escuadrón.—Jared aún estaba comiendo y Jensen se descubrió lanzando ojeaditas en su dirección. En un par de ocasiones le había parecido vislumbrar el dibujo de un tatuaje bajo el borde de su camiseta pero no estaba seguro de haber visto bien.

El joven tenía un rostro de niño con esos espléndidos ojos verdes y el cabello castaño recortado. Era bellísimo y era justo el tipo que gustaba a Jensen, o más bien, lo hubiera sido si lo admitiera, algo que no sucedería. Jared se volvió a acomodar sobre la silla y el otro hombre comprendió que estaba jugando con él.
—Es un equipo muy bueno y puedes estar seguro que te darán todo el apoyo posible —dijo Jensen con total sinceridad—. Muchos de ellos me han salvado en más de una ocasión y lo mismo hice yo por ellos. Ese es nuestro trabajo.—Jensen estaba orgulloso de ser un bombero y orgulloso de su escuadrón, para él eran los mejores en Carlisle—. Puedes contar con ellos para cualquier cosa.

Jared lo miró con escepticismo.—¿Excepto para confesarles que eres gay? —Y allí estaban de nuevo en el punto de partida.
—¿Qué pasa, se te rayó el disco? —dijo Jensen irritado. Tragó el último bocado y se levantó lentamente del sofá para llevar los platos sucios a la cocina. Ya había tenido bastante de ese tema y no poseía ninguna intención de hablar sobre su vida privada con alguien que apenas conocía.

No era algo que hiciera ni siquiera con aquellos a los que frecuentaba de toda la vida. Después de haber acomodado los platos se dirigió hacia las escaleras y comenzó a ascender lentamente. El chico tenía razón, aquella escalera era el Everest para él. Había conseguido subir la mitad cuando tuvo que agarrarse de la barandilla y comenzó a toser. Oyó ruido de pasos detrás de él y antes de que pudiera darse cuenta de lo que estaba pasando, sintió que lo levantaban del suelo. Jensen no dejó de toser mientras Jared lo cargaba por las escaleras; se las arregló para calmarse solo cuando lo bajó con cuidado sobre la cama.
—¿Cómo lograste eso? —preguntó Jensen cuando la tos le dio un momento de tregua—. ¡Peso noventa kilos!—En ese momento se sentía tan frágil como un gatito.
—Por si no te has dado cuenta, soy grande y musculoso.
Jensen se relajó en la cama y comenzó a concentrarse en su respiración.—Lo he notado, pero de todos modos soy bastante pesado.—Jensen le dirigió una mirada inquisitiva—. ¿No te meterás esteroides, verdad?
Jared se rió.
—No. No necesito de esas cosas. Siempre hice levantamiento de pesas, desde que era un chiquillo y siempre he sido robusto—dijo encogiéndose de hombros. A le pareció que estaba esperando algo.
—¿Qué pasa?
—Quítate la ropa y metete en la cama.
—No hay necesidad de que me arropes con las mantas —dijo Jensen—.De todos modos, quiero descansar un poco y luego tomar una ducha. Me siento todo mugriento.
Jared se giró y comenzó a alejarse.
—Voy a acomodar un poco abajo y luego me voy. —Jensen permaneció observándolo mientras salía de la habitación; sus ojos se posaron automáticamente en sus nalgas y, ¡maldita sea! Jared decidió voltearse justo en ese momento y lo atrapó. Jensen no dijo nada, se acomodó mejor en la cama y espero hasta escuchar los pasos bajando por las escaleras.

Entonces cerró los ojos por un momento y los volvió a abrir de golpe, maldiciéndose en voz baja. Siempre había fantaseado con hombres, pero ahora, cuando cerraba los ojos veía a Jared... desnudo, o al menos aquello que su cerebro cochino y pervertido le dejaba imaginar como un Jared desnudo.  
Por si no fuera suficiente, se había puesto duro solo de pensarlo. No sabía qué hacer, pero sabía que eso tenía que terminar. Jensen odiaba ser así.

Desde la adolescencia había querido ser como todos los demás y había rechazado con todas sus fuerzas aquello que le decía la cabeza. Siempre había mantenido esa parte de sí mismo, oculta y bajo control, pero con Jared sentía que aquel control se le escapaba.Cuando pudo respirar un poco mejor, Jensen se levantó de la cama lentamente y se encaminó al baño, cerró la puerta con llave antes de hacer correr el agua y desvestirse. Se metió en la ducha y dejó que el chorro de agua caliente fluyese sobre él. Todavía tenía que prestar atención al brazo lesionado, pero afortunadamente no se había fracturado y cada día le dolía un poco menos. Era incómodo bañarse con una sola mano pero de alguna manera se las arregló. El verdadero problema era su pene. Estaba allí, enhiesto y reclamando su atención.

Jensen pensó en masturbarse, pero acabaría por fatigarse y tendría que pagar las amargas consecuencias por ello posteriormente; por eso decidió ignorarlo tanto como fuera posible y después de haberse lavado giró el agua hacia el lado frío. Pareció funcionar, al menos por el momento. Jensen cerró el grifo y salió de la ducha para secarse con cuidado.Una vez que terminó se envolvió una toalla en la cintura antes de abrir la puerta y por poco no se choca con Jared, quien le puso una mano sobre el hombro. El aroma del chico le llenó las fosas nasales con efectos devastadores sobre su erección.

-¿Pero qué estás haciendo?-preguntó Jensen molesto y comenzó a toser de nuevo. Por lo menos era una excusa para encubrir el bulto bajo la toalla.
-Yo quería asegurarme de que no te habías caído o que no necesitaras ayuda.-Su rostro era tan inocente que Jensen sabía que él no estaba mintiendo.
-Estoy bien. Gracias por todo -dijo antes de regresar a su habitación -.Aprecio mucho lo que hiciste. -Y era verdad.
-Está bien. Nos vemos entonces. -Jensen sintió el suelo crujir cuando Jared descendió a la planta inferior; luego la puerta abrirse y cerrarse.

Se metió de nuevo en la cama, buscando una posición en la que pudiese respirar con mayor facilidad y se quedó mirando el techo. Estaba muerto de cansancio, pero  los pensamientos en su cabeza andaban en mil direcciones distintas, todos centrados en torno a un solo objeto: Jared. Una parte de él se sentía atraída y excitada ante esos pensamientos, pero otro se preguntaba qué cosa quería realmente Jared. Porque nadie hace nada por nada.
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Mensaje por zynna Mar 20 Ene 2015, 12:32 pm

Capitulo 3


Jensen estaba empezando a cuestionarse la idea de que nadie hace nada por nada.Habían pasado tres semanas desde que había dejado el hospital y Jared iba a verlo casi todos los días, o antes o después del trabajo.  
A veces no se quedaba mucho tiempo, pero siempre le preguntaba cómo estaba y si estaba respirando mejor. El médico le había dicho que podría volver a trabajar en una semana, pero tendría que ser un servicio limitado, o sea, nada de apagar incendios, lo que era una gran alteración. Una parte de Jensen esperaba con ansias la visita de Jared. Se había convertido en algo más que una simple compañía y en más de una ocasión habían hablado de otras cosas además de los temas habituales ligados al trabajo. Habían descubierto una pasión compartida por las motocicletas, en ocasiones Jared se presentaba en la casa de Jensen montando la suya y cuando Jensen se sintió mejor llevó a Jared al garaje para mostrarle su dos ruedas.

Esa fue la parte divertida de las visitas de Jared. La parte más dura, en todos los sentidos, era que al cabo de cinco minutos con él, Jensen se ponía duro y tenía que acomodársela en los bóxer en espera de que Jared se fuese para luego masturbarse pensando en los labios de Jared, en sus manos o, y Jensen bendecía aquella creación, en su culo.

Una vez Jared había pasado por su casa antes de ir al gimnasio, vestido sólo con una musculosa y pantaloncitos cortos. Jensen se había masturbado con esa imagen en la cabeza durante días. Sabía que tenía que encontrar una solución, y desde luego no podía tomar la iniciativa. O mejor dicho, no debía tomar la iniciativa, pero su determinación se hacía más débil cada vez que veía a Jared. Y no creía que Jared estuviese interesado.
Jensen escuchó pasos sobre el porche y se levantó del sofá en el que estaba leyendo. Había visto suficiente televisión para que le bastara toda la vida. Abrió la puerta y dio un paso atrás mientras Jared entraba en la casa. La sola visión del chico lo dejó sin aliento y esta vez no fue culpa de sus pulmones lesionados.
-¿Vienes del gimnasio?- preguntó Jensen tragando saliva.
Afuera hacía calor y Jared llevaba una musculosa amplia, que dejaba bien descubiertos sus pectorales y tetillas, y un par de pantaloncitos cortos que dejaban muy poco a la imaginación.
-Sí, han cortado el agua del gimnasio y también la de mi casa por una fuga en el acueducto. La están reparando, pero no sabía cuánto tiempo les tomará hacerlo. ¿Puedo tomar una ducha aquí?-Jensen asintió con la cabeza y Jared se fue arriba, los pantaloncitos cortos ponían en evidencia sus glúteos con cada paso.

Jensen volvió a la sala, retomó su libro y trató de leer. Después de haber leído la misma frase por ocho veces, escuchó el agua correr y abandonó la idea de la lectura por la imagen de Jared, desnudo, en su cuarto de baño. Encendió la televisión en un canal en el que hablaban de terremotos y permaneció mirándolo.

Después de un tiempo ya no sintió más el sonido del agua y los pasos del joven resonaron en las escaleras. Bajando el volumen de la televisión,
Jensen se volvió un poco para preguntarle si quería una cerveza y se quedó con la boca abierta. Jared llevaba un par de diminutos pantaloncitos cortos y nada más
-¿Qué estás haciendo? -preguntó Jensen bruscamente.
-Estoy jugando sucio, eso estoy haciendo. Durante todo este tiempo no has dejado de lanzarme miraditas a escondidas y apuesto a que por la noche te masturbas imaginando en cómo me veo sin ropa. No creas que no te he visto y no pienses ni por un segundo que eso me molesta. Sabes, también yo teobservaba.-Jared se movió, interponiéndose entre Jensen y la televisión, con las piernas abiertas y el bulto de sus pantaloncillos a la altura de sus ojos-. Como te dije, veo incluso lo que no quieres que vea y he pasado las últimas tres semanas haciendo todo lo posible para que te vuelvas loco.-Jared se acercó aún más, su voz había adquirido un tono de voz más profundo y estaba cargada de promesas sexuales?.

-¿Tú crees que me pondría pantalones de cuero justo en el medio del verano sólo para montar la motocicleta? Por supuesto que no.-La voz de Jared era un gruñido y Jensen sintió como su pene se estremecía y palpitaba-. Me los puse porque me hacen buen culo y quería que lo vieras. Cada vez que te ayudo a hacer algo me preguntas que es lo que busco en realidad. Bueno, busco que seas honesto contigo mismo y conmigo, incluso si quieres continuar mintiéndole al resto del mundo.-Lee señaló la ventana-. Tú me deseas y yo te deseo. No vengo del gimnasio y no hay fugas en el suministro de agua. Yo quería que me vieses con esa musculosa y con estos  pantaloncitos...

-¿Y si te pidiera que te fueras? -preguntó Jensen con tono penoso y no logró añadir nada más porque tenía la garganta seca como el desierto.
-Entonces dilo y me voy -murmuró Jared tan cerca de él que Jensen podía sentir su respiración-. No quiero obligarte a hacer algo que no quieres. Pero no me pedirás que me vaya. Lo veo en tus ojos, lo quieres tanto que no puedes pensar en nada más.-Jared se inclinó hacia él y le tocó los muslos, su toque fue suave a pesar de sus manos tan grandes-. Yo sé lo que significa vivir en las sombras y desear algo tanto que duele. Sin embargo, todos te han dicho que eso que quieres está mal así que mantienes todo en el interior tratando de olvidarlo.

Jensen asintió con la cabeza una vez, casi hechizado por sus palabras. Era como si pudiese leer su alma, y supiera exactamente lo que sentía. La idea le hizo estremecerse y cuando la mano de Jared se movió a lo largo de su muslo, él se estremeció.

-No tienes que hacer eso. Puedes ser feliz y dejar de esconderte, al menos por un tiempo.-El más joven estaba muy cerca ahora, y  Jensen se dio cuenta que estaba abriendo los labios a la espera de un beso. Todavía no había logrado sacar de su cabeza el beso que le había dado en el hospital.

El corazón le latía locamente y su respiración se había detenido. Jared se movió un poco más cerca, con todo su esplendor de músculos y piel ámbar y, por primera vez, Jensen se permitió una caricia, sus dedos trazaron las curvas del tatuaje que desde el hombro izquierdo se extendía hasta un lado del pecho de Jared
-Puedes ser honesto contigo mismo.-Le susurró Jared y Jensen asintió.

Sabía que el otro tenía razón, pero años de negación no desaparecen en un instante. Permaneció quieto y Jared se le acercó;  Jensen abrió los labios y los humedeció con la lengua preparándose para lo que seguramente sería un gran beso.

No se equivocaba. Cerró los ojos apenas Jared puso sus labios sobre los de él. Al igual que la última vez, el chico inmediatamente tomó el control, dando mordiditas delicadas pero decididas con sus labios carnosos y firmes antes de explorar su boca con la lengua. Jensen sentía a Jared avanzar más y más, hasta quedar presionado contra el respaldo del sofá mientras el beso se hacía más fogoso. Sintió los dedos de su acompañante bajo el borde de su camiseta; este se apartó de él el tiempo necesario para sacársela de encima y sus labios regresaron sobre Jensen mientras el ancho pectoral de Jared presionaba contra el suyo. Su pene pulsaba, confinado como estaba en los pantalones; Jared lo ayudó a tumbarse en el sofá y se extendió sobre él.
Jensen pudo sentir el otro pene erecto presionándole en el vientre. Esto era lo que quería y lo que siempre se había negado: el tacto, el calor, la intimidad del contacto con alguien que realmente deseaba. En el pasado, todos sus encuentros habían sido anónimos y silenciosos; en cabinas de fotos carnet con chicos que no conocía o por los cuales no sentía nada, o en los baños de algún bar bien lejos de casa, para luego odiarse por haberlo hecho. Pero esto, diablos, esto era algo completamente distinto. Los labios del joven estaban todavía sobre los suyos y sus manos le acariciaban la piel, dedos ásperos le pellizcaban los pezones haciéndole desear más.
Jared comenzó a mover sus caderas y  Jensen sintió el peso de su pene deslizarse contra el suyo, era grande y grueso, y  Jensen comenzó a empujar hacia arriba contra el cuerpo musculoso.
-Tenemos todo el tiempo del mundo -dijo Jared, y su cálido aliento acarició los labios de su amante. El más joven se echó hacia atrás y se alzó lentamente del sofá, su erección era más que evidente, sin embargo, no hizo nada para esconderla.
-¿Has visto lo que me haces? - Jensen asintió con la cabeza, su pene tembló y los músculos del culo se le contrajeron ante la vista. Jared le tendió una mano y él la aceptó alzándose del sofá, de esa manera lo guió hacia la escalera. Pero al pasar por delante de la ventana,  Jensen vio el BMW de su padre, que estaba ascendiendo por el camino de la entrada y súbitamente retiró la mano de la de Jared para correr hacia el sofá a vestirse nuevamente.
-¡Vístete! ¡De inmediato! -dijo con los dientes apretados tratando de mantener bajo control la respiración para evitar un ataque de tos.
Volteándose a mirar a su acompañante más joven vio que la pasión, que antes le enardecía  la  mirada,  se había apagado para dar paso a la decepción antes de empezar a recoger sus cosas.
-Nos vemos -dijo Jared abriendo la puerta.  Jensen escuchó el saludo que dirigió a su padre, seguido por el rugido de la moto que partía y se alejaba. El bombero se sentó en el sofá y encendió la televisión manteniendo el volumen bajo con el fin de aparentar estar viendo algún programa.
-¿Quién era ese?-preguntó torvamente su padre entrando sin anunciarse.
-Uno de los chicos del escuadrón -respondió  Jensen desde el sofá -Vino a ver cómo estaba.-Intentó todo lo posible mantener un tono casual. Su padre hizo un sonido semejante a un gruñido, como queriendo expresar fastidio.


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Mensaje por zynna Jue 22 Ene 2015, 6:51 pm

Capitulo 4


Jensen sintió que su estómago daba una voltereta antes de recordarse a sí mismo que su padre siempre era así.
-Ya tengo el permiso del médico para regresar a trabajar la próxima semana -dijo cambiando de tema-. A veces respiro fatigosamente, pero está mejorando día a día.
-Bueno, no deberías preocuparte por eso, la agencia se mostró interesada en añadirte al equipo. -Su padre parecía realmente  entusiasmado.
-¿Qué? Papá… -¿cuándo demonios había pasado? Jensen amaba lo que hacía y no veía la hora de regresar al trabajo. Lo último que quería era encontrarse a sí mismo dependiendo de su padre de por vida y tener que renunciar a realizar un trabajo para el cual había nacido
Jensen tomó un respiro un poco demasiado profundo y comenzó a toser. Su padre lo ignoró. "Sé un hombre" era su lema y se desentendía de todo lo que no quería ver.

-Te dije que lo solicitaría a la agencia y que comenzaría a preparar los documentos para cuando estuvieses fuera del hospital- replicó su padre con firmeza mientras se sentaba-. Tu trabajo es demasiado peligroso, además, puedes ganar mucho más dinero trabajando para mí. Sé que tendrás que dar el pre-aviso de renuncia, si lo haces mañana, en unas pocas semanas puedes comenzar con nosotros.

-Me convenciste de que lo hiciera cuando yo estaba bajo la influencia de las medicinas, no volvimos a hablar del tema y no te has dejado ver durante semanas.
-Te llamé -exclamó su padre-. Y no uses ese tono conmigo.
-No estoy usando ningún tono, sólo estoy exponiendo mis razones. Me gusta ser bombero y lo hago bien. -Con su padre siempre se sentía como si aún tuviese doce años y fuera sorprendido jugando al doctor con su amigo Jimmy-. Yo no quiero ser intermediario financiero. Me gusta estar al aire libre y me gusta ayudar a la gente.
-Casi te mueres -replicó su padre, y por primera vez en muchos años Jensen notó una pizca de preocupación paternal en su voz-.¿Qué clase de vida es esa? No irás a ninguna parte así. ¿No quieres más? ?El tono de su padre había vuelto a ser el habitual, firme y obstinado?. Ven a echar un vistazo a la oficina la próxima semana. No descartes esta posibilidad así como si nada.

Jensen se sentía muy fastidiado. Su padre no era de los que aceptan una no por respuesta. Incluso era gracias a eso por lo que el hombre se había convertido en un asesor financiero tan bueno, se las había arreglado para adquirir la totalidad de sus clientes gracias a su tenacidad, pero adoptaba la misma actitud obstinada también fuera del trabajo y rara vez se daba cuenta cuando era el momento de soltar la presa, sobre todo con Nicky. Así que habían terminado por evitarse recíprocamente, o mejor dicho, era el hijo él quien intentaba en lo posible evitar a su padre.
-Tengo que volver al trabajo la próxima semana.
-Entonces, ven en unos días así vemos cómo van las cosas -dijo su padre con su clásico tono-. No acepto discusiones.
-No -respondió Jensen con una firmeza que lo sorprendió-.Voy a tenerlo en cuenta, pero tengo cosas que hacer esta semana y además, todavía tengo que estar en reposo para que mis pulmones se recuperen. Te prometo que voy a pensar en ello, pero eso es todo.
-Nunca le había hablado así a su padre y se dio cuenta de que quizá debería haberlo hecho mucho antes. Posiblemente así hubiera habido respeto mutuo entre ellos.
-Ahora necesito descansar y tú tendrás sin duda algunas llamadas que hacer y clientes que recibir. -Jensen sabía bien cuáles eran las prioridades de su padre. Después de la muerte de su madre, cuando aún estaba en el liceo, la adicción al trabajo de su padrese había hecho con el control sobre todo lo demás. Trabajar para hacer dinero se convirtió en una prioridad para Richard Ackles, Jensen estaba convencido de que, aparte de eso, a su padre no le interesaba nada más.
-Ya le he dicho a mis socios que estabas interesado en el puesto y ahora te gas incluso a pasar por la oficina. Me expuse por ti.
Jensen sintió la bilis en el estómago. -Hiciste lo que querías y eso es todo. Tengo cosas que hacer, deberías habérmelo preguntado a mí primero, o al menos hablarlo conmigo cuando no estaba medio dormido bajo el efecto de los analgésicos.- Jensen se puso de pie y se encaminó hacia la escalera.¿A dónde vas? -preguntó su padre irritado.
-Te lo dije, tengo que descansar. Supongo que sabes dónde está la puerta. - Jensen no miró hacia atrás mientras subía  las escaleras; fue bastante satisfactorio oír cómo se cerraba la puerta principal sin que su padre le siguiera rebatiendo. Ciertamente, no se terminaría allí. Su padre encontraría la manera de recuperar la fuerza atacarlo desde otra dirección.  

Si hubiera permanecido en los Marines, hoy sería comandante. Al llegar a la planta superior, Jensen entró en su habitación y se quedó sentado en el borde de la cama durante unos minutos antes de acostarse. Sabía que no lograría dormir porque su padre le había crispado los nervios de buena forma y además, no no conseguía dejar de pensar en Jared.
Jensen tomó el celular y desplazó los nombres en la libreta de teléfonos. Esperaba que volviera, pero había visto su mirada herida.pero no había nadie a quien pudiese llamar. No tenía muchos amigos fuera de los muchachos del escuadrón y, por lo que había captado durante las semanas en las que permaneció en el hospital, incluso ellos no eran más que compañeros de trabajo.

Jared fue a visitarlo todos los días desde que había sido dado de alta, lo había ayudado con las cosas que él no era capaz de hacer, y lo había hecho sin quejarse jamás, ni siquiera cuando Jensenle había pedido que llevara al sótano la ropa sucia acumulada desde hacía una semana porque él no podía hacerlo a causa de su brazo herido. Jensen apoyó el celular y cerró los ojos, los pensamientos se le superponían en la cabeza. Finalmente se quedó dormido sin haber encontrado ninguna solución.


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Mensaje por zynna Vie 23 Ene 2015, 12:55 pm

Capitulo 5


Jared ya no se fue a verlo y Jensen sentía la ausencia de su compañía, de su amistad. Darse cuenta de ello fue una sorpresa para él. No son muchas las personas que ayudan a alguien sólo porque lo necesitan, sin que se lo hayan pedido.

En los últimos tres días, cada vez que pensaba en Jared, recordaba sus besos apasionados y la sensación de la piel del chico contra la suya además de sus grandes manos que lo habían acariciado con una perfecta combinación de fuerza y dulzura. El recuerdo lo excitaba cada vez que pensaba en ello a pesar de que no habían hecho otra cosa más que besarse y acariciarse un poco, pero había sido mucho más significativo que todas las mamadas y los manoseos anónimos puestos juntos.

Sabía que lo mejor era mantenerse alejado de Jared, sus sentimientos morirían con el tiempo y podría retornar a su vida de siempre. Pero, ¿era eso lo que de verdad deseaba? Jensen era un buen bombero, esto lo sabía, pero no le agradaba a nadie en el escuadrón. Eso era poco más que seguro, y estaba claro por el hecho de que habían elegido enviar a Jared para que lo visitara en el hospital. Los chicos siempre le habían cubierto la espalda durante las misiones, su apoyo no estaba en discusión, pero más allá de eso, no se habían hecho amigos y ahora comprendía por qué mantenía a los otros a distancia. Era un idiota, justamente como Jared había dicho. Había pasado los últimos tres días reflexionando y se había dado cuenta de que tenía mucho en común con su padre. Sentado en la sala de estar, Jensen apagó la televisión y encendió la computadora y después de algunos intentos fallidos, logró averiguar dónde vivía Jared, decidió entonces tomar el coche e ir a ver si estaba en la casa.

Se detuvo a comprar algunas cervezas, siguió su camino, y una vez llegado a Hanover Street, la calle principal de la ciudad, estacionó. Tocó el timbre de un apartamento situado encima de una tienda de antigüedades. Parecía que no había nadie en la casa y Jensen se dispuso a marcharse cuando oyó el rumor de pasos que se acercaban a la puerta. Jared abrió la puerta y lo miró con el ceño fruncido antes de hacerse a un lado para dejarlo pasar.
-¿Qué estás haciendo aquí?
¿Qué estaba haciendo allí? ¿Qué pensaba que pasaría? Jensen tragó saliva y Jared empezó a subir las escaleras.
-Visto que ya estás aquí, ven arriba. -Jensen le siguió haciendo lo posible por no mirar el trasero de Jared, pero no logró contenerse.
En la parte superior de las escaleras, abrió una puerta y Jensen lo siguió hasta un pequeño apartamento que hacía parecer a Jared aún más grande de lo que ya era, sobre todo cuando el chico tuvo que agachar la cabeza para pasar de una habitación a otra.
-Bonito lugar -dijo Jensen, apoyando las cervezas sobre la pequeña mesa de la cocina.
-¿Qué es lo que quieres, Jensen? Ahora ya te encuentras bien y en unos pocos días más podrás volver al trabajo. Ya no me necesitas.
-Yo...
-¿Qué pasa? ¿Tienes ropa para poner en la lavadora o necesitas que corte el césped? Es lo que yo era para ti, ¿no? El que te hacía los quehaceres. Está bien, te ayudé cuando tenías necesidad de ello, pero ya no más. La última vez que estuve en tu casa me hiciste entender perfectamente lo que sientes por mí.-Jared se dirigió hacia la puerta y lo miró-. Justo a tiempo, ¿eh? Vi la forma en que me miraste cuando llegó tu padre. Como si yo no fuese siquiera una persona. ¿No pensaste en decirle a tu padre que era un amigo? ¡No! ¡Me miraste como si yo fuera mierda pegada a la suela de tu zapato! Bueno, no lo soy. Soy un ser humano como todos los demás. No debería haber esperado algo diferente, básicamente, tú tratas a todos como si fueran una mierda.
-No es cierto.
-Sí, lo es. Eres un completo cretino. No me explico cómo he podido pensar otra cosa. -Jared se acercó con pasos determinados al otro hombre que lo miraba.
De repente, para Jensen fue importante comprender.
-¿Por qué te quedabas al principio?
-Por el bebé. Es a mí a quien le pasaste el niño. Pensé que aquel que pusiese en riesgo su propia vida para salvar a un niño no podía ser una mala persona. Pero estaba equivocado, eres un perfecto cretino. Ahora si no te importa, quisiera que te vayas del apartamento antes que deba desinfectar toda la casa.-Jared abrió la puerta y Jensen dio un paso hacia la salida, sintiéndose más miserable que nunca. Quizás su colega realmente había sentido simpatía por él y él había arruinado todo con una sola mirada.
-¡Ustedes, los que están bien metidos en el armario son todos iguales! Lo único que les preocupa es protegerse a ustedes mismos y a su precioso secreto -dijo Jared con tono burlón y Jensen sintió que empezaba a perder la paciencia-. No importa si para esconder lo que son, hacen daño a alguien. -Jared se acercó a él, sus pasos pesados resonaron en la habitación; aferró a Jensen por la camiseta-. ¿Crees que ser gay te hace menos hombre? Bueno, te equivocas. ¡Ser honesto con uno mismo es lo que hace de ti un hombre! ¡Esconderte no hace otra cosa más que transformarte en un idiota! -Jared soltó la presa y le dio un suave empujón, la irritación se había convertido en ira en Jensen.

-No sabes lo que esto significa para mí, no sabes nada. -Jensen le devolvió el empuje y se puso peligrosamente cerca de Jared-. Tú crees que lo sabes todo, pero no sabes una mierda de mí o de mi vida.
-Oh no, ¿eh? -dijo el joven, y extendió un brazo hacia él. Jensen se preparó para el golpe, en cambio, Jared lo atrajo hacia él y lo besó con ímpetu. En un instante, la rabia se evaporó para dar paso a una ola de pasión y deseo que lo arrastró sin preaviso.

jensen olvidó que estaban peleando mientras el otro hombre se abalanzaba sobre sus labios. Al igual que la última vez, el chico de inmediato tomó el control, pero esta vez él no permaneció pasivo y se puso a mordisquear el labio inferior de Jared, quien hizo lo mismo antes de bloquear la cabeza de Jensen con sus grandes manos y retomar la plena posesión de su boca-. Sé lo que quieres. Créeme, lo he leído en tus ojos y lo tienes escrito en todo el cuerpo. -Jared volvió a besarlo con fuerza, casi como si estuviera desafiándolo a decir que no era así, que se equivocaba; y aunque Jensen deseaba terriblemente que el otro se equivocara, sabía que no era así. El hombre de más edad ya estaba completamente erecto y vibrando en sus bóxers; le temblaban las piernas. Lo deseaba desesperadamente.

Jared agarró el borde de la camiseta de Jensen y se la sacó bruscamente, hizo lo mismo con la propia y la tiró al suelo antes de atraer sus cuerpos en un impetuoso abrazo. Jensen nunca hubiera pensado que ser abrazado así lo pudiera excitar a tal punto. Jared era tan grande y fuerte, se sentía seguro entre sus brazos, como si nada pudiera tocarlo. El más veterano esperaba que Lee volviera a besarlo y lo hizo, pero no esperaba ciertamente ser levantado del suelo y ser llevado en brazos como un niño.

Había olvidado lo fuerte que era Jared. El chico lo acostó en el sofá y Jensen lo miró desde abajo mientras el otro deslizaba una pierna entre las suyas.
-¿Estás seguro de quererlo? -le preguntó-. Porque yo lo quiero. -Jared parecía penetrar profundamente en su alma y Jensen se movió avergonzado bajo su mirada ardiente. Asintió con la cabeza y los labios del chico volvieron a los suyos; el contacto le hizo arquear la espalda de placer y tuvo que aferrarse a los hombros de Jared para mantener el equilibrio mientras éste trataba de arrebatarle los pantalones, los botones saltaron por la presión de sus tirones. Sin muchos preliminares, él también se bajó los pantalones por las caderas y se puso en pie para quitarse los bóxers, permitiendo a Jared disfrutar de la vista de su pene largo y grueso.

El veterano se quedó sin palabras mientras veía al joven permanecer de pie frente a él.
-Te he imaginado desnudo muchas veces, pero no tenía idea de que fueras así -admitió y Jared sonrió.
Acabó de quitarse los pantalones mientras éste permanecía mirándolo, sacudiendo la cabeza. De repente, Jared lo agarró del brazo sano, e inclinándose hacia delante, cargó a Jensen sobre sus hombros, en la posición de rescate.
-¿Qué estás haciendo? -Poco antes había sido levantado y tirado sobre un sofá y ahora que se encontraba boca abajo, con el trasero en el aire y una mano que lo acariciaba, su pene palpitaba por la excitación.
-Te llevó a la cama -explicó Jared y poco después, Jensen se encontró sobre un colchón; el chico se le puso inmediatamente arriba, como había estado antes en el sofá, pero aquí era mucho mejor.
-¿Estuviste con muchos hombres? -le preguntó Jared y Jensen se encogió de hombros. Su colega pareció entender; su mirada se suavizó y acarició la frente del hombre que estaba debajo de él. Parecía tan dulce, sin embargo detrás de aquellos ojos rugía una fuerza que enloquecía a Jensen. Abrió el cajón de la mesilla de noche y tomó aquello que necesitarían más tarde, luego volvió a la cama con un movimiento casi felino y Jensen se preguntó cómo podía un hombre ser al mismo tiempo tan imponente y tan delicado.

El beso que Jared le plantó sobre los labios fue tan intenso como para interrumpir cualquier pensamiento que tuviera en la cabeza y cuando se separaron para tomar aliento, afortunadamente Jensen no fue presa de un ataque de tos. En lugar de eso, acarició el pecho de Jared, bajo su piel suave y cálida sentía sacudirse músculos fuertes y definidos. Descendió Se refiere a como cargan los bomberos a los que rescatan lentamente con la mano acariciando el abdomen tan cincelado como para parecerse a un cañón ,hasta finalmente llegar a la meta, a lo que realmente deseaba: tomó entre sus manos el pene erecto de Jared. Fue una sensación fantástica y Jensen tuvo que tragar saliva, nervioso, asustado por su propio deseo. Su compañero se dio cuenta y se movió sobre la cama, acercando su erección a los labios de Jensen.
-¿Es eso lo que quieres? -preguntó Jared con voz ronca. Jensen asintió con la cabeza, sus ojos desencajados mientras cerraba los labios para acoger al pene del otro. El primer sabor fue como ambrosía y quiso más de eso. Mientras succionaba, lo sintió deslizarse más profundo sobre su lengua; se quedó quieto cerrando los ojos y asintiendo con un movimiento arriba y abajo de la cabeza.
-Tan bueno, ahora succiona un poco -lo animaba Jared y Jensen trató de dar lo mejor. Le hubiera resultado imposible tomar el pene por completo, pero diablos, haría lo que fuera para tomar lo más posible.

Después de un tiempo, Jared retiró suavemente su miembro de la boca de Jensen y él se preguntó si había hecho algo mal. Sin embargo, Jared se giró y se colocó sobre él, plantando sus rodillas a cada lado de la cabeza y bajó la cadera para permitir que lo recapturara en su boca. Mierda, Jared era delicioso y, mientras lo chupaba, Jensen le acarició las nalgas, tan suaves como las de un niño. Jared gemía en voz baja y había empezado a mover sus caderas en un ritmo lento.
-Tienes un buen sabor -murmuró Jensen con el pene de Jared en la boca y el chico gimió de placer antes de tomarlo a él también en la boca, succionando hasta la base en un movimiento fluido y decidido. Jensen no tenía palabras para describir lo que le estaba haciendo ahí abajo. Sintió las manos de Jared deslizarse por debajo hasta sus nalgas por lo que levantó sus caderas.
-Hace mucho que quería descubrir tu sabor -dijo Jared antes de volver a succionar. Jensen no estaba seguro de que pudiera durar mucho tiempo, sentir a Jared en la boca, mientras este le hacía lo mismo, el contacto con su piel, su olor tan varonil y embriagador, su intenso sabor que escondía un ligero toque ahumado. Era demasiado, una sobrecarga sensorial que estaba por hacerlo entrar en cortocircuito

Jensen sintió que estaba cerca del orgasmo. No quería venirse tan pronto, pero fue inevitable: lo que el chico le estaba haciendo no dejaba escapatoria. Arqueándose en la cama, dejó que el pene de Jared se le deslizara de la boca y se vino con un grito. Sintió que lo masturbaba con ritmo veloz, acompañando su orgasmo.

Jensen se derrumbó en la cama y sintió al otro cambiar de posición; cuando reabrió los ojos, Jared estaba inclinado sobre él y le sonreía feliz.
-Lo lamento, me vine demasiado pronto.
Jared sonrió con malicia.
-Eso fue sólo el comienzo -dijo con una sonrisa antes de besarlo apasionadamente.
-Ah-dijo Jensen, lleno de expectación.
-Sí. Ahora te preparo y luego te follo hasta que no logres decir dos palabras seguidas.

Jensen no estaba demasiado seguro de querer hacer eso pero antes de que pudiera decir nada, Jared se colocó entre sus piernas y las levantó en el aire, dejando su culo a la vista. Jensen se puso rígido ante la idea de que su compañero lo fuera a penetrar tan sin control, pero se equivocó; éste enterró la cara entre sus nalgas y con su lengua fue a explorar la abertura del ano. El shock que la sorpresa le provocó lo llevó a tomar un respiro tan profundo que casi le provocó tos.
-¡Mierda! -gritó y Jared se rio entre dientes antes de mordisquearle la piel.
-¿Te gusta? preguntó el más joven.
-Mierda, sí. Dios, no te detengas, por favor -le suplicó Jensen. Se había puesto duro otra vez y todo lo que Jared le estaba haciendo allí abajo, le hacía girar la cabeza de placer. No había experimentado nada como eso en toda su vida. Antes, el sexo había sido simplemente una práctica anónima para obtener un poco de alivio. Pero ahora, con Jared se sentía vivo y excitado, un sentimiento que había probado solamente cuando la adrenalina le fluía a lo loco por las venas durante una intervención para apagar un incendio.

Un dedo bien lubricado se abrió camino lentamente dentro de él y luego salió; Jared, mientras tanto, nunca había parado de lamer. Luego, el dedo volvió a empujar contra su apertura y entró del todo. Inmediatamente después, un segundo dedo se unió al primero y Jensen gimió:
-Me siento lleno.
-¿Quieres que me detenga?
-No, no, por favor no te detengas nunca. -Sollozó Jensen mientras Jared movía los dedos en su interior. Diablos, era una sensación increíble.
Finalmente, añadió un tercer dedo, extendiéndolo aún más.
-Respira regularmente -le sugirió con cuidado, casi con cariño-. Te haré sentir cosas fantásticas. -Jensen murmuró un gruñido de asentimiento, mientras que Jared abría y cerraba los dedos en su interior-. Voy a hacer que te sientas amado. -Por fin, retiró sus dedos y Jensen dejó caer las piernas sobre la cama, tratando de no pensar en las últimas palabras que Jared había pronunciado-.Date la vuelta, será más fácil de esa manera -dijo Jared. Jensen se extendió sobre su vientre ya sin aliento e inmediatamente después sintió el desgarro de un envase de plástico que estaba siendo abierto. Jared lo levantó suavemente por las caderas y colocó un almohadón debajo de él.
-Me detendré en cuanto me lo pidas -le susurró en su oreja antes de succionarla y Jensen sintió la punta del pene de Jared rozarle el ano.
Jensen no estaba demasiado convencido, pero Jared no se movió, permaneció inmóvil y continuó besándolo y acariciando su piel.
-¿Qué estás esperando? -le preguntó nervioso.
-Relájate -respondió Jared contra sus labios-. A veces se necesita tiempo y paciencia para hacerlo bien. -Jared le mordisqueó la oreja-. Siento la palpitación aquí detrás. Me desea y está esperando. Tú también lo sientes, ¿verdad? No ves la hora de tenerme dentro de ti, no puedes parar de estremecerte. Tienes la garganta seca y en cada respiración que das no puedes evitar gemir. Quieres que te folle, ¿verdad? Tu piel me dice eso -añadió Jared mientras Jensen arqueaba la espalda, el chico deslizó sus manos por el pecho de su amante, trazando pequeños círculos alrededor de sus pezones-. Incluso tus ojos me lo dicen.

Todo lo que Jared había dicho era verdad. Jensen sentía la adrenalina corriéndole por las venas. Todo su cuerpo anhelaba a Jared y apenas podía contenerse de empujar contra él para instarlo a entrar.
-Te deseo -jadeó Jensen fuera de control.
-¿Qué deseas? Dime que es lo que deseas -susurró Jared, lamiendo la base de su cuello-. Dime todo lo que deseas.
-¿Todo? -preguntó Jensen y sintió a Jared moverse ligeramente hacia adelante, la presión sobre su apertura se hizo todavía más intensa pero aún no era suficiente. Su pene pulsaba y los músculos se tensaban en agitación.
-Sí, todo. ¿Qué es lo que quieres realmente?
-No lo sé -admitió Jensen, la voz se le atragantó en la garganta.
-¡Dilo! -Lo presionó Jared. Su voz era baja, pero inmisericorde- ¿Qué es realmente lo que deseas Jensen?
-¿Ser amado? No lo sé. -Jensen sacudió la cabeza sobre la almohada-. ¡Fóllame! ¡Lo necesito!

Jared empujó hacia adelante, la presión entre las nalgas de Jensen se volvió insoportable y entonces, sintió a su cuerpo ceder y a Jared entrar en él. La dilatación y el dolor eran bastante intensos, y no estaba seguro poder soportarlos. Jared lo llenaba hasta lo inverosímil. Después de un tiempo, sintió el glande dentro de sí y a Jared que se detenía otra vez. Jensen gritó debido al dolor que sus músculos estaban soportando; su cuerpo era presa de espasmos y la presión le estaba haciendo explotar la cabeza.
-Respira. Estoy dentro de ti, somos uno.

Los murmullos del tráfico fuera del apartamento se amortiguaron y desaparecieron a medida que Jared se hundía en su interior. Realmente parecía que se hubiesen fusionado. Jared empujaba cada vez más profundo hasta que Nicky pudo sentir las caderas presionando contra sus nalgas. Entonces se detuvo y Jensen enterró la cara en la almohada, mordiendo la tela mientras que las sensaciones de placer se abatían sobre él como en olas.

Finalmente, Jared se movió y se deslizó lentamente hacia fuera; Jensen gimió cuando el joven salió de él completamente, dejándolo con una extraña sensación de vacío y soledad.
-Por favor -fue todo lo que logró decir y Jared lo apretó más fuerte contra sí, rodeándolo en un abrazo mientras empujaba de nuevo, con una lentitud agonizante, en un solo movimiento. Cuando estuvo completamente dentro de él, Jensen se estremeció.
-Estoy aquí -susurró Jared en su oído.
Jensen podía sentir el enorme pecho presionar por detrás de él. Sentía el contacto de su piel a lo largo de la espalda y nalgas, hasta en las piernas. Jensen estaba casi completamente cubierto por el cuerpo de Jared, la sensación era increíble, se sentía como si nada ni nadie pudiera alcanzarlo.
-Estás a salvo. Puedes dejarte ir sin pensar demasiado en ello.-Entonces, Jared salió de él y reingresó de una estocada profunda, la fuerza del golpe vibró en el interior de Jensen.
- ¡Jared! -Jensen gritó cuando lo llenó; el pene del hombre se estaba frotando contra un punto dentro de él y la estimulación le hizo ver las estrellas.
-Lo sé. Esto es lo que te has estado perdiendo por no ser honesto contigo mismo. -Jared continuó moviéndose hacia atrás y adelante, con empujes lentos pero profundos-. Es tu cuerpo diciéndote lo que desea.

Jensen asintió y Jared salió de él. Sintió el peso del hombre salirse de encima suyo. De pronto, Jensen se encontró vuelto de espaldas contra el colchón, Jared le levantó las rodillas y las empujó contra su pecho. Luego, entró en él otra vez de un solo golpe, con la mirada fija en sus ojos. Su expresión penetrante lo estremecía; Jensen sentía una conmoción intensa cada vez que su amante empujaba en su interior.
-Puedo sentirte -murmuró Jensen casi con un hilo de voz cuando Jared, tras el enésimo empuje, se detuvo en su interior, inmóvil. Jensen sintió el pene de Jared palpitando dentro suyo.
-Yo también. Cada vez que tu corazón late, te siento pulsar a mi alrededor- dijo jared inclinándose hacia él para atrapar los labios de  Jensen en un beso tan intenso como para fundirle el alma-. Se siente maravilloso dentro de ti, ¿sabes? Cada vez que contraes los músculos, se hace un poco más difícil para mí el contenerme, pero no quiero hacerte daño.
-¿Esto es contenerse? -preguntó Jensen casi sin aliento.
-Oh, sí. -Jared comenzó a moverse nuevamente dentro de él pero ahora con embestidas profundas y fuertes.  

Con cada empuje, incrementaba la velocidad y la intensidad. La cama se balanceaba y Jensen sentía la fuerza de su amante propagarse por todo su cuerpo. Hasta ese momento Jensen había mantenido los brazos extendidos a los costados de su cuerpo, pero pronto tuvo que aferrarse a los hombros de Jared para mantenerse firme mientras salía y entraba de él a un ritmo cada vez más sostenido, haciendo que el placer de Jensen llegase a niveles sin precedentes. Jared había cumplido realmente su promesa: ya no era capaz de formar un pensamiento coherente en su cabeza, solo estaba allí, con la boca abierta tratando de controlar su respiración, mientras las ondas de placer se abatían contra su cuerpo, haciéndole olvidar todo lo que no tuviera que ver con Jared y con las increíbles sensaciones que estaba experimentando. A medida que su excitación crecía, Jensen clavaba los dedos en los músculos del otro hombre para encontrar un punto de apoyo estable mientras sentía como se acercaba el orgasmo. En un primer momento, pensó que no iba a llegar nunca, pero justo en ese instante, las ondas de placer rompieron sobre ellos; Jared echó la cabeza hacia atrás y se vino con un grito profundo que casi hizo temblar las paredes. Jensen lo siguió,dejándose llevar completamente por su deseo hasta que ya no pudo contenerse.

***
Jensen abrió los ojos y vio a Jared inclinado sobre él.
-Hey, perdiste la conciencia durante unos segundos -le dijo el joven y Jensen asintió lentamente. Jared salió de él y ambos gimieron-. Vuelvo enseguida -dijo Jared. Jensen permaneció mirando el culo de Jared balancearse mientras el chico iba hacia el baño. Regresó un momento más tarde con unas toallitas que usó para limpiar a Jared; luego las arrojó al suelo y volvió nuevamente a la cama, tumbándose detrás de Jensen abrazándolo.
-Wow. Nunca había... -comenzó Jensen y Jared lo acercó más a él, apoyando una mano en su vientre.
-Lo sé -dijo Jared, y Jensen sintió los labios del chico besarle el hombro-. Pero así es como debería ser siempre, y puedes hacerlo con alguien que te importe, tal vez con alguien que te guste y que sienta lo mismo por ti antes de que vayas a su cama. -Jared lo abrazó fuerte y Jensen sintió que tenía razón. Cerró los ojos y se quedó dormido al instante, sintiéndose a gusto en el calor de los grandes brazos de Jared.

***
No estaba seguro de cuánto tiempo había dormido, pero cuando se despertó, notó que la luz de la habitación era mucho menos intensa que antes. Una cosa que le golpeó casi de inmediato fue su erección. Estaba tan duro que casi le dolía, y Jared detrás de él presionaba contra sus nalgas.

Volteando la cabeza hacia el otro lado, sintió como el muchacho se estiraba para que los dos se besaran larga y lentamente.No existía ya la impaciencia y la fogosidad de antes, pero la intensidad era la misma. Jared jugueteaba con los labios de Jensen, trazando perezosamente los contornos mientras con la otra mano tomaba un condón de la mesita de noche y se lo ponía para luego abrir las piernas de Jensen y penetrarlo lentamente.

La sensación era familiar y placentera y Jensen cerró los ojos. Jared ingresó en su interior con facilidad, y luego deslizó la mano que había permanecido sobre el vientre mientras dormían, entre sus piernas, aferrando entre los dedos el miembro erecto de Jensen.
-Así -dijo Jared en voz baja-. Eres maravilloso. -Entonces comenzó a moverse lentamente hacia adelante y hacia atrás, mientras lo acariciaba al mismo ritmo y rozaba la punta de su pene con el pulgar. Jensen comenzó inmediatamente a empujar contra su mano, usándolo como Jaredlo estaba usando a él. Las sensaciones que sentía eran abrumadoras y Jensen gimió de placer.
-Despacio -dijo Jared ralentizando el ritmo-. Quiero que sea verdaderamente especial para ti.
-Ya lo es -dijo Jensen sin aliento.
-Lo sé, pero tenemos mucho tiempo. Ahora piensa en disfrutar el que estemos juntos. Hay algo íntimo y especial en estar así, no es sólo sexo, es el contacto, la cercanía. -Mantuvo sus embestidas en un ritmo lento y Jensen sentía como el deseo crecía en él gradualmente y era una sensación maravillosa. De alguna manera, Jared había entendido lo que deseaba y le daba justo lo suficiente para mantenerlo en el borde sin dejarlo nunca precipitarse. Mientras que entraba y salía de él sin prisa, provocando que casi perdiera el sentido, el tiempo parecía tener vida propia. Jared no aumentó la velocidad, pero lograba enloquecer Jensen con su mano y su pene. Cada vez que Jensen parecía acercarse al orgasmo, Jared desaceleraba para luego retomar el ritmo. Jensen mantuvo los ojos cerrados y dejó que Jared tomara el control de todo, dejándose llevar por completo y confiándole su placer. Inmediatamente, el más veterano de los dos sintió como su excitación aumentaba por el simple hecho de que confiaba en el más joven.
-No resistiré mucho más tiempo -dijo Jensen apretando los puños en las sábanas.
-Yo no quiero que lo hagas -le susurró Jared al oído y estrechó con más fuerza la mano alrededor del pene de Jensen-.Quiero que te vengas. -Intensificó el movimiento de la muñeca y Jensen cerró los ojos mientras se venía, empujando contra Jared para sentirlo mejor dentro de él; el movimiento sobresaltó al chico y sintió que se venía también él
Cuando ambos se calmaron, Jensen trató de recuperar el aliento mientras Jared lo presionaba contra sí; sus cuerpos estaban todavía unidos. Poco después, sintió el pene Jared  aflojarse y deslizarse fuera. Luego de haberse dado una limpieza rápidamente, Jared mantuvo a Jensen abrazado un poco más.
-tengo que ir al cuartel en un par de horas -dijo Jared, y Jensen se sintió reconfortado por su tono triste-.  Preferiría quedarme aquí contigo. -Permanecieron tumbados juntos un poco más, pero el joven bombero tenía que levantarse. Jensen sabía que debía irse de allí, pero no era fácil. Paso por tu casa después de mi turno, si te parece bien dijo el chico sonriéndole.
-Sería fantástico- respondió Jensen y él lo abrazó.
-Nos vemos mañana por la mañana.
Jensen asintió con la cabeza y empezó a vestirse; se sentó en la cama mientras que Jared se colocaba el uniforme después de haber limpiado todo.
-Te queda muy bien -dijo Jensen, mientras que Jared enlazaba los botones-. ¿Siempre has querido ser bombero?
-Desde que era un niño.
-Yo también. Mi padre no lo entiende y quiere que trabaje para él.
-Odiaba incluso la sola idea de estar sentado en un escritorio todo el día.
-No sabe de ti, ¿verdad? -preguntó Jared sentándose junto a él y Jensen negó sacudió la cabeza.
-Trabaja en una agencia de intermediacióncristiana. No sé si cree en algo más, aparte del dinero. Pero haría cualquier cosa para proteger su trabajo y tener un hijo gay no le haría ningún bien a su reputación.
-¿De qué tienes miedo? -preguntó Jared dulcemente, tomándole de la mano.

-A qué si se lo dijera, se negaría a tener nada que ver conmigo. -Jensen miró a los ojos de Jared-. No sabes lo que eso significa. -Jensen se sintió infeliz solo con la idea de cómo su padre podría reaccionar. Sabía que lo excluiría de su vida para siempre si se enterara, y su padre era la única familia que tenía


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Mensaje por zynna Lun 16 Feb 2015, 7:00 pm

Capitulo 6


El resto de la semana que precedió a la vuelta al trabajo de Jensen fue un torbellino de sexo fabuloso, cenas juntos, veladas delante de la televisión y luego más sexo.

Ellos pasaron juntos cada minuto libre de Jared. Lo que fue realmente una sorpresa para aquel, fue el hecho de que, aparte del sexo, el cual era genial, realmente le gustaba estar con Jared y hablar de esto y aquello con él.
Hacer las cosas más normales, como ver los partidos de los Philadelphia Phillies, tenía un sabor completamente diferente cuando podían hacerlas juntos; sentados en el sofá sin camisa, con Jensen apoyando la cabeza sobre el hombro de Jared. Por supuesto, nunca lograban terminar de ver todo el partido, pero eso no era problema realmente para ellos.

Ahora era el momento de que Jensen volviera a la realidad. Se duchó, se vistió y preparó los medicamentos que debía llevar consigo, listo para ir a trabajar. No veía la hora, pero al mismo tiempo no sabía cómo sería. La experiencia en el hospital le había abierto los ojos sobre muchas cosas.

Una parte de él todavía estaba dolida y enojada por el comportamiento de sus compañeros, pero sabía que él también tenía mucho expiar. No sabía aún cómo lo haría, pero era algo que tendría que resolver. La semana pasada con Jared le había hecho comprender qué tan solitaria había sido su vida y ahora quería cambiar las cosas. Cerró la puerta con llave y  respiró profundamente, poniendo a prueba sus pulmones, y estuvo feliz al constatar que su tos ahora ya había desaparecido casi por completo.

El viaje hasta la estación no era muy largo, pero Jensen hizo una pausa en el camino, antes de llegar a su destino y aparcar el coche. Subió las escaleras que llevaban a la zona común y se preparó para afrontar lo que le esperase.
-Buen día, Charlie.-Jensen sonrió al colega más veterano al encontrarse con él en la escalera.
-Jensen- saludó Charlie mientras continuaba bajando las escaleras-. Bienvenido -dijo sin demasiado entusiasmo.
-Gracias -respondió Jensen fingiendo no notar el tono del otro -. ¿Cómo está tu hija? Se está haciendo más grande, apuesto. -Seis meses antes, Charlie y su esposa habían tenido una niña, un evento que Jensen había prácticamente pasado por alto.
Charlie se detuvo y se dio la vuelta.
-Está bien. Gatea y ya está tratando de ponerse de pie, pero sin mucho éxito. -La sombra de una sonrisa se dibujó en el rostro de Charlie, luego el hombre se volvió y siguió su camino.

Jensen llegó a la sala y entró, la televisión ya estaba encendida y algunos de los muchachos estaban preparando el desayuno mientras otros charlaban. La conversación se interrumpió tan pronto como Jensen puso los pies en la habitación y la tensión fue palpable. Alguien se negó a mirarlo a la cara.
-Buenos días- dijo Jensen al pequeño grupo de hombres antes de depositar el paquete que tenía entre las manos sobre el mostrador. -Traje rollos de canela.-Aquellos de la pastelería Jones Bakery eran los mejores del mundo y nunca faltaban en la estación.

Jensen abrió el paquete y sacó la caja, acomodándola sobre la mesa antes de ir a la oficina del capitán. La puerta estaba abierta, pero Jensen llamó de todos modos.
-Buenos días, capitán -dijo Jensen, sonriendo. El capitán Morris le sonrió a su vez he hizo una señal de asentimiento con la cabeza, sin dejar de hablar por teléfono. Seguramente hablarían más tarde y Jensen volvió a la sala común.

-¿Necesitas una mano? -preguntó a Roger Smith, el cocinero del grupo. Roger era bombero desde hacía una vida, había visto de todo y era también un fantástico cocinero.

Roger lo miró como si fuese un monstruo de tres cabezas; Jensen nunca se había ofrecido para hacerse cargo de la cocina. Su padre siempre le decía que era un trabajo para mujeres, y después de la muerte de su madre, ninguno de los dos, rara vez había comido en casa, excepto cuando habían podido arreglarse con comida precocinada para calentar en el microondas. A Jared, en cambio, le encantaba cocinar y junto a él, Jensen había descubierto que estar en la cocina era divertido.

-Tengo que hacer huevos revueltos -dijo Roger. Jensen pensó que era capaz de romper los huevos, por lo que tomó el bol que Roger estaba ofreciendo. Se las arregló para romper los primeros dos huevos sobre el borde, pero el contenido terminó más en el mostrador en el tazón.
Finalmente, en el tercer huevo Jensen parecía haberle agarrado la mano y logró romper una veintena de huevos, Roger tomó el bol y le ofreció un trapo para limpiar el desastre sobre el mostrador.
-Ahora entiendo por qué ordenas siempre comida de fuera cuando es tu turno en la cocina -dijo Roger sonriendo.
-Lo lamento -respondió Jensen.
-Tranquilo -replicó el otro, y comenzó a batir los huevos antes de verterlos en una sartén.

Jensen se volvió y vio que todos los ojos que estaban sobre él, desviaron la vista y la fijaron en la televisión. Jensen suspiró y salió de la habitación. Llegó al garaje para echar un vistazo a los vehículos.

Nada había cambiado, un grupo de hombres estaban extendiendo las mangueras de los hidrantes para permitir que se secaran. Jensen tomó una de ellas y ayudó a Charlie a colgarla. No hablaron mucho y estaba bien así, ya que a Jensen le bastaba con tener algo para hacer. Nunca había notado cuan desagradable era la situación. Antes del accidente todo le parecía normal, sabía que las cosas no siempre iban sobre ruedas en la estación, pero no había nunca pensado que tal vez el problema fuese él al exigir a los demás que se empeñaran más.
-Gracias por la ayuda -dijo Charlie cuando terminaron mientras se encaminaba hacia el interior para desayunar.

Jensen se puso a vagar entre los vehículos.
-Ven a agarrar un rollo de canela antes de que se los terminen todos -le dijo Frank Jenkins con la boca llena desde la entrada. -Se hace extraño volver al trabajo, ¿eh? comentó Frank mientras subían las escaleras.
-Un poco. Más que nada porque la ausencia fue larga y estuve mucho tiempo solo -respondió Jensen y Frank se detuvo, volviéndose hacia él, parecía que quisiera decir algo, pero luego negó con la cabeza y retomó el ascenso.

Jensen llegó a la sala común y se sentó en su lugar habitual, pero todo le pareció diferente.

Había estado esperando con ansias el momento de regresar a trabajar y ahora se sentía extraño e incómodo. La conversación alrededor de la mesa se llevaba adelante como siempre, pero Jensen no se sentía parte del grupo. Siempre había creído que sus compañeros eran sus amigos, y cuando los sacaba de quicio y era estricto con ellos, creía de verdad estar dando lo mejor al grupo; pero ahora se daba cuenta de no había hecho otra cosa más que criticar y que a veces había sido injusto y cruel con ellos. No fue una sorpresa descubrir que a nadie le agradaba.
-Gracias de nuevo por lo de antes, Jensen- dijo Charlie desde el otro lado de la mesa.
-Ni lo menciones -respondió Jensen. Los hombres se pasaron la comida, Jensen tomó un poco pero no tenía mucha hambre.

Se preguntó si debía decir algo, pero luego decidió permanecer allí en silencio. Las acciones hablan más que las palabras, y él siempre había sido un hombre de acción, por lo que decidió ser paciente y esperar a que los demás se dieran cuenta de sus esfuerzos.
-¿Estás en servicio limitado? -preguntó Frank y Jensen asintió.
-Nada de incendios hasta que el doctor no me haya dado el permiso, por eso voy a tratar de ayudar en todo lo posible aquí sin crear problemas a nadie. Espero que no tome mucho tiempo el volver a la acción, incluso si el último incendio me jugó una mala broma a pesar del equipo de respiración autónomo.
-Fue uno de los incendios más grandes que he visto en los últimos tiempos; el que te las arreglaras para sacar fuera de allí al bebé con vida,

-fue un milagro -dijo Charlie antes de volver a comer. Después de haber tragado el bocado, Charlie dejó caer el tenedor en el plato-. Es ridículo. -Luego miró a Jensen con una extraña expresión en los ojos-. Te debemos una disculpa. No deberíamos haber mandado al muchacho nuevo a verte al hospital después del accidente, deberíamos haber ido nosotros. Somos hermanos y debemos apoyarnos los unos a los otros, y no sólo en el trabajo. -Los otros asintieron con la cabeza y tenían la misma expresión de embarazo en el rostro.
-Sé que he sido un dolor en el culo... -Jensen comenzó.

-Sabes cómo ser un grandísimo imbécil cuando quieres- interrumpió el capitán sentándose a la mesa-. Pero no es excusa para nuestro comportamiento, incluido el mío. Somos un escuadrón y tenemos que comportarnos como tal. -El capitán Morris miró a Jensen directamente a los ojos-. Eso significa que tenemos que darnos ayuda recíproca y socorrernos mutuamente, pero significa también no mortificar a los otros, bromeando a su costa o compitiendo a “quién trabaja más duramente”. Todos aquí tenemos nuestros puntos fuertes y nuestras debilidades; todos tenemos que estar del mismo lado. No es por casualidad que somos el escuadrón de bomberos más antiguo de Carlisle. Ahora terminen de comer, tenemos trabajo que hacer.-El capitán salió y los hombres terminaron su desayuno a prisa antes de prepararse.

Jensen se quedó para ayudar a limpiar la cocina antes de bajar a la planta inferior. Algunos colegas estaban lavando los vehículos y él se unió a ellos.
Uno de los voluntarios más jóvenes que estaba manejando la manguera golpeó a Jensen en pleno culo con el chorro de agua y cuando éste le dirigió una mirada feroz, el muchacho dio un paso atrás. La primera reacción de Jensen fue gritar contra él y decirle que tuviera más cuidado, pero el chico no lo había hecho a propósito, así que Jensen le sonrió y volvió a su trabajo.
-¿Es verdad lo que dicen, que estuviste a punto de morir por salvar a un niño? -preguntó el joven acercándose para lavar la parte trasera del camión.
-Creo que sí  -respondió a... Vinny. Le tomó unos segundos recordar el nombre del chico-. A decir verdad, no recuerdo mucho lo que pasó. Hacia el final no estaba muy lúcido, creo que actué por instinto. No soy un héroe si eso es lo que me estás preguntando. Sólo he cumplido con mi deber. -Jensen sonrió al chico y volvió a su trabajo.

La sirena comenzó a sonar y todo el mundo empezó a correr de aquí para allá, atareados. Los hidrantes se colocaron en los vehículos y los hombres se pusieron sus trajes llamándose unos a otros a voces, mientras los pesados pasos de las botas resonaban en la estación.

Jensen sintió como su corazón empezaba a golpear más fuerte hasta que recordó que no iba a reunirse con sus compañeros. El ruido de los portones que se abrían y cerraban, luego el rugido de los motores de las autobombas; una vez liberado el camino de los tanques de agua, era cuestión de unos pocos segundos antes de que los camiones partieran con las sirenas encendidas.

Jensen había permanecido observando y deseaba más que ninguna otra cosa poder estar en el camión con sus compañeros. Esperó hasta que los vehículos doblaran la esquina y a que el sonido de las sirenas empezase a disminuir, antes de volver a hacerse cargo de la limpieza del equipo. Lavó todo a fondo antes de ponerlo en orden.
Jensen se mantuvo ocupado mientras sus compañeros estaban en misión. Escuchó la radio y preparó café. La llamada resultó ser una falsa alarma y pronto el escuadrón estaría de vuelta. Cuando sus compañeros regresaron, Jensen ayudó a comprobar y lavar el camión. Después del almuerzo, llamó a la oficina del capitán quien le hizo un gesto para que entrara.

Jensen cerró la puerta.
-Antes del accidente yo estaba por denunciarte como un obstáculo para el equipo. Los chicos te aborrecían, y no te llevabas bien con ninguno. -El capitán le indicó con señas que se sentara-. Eres un excelente bombero, pero tratas a tus compañeros como si fueran insectos. Me he preguntado si debía darte la posibilidad de volver al escuadrón y he decidido darte una última oportunidad, y si lo que vi hoy es indicativo, entonces quiere decir que tomé la decisión adecuada y quiero darte el beneficio de demostrarme que hice lo correcto.
-Gracias capitán, no lo decepcionaré
-Espero lo mejor. -Jensen se puso de pie para abrir la puerta, pero el capitán continuó-. Siempre has tenido la actitud de alguien lleno de resentimiento. Ahora pareces cambiado, haz lo necesario para seguir siendo así. -La mirada del capitán era firme y decidida.

Jensen salió de la oficina; se merecía la reprimenda, ahora lo entendía. Sólo esperaba poder cambiar realmente.


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Mensaje por zynna Miér 25 Feb 2015, 12:51 pm

Capitulo 7


El resto del día, y de la semana, fueron largos, sobre todo porque Jensen tenía que estar siempre muy atento a lo que hacía o decía. Era agotador, pero los chicos se estaban abriendo más con él y él había llegado a conocer cosas a las que antes no había prestado ni siquiera la mínima atención.

Con Jared tenían turnos opuestos, nunca se veían, al final de cada jornada Jensen se limitaba a cenar y a colapsar en la cama. En realidad, no se había dado cuenta de lo mucho que lo había dañado el accidente hasta que no regresó a  trabajar.

El viernes siguiente Jensen fue gratamente sorprendido al ver que Jared estaba entrando en la estación junto con él.
-Tenemos el mismo turno, ¿eh? -dijo Jared alegre y Jensen sonrió a su vez.
Mientras subían las escaleras, Jensen se vio envuelto por su olor y sintió un estremecimiento de placer al recordar aquello que habían hecho la última vez que había percibido ese intenso aroma masculino, un segundo después se encontró con una erección en los pantalones que tenía que ocultar de alguna manera, antes de continuar.
-¿Cómo estuvo la semana?
-Fue agotadora, pero no estuvo mal -respondió Jensen permaneciendo a distancia porque necesitaba   algunos minutos para despejar la cabeza y mantener a raya a su pene. Diablos, aquel turno lo mataría.
-No demasiado fatigosa, espero -dijo Jared, levantando una ceja y Jensen gimió por dentro, pero mantuvo una sonrisa en su rostro. Él estaba realmente muy feliz de verlo nuevamente; no se veían desde hacía una semana y lo había echado mucho de menos, pero al mismo tiempo, se preguntaba cómo haría para trabajar con él. Jensen conocía ya la respuesta: sería una semana muy dura, en todos los sentidos.

El desayuno estaba casi listo cuando se unió a los otros, así que Jensen se sentó a la mesa y, como se esperaba, Jared se sentó junto a él. Jensen se puso rígido al instante y su cuerpo reaccionó nuevamente a la proximidad con el chico. La comida fue traída a la mesa y los hombres se la pasaron unos a otros. Jensen se concentró en la conversación para evitar tener pensamientos eróticos y, visto que el chico estaba justo a su lado, trató de sacarse de la cara esa sonrisa estúpida que amenazaba con aparecer.

Después del desayuno Jensen le dio una mano para lavar los platos y luego se puso a trabajar. Más tarde, se sucedieron una serie de llamadas y Jensen hizo lo que más odiaba de todo: quedarse atrás.
-¿Por cuánto tiempo más estarás en servicio limitado? -le preguntó Jared cuando regresó de una misión.
Jensen tuvo que esforzarse para no reaccionar ante su aroma mezclado con un ligero toque de humo.
-Tengo un examen médico la próxima semana y espero que el doctor me dé el permiso. Respiro bien y he recuperado casi toda la movilidad del brazo. -Ese chico lo hacía enloquecer y Jensen esperaba lograr contenerse, al menos en el trabajo. Como si eso no fuera suficiente, Jared se había unido a él en la habitación de las literas en la que había unas seis disponibles. El muchacho se desvistió para ir a tomar una ducha e, incluso si estuvieran solos, cualquiera habría podido entrar.

Cuando se bajó los pantalones y agarró una toalla para envolvérsela en la cintura, Jensen se sorprendió mirando la piel dorada y el tatuaje que había acariciado con la lengua la última vez que habían estado juntos. Su mirada recorrió el pecho de Jared y descendió hasta donde la piel desaparecía bajo la blanca toalla que cubría una evidente erección.

Jensen cerró los ojos, sintió su pene palpitar y los testículos se le apretaron casi dolorosamente. Cuando  la puerta se abrió detrás de él, Jensen salió rápidamente de la habitación, tomando respiraciones profundas  en silencio.

Jensen pasó el resto del día haciendo todo lo posible por evitarlo. Odiaba hacerlo porque había visto que Jared se sintió herido por ello, pero con él al lado no era capaz de controlarse a sí mismo. No tenía deseos de trabajar ni de hacer cualquier otra cosa que no fuese arrastrar a Jared a un lugar tranquilo, bajarse los pantalones y rogar a Jared que lo follase sin piedad.
-Jensen, ¿pasa algo malo?-le preguntó Charlie, notando la mirada ausente de Jensen que observaba al vacío imaginando a Jared. -Si yo no te conociera diría que estás loco por alguien.
-¿Sería tan extraño? -El tono desafiante de su respuesta salió más agresivo de lo previsto.
-No quise decir eso -dijo Charlie tranquilamente con dos tazas de café en la mano. Puso una de ellas en frente de Jensen -. Siempre has trabajado mucho y eso no ayuda ciertamente a las relaciones, eso es lo que trataba de decir. ¿Quieres hablar de ello? -Charlie se sentó frente a él-. Veo que estás dando lo mejor de ti, todos lo vemos. Has tenido una experiencia que puede cambiarte la vida y tengo miedo de no haber hecho lo suficiente para ayudarte.
-Has hecho más de lo que te imaginas -murmuró Jensen levantando su taza, pensando en Jared-. Pero no hay mucho que decir. Mientras estaba fuera tuve mucho tiempo para reflexionar y espero haber comprendido lo que es realmente importante.
-Pero estas cosas llevan su tiempo y no tienes que pensar en ellas demasiado. Yo era muy parecido a ti antes que me salieran todos estos cabellos grises, decían que era un exaltado

-Tuve mi encuentro cercano con la muerte en un incendio por la zona de South Street que casi acabó conmigo y con otros tres compañeros. Uno sobrevivió, pero nunca fue capaz de volver a trabajar. Fue muy duro. Después de aquella experiencia me di cuenta que debía calmarme y comencé a reflexionar sobre qué cosas eran realmente importantes. Tres meses más tarde, conocí a mi esposa. -Charlie tomó un sorbo de su café-. Creo firmemente que no vas a encontrar a la persona adecuada para ti hasta que no estés listo para ella.
Jensen miró los ojos conocedores del hombre más veterano. Charlie tenía mucha más experiencia que él y, por primera vez, Jensen se preguntó si no era eso justamente lo que le estaba pasando con Jared.

-El peso que cargabas sobre tus hombros se cayó durante aquel incendio, tómalo como una señal. Yo así lo hice. -Charlie permaneció en silencio mientras ambos bebían de sus pocillos. Jensen estaba preso de sus pensamientos. Cuando terminaron de beber, tomó las tazas para lavarlas antes de volver al trabajo.Hacia el final del turno, Jensen estaba muerto de cansancio y encendido como un conejo. Había pasado la mayor parte de la jornada tratando de evitar encontrarse con la causa de su excitación fallando miserablemente.

El día había sido muy caluroso y los hombres habían decidido lavar las autobombas. Jensen había visto a Jared entre los otros compañeros y se había mantenido al margen, pero alguien había decidido divertirse con las mangueras de agua y algunos de los muchachos del vecindario se había unido al juego. Cuando Jensen se decidió a poner nuevamente un pie fuera, se había encontrado frente a un Jared completamente empapado, con las ropas totalmente pegadas destacando las curvas de sus músculos. Jared estaba frente a él sonriendo como un niño demasiado grande y Jensen tuvo que escapar nuevamente hacia dentro para ocultar su más que evidente erección.

-¿Te levantaste con el pie equivocado esta mañana?- preguntó Jared cuando salieron al final de su turno.
-¿Qué? No, ¿por qué? -Jensen no comprendía.
-Me has estado evitando durante todo el día; ni siquiera lograbas mirarme. ¿Qué he hecho? -Jared lo miró confundido y dolido.
-Tú no has hecho nada, aparte de mantenerme en un estado de excitación constante -respondió Jensen en voz baja al llegar a su coche?. ¿Quieres venir conmigo?
-Creo que no es la ocasión. -Jared se alzó el bolso al hombro, suspirando. Jensen lo vio dirigirse hacia su apartamento; hubiera querido llamarlo y disculparse por cualquier cosa que hubiera hecho, pero su orgullo, o su estupidez, se lo impidió y Jensen permaneció observando a Jared dar vuelta a la esquina antes de entrar en su automóvil e ir a casa.


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Mensaje por zynna Lun 09 Mar 2015, 12:23 pm

Capitulo 8


La casa le pareció vacía, como de costumbre, cuando regresó. Jensen estaba tan cansado que se limitó a cenar y, cuando sonó el timbre, estuvo tentado de pretender que no había nadie en la casa, pero en definitiva fue a abrir de todos modos. No esperaba encontrar a Jared en la galería.
Abrió la puerta para dejarlo pasar y el cansancio se desvaneció en un instante, reemplazado por la felicidad y el deseo.
-¿Quieres una cerveza? -Jared se encogió de hombros y permaneció en la sala de estar.
-Te ves como alguien que tiene algo que decir.
-¿Sólo soy una buena follada para ti? -preguntó Jared, había dolor y miedo en sus ojos. Eran tan evidentes que Jensne podía sentirlos en el aire como a gases ácidos-. Porque si es así me lo dices y listo, pero necesito una razón. Pasamos una semana maravillosa juntos, pero necesito saber si para ti fue solamente sexo.

En realidad, Jensne no tenía la menor idea de lo que fuera y se encogió de hombros.

-Voy a ser honesto, cada día siento que no puedo esperar para volver a verte. Así que no, no eres solamente alguien con quien ir a la cama. Eres un amigo. Espero. -Jensen sabía que estaba haciendo todo mal, pero no estaba seguro de una maldita cosa en ese momento-. No entiendo nada sobre relaciones y todo eso. No puedo explicar los sentimientos que experimento, aparte del hecho de que cuando no estás conmigo quisiera que lo estés ¿Esto tiene algún valor? -Jensne dio un paso hacia Jared y se sintió aliviado al ver que éste no retrocedió-. No quiero decirte palabras vanas o mentiras, pero te puedo decir que te quiero en mi vida más de lo que jamás había deseado a alguien, pero no sé lo que eso significa.
-Entonces, no es sólo sexo.
-Nunca fue sólo sexo. Lo supe desde la primera vez que estuvimos juntos. -Jensen estaba siendo sincero-. No tuve intención de hacerte daño hoy, pero cada vez que te veía no lograba pensar en nada más. Cuando te vi todo empapado, quería arrastrarte a algún lugar, abrir tus pantalones y darte una mamada mientras llevabas puesto el uniforme. Imaginé la expresión de tu cara cuando te venías, tu polla en mi garganta y el uniforme que se te adhería al cuerpo. En el trabajo debemos ser profesionales y hoy me resultaba muy difícil controlarme, por eso traté de mantenerme a una distancia prudente de ti.

-Puedes actuar con normalidad conmigo y tratarme como a todos los demás muchachos -dijo Jared con dulzura.
-Ese es el punto. No siento por los demás el deseo de que me follen y ciertamente, no miro a los demás como te miro a ti. Si te tuviera cerca todo el día, los otros notarían exactamente cómo me siento, pues podrían verlo.
Jared puso sus brazos alrededor del cuello de Jensen.
-¿Sería una cosa tan terrible?
-¿Andar por ahí con un bulto en los pantalones durante todo el santo día? -dijo Jensen con sarcasmo.
-No, me refería a dejar que los demás supieran cómo te sientes -respondió Jared, y Jensen comprendió que estaban de nuevo en el mismo tema, sólo que esta vez no estaba tan seguro de su respuesta.
-Dame un poco de tiempo. Por favor. -La boca de Jensen estaba tan cercana a la de Jared que podía sentir el calor de su aliento.

Cuando Jared lo besó, lo tomó como un sí, incluso aunque no estaba seguro de haber interpretado  correctamente?.
-Vamos arriba? -Jared asintió con la cabeza, así que Jensne lo condujo arriba por las escaleras. Cuando se dirigió directamente hacia el dormitorio, Jared tiró de él hacia el cuarto de baño: tenía otra cosa en mente.
-Desnúdate -dijo el muchacho mientras ponía a correr el agua, sacándose los zapatos con los pies antes de quitarse la ropa. Cuando Jensen estuvo desnudo, su pene erecto se balanceaba mientras observaba a Jared quitarse los pantalones.

Jensen tomó en una mano los testículos de Jared mientras con la otra acariciaba la erección del chico y él lo dejó hacer antes de entrar en la ducha. Jensen lo siguió y Jared lo empujó contra la pared de azulejos.
- No te vengas hasta  que yo  no  te  diga -dijo desalmadamente, y Jensen asintió con la cabeza emitiendo un débil lamento que se convirtió en un gemido cuando Jared pasó el pulgar sobre sus pezones duros.
-No te  muevas -le susurró.  

Jensen estaba ya sin aliento por la excitación. El agua caliente le corría encima, pero su espalda estaba presionada contra los fríos azulejos; el contraste era intenso y al mismo tiempo, excitante. Jensen no estaba seguro de qué era lo que tenía en mente su compañero, pero por el fuego que veía en sus ojos, sabía que lo disfrutaría.

Jared tomó el jabón y lo frotó entre sus manos antes de enjabonar a Jensen. Sus manos eran cálidas y la sensación sobre su piel era un sueño por lo que Jensne apoyó la cabeza en la pared cerrando los ojos para disfrutar de ese toque atento. El chico deslizó las manos sobre sus hombros y luego sobre su pecho, deteniéndose en los pezones.

Jensen esperaba que las manos de Jared descendieran todavía más abajo, sin embargo, las sentía regresar sobre su cuello y frotar la piel detrás de las orejas, haciéndolo estremecerse de anticipación.
-Oh sí -gimió suavemente sin abrir los ojos.
-¿Te gusta, no es cierto? -le preguntó Jared con esa voz profunda y sensual tan suya que se iba directamente al pene de Jensen haciendo que se sobresaltase.

Era evidente cuanto Jensen estaba disfrutando con ello.

-Mantén los ojos cerrados -le susurró Jared mientras deslizaba sus manos enjabonándole el vientre. Cuando los dedos fueron a acariciar la piel alrededor de su erección, las rodillas de Jensen se aflojaron. Estaba excitado, sin embargo, Jared siguió de largo y descendió para frotarle las piernas, teniendo mucho cuidado de no darle aquello que más anhelaba.
-Por favor, Jared... -le suplicó Jensen y lo sintió levantarse y presionar todo su cuerpo contra el suyo, la piel resbaladiza por la espuma favorecía el movimiento y restregó su vientre contra Jensen, sus erecciones se frotaban una contra la otra.
-Sé lo que quieres, y lo tendrás, pero aún no es el momento. Ninguno de los dos podrá venirse hasta que no esté dentro de ti. Entonces, y solo entonces, te follaré hasta que no puedas pensar en nada más. Ahora es la intimidad y el cuidarse el uno al otro lo que cuenta, no llegar al orgasmo; por eso relájate y disfruta de esto. -El joven se apartó de él y Jensen se sintió extrañamente solo, la tentación de abrir los ojos y volver a conectarse con él al menos con la vista era fuerte.

Jared le tocó las caderas y Jensen se estremeció ligeramente. Entonces lo hizo girar para  que apoyara las manos contra la pared de azulejos, mientras que Jared le lavaba la espalda. Cuando el chico llegó a los glúteos, instintivamente abrió las piernas y este hizo correr sus  dedos enjabonados entre las nalgas antes de masajearlas suavemente.
-Es increíble -le susurró al oído- la forma en que reaccionas cuando te toco.

Jensen gimió e inclinó la cabeza hacia atrás. Él nunca se había considerado un hedonista, pero desde que lo había conocido nunca tenía suficiente de ello. Cada contacto era  gratificante y al mismo tiempo le hacía desear un poco más. Jensen sintió un cambio en el flujo del agua y comprendió que Jared estaba moviendo el brazo de la ducha. El agua golpeteaba sobre su piel y Jensen movió las caderas por la placentera sensación. Su piel estaba ya sensible y el agua intensificaba la percepción de todo. Jared le estrujó las nalgas con las manos antes de separarlas y gimió al sentir el calor de la joven lengua sobre su apertura.

-Esto me gusta -murmuró Jensen.
-Lo sé dijo -Jared mientras continuaba penetrándolo profundamente con la lengua. El bombero ronroneaba de placer y empujaba su trasero contra la lengua de Jared, quien lo estaba, literalmente, llevando a la locura rozándolo   con  los  dedos y  la  lengua  como  si  fuese  un  instrumento musical.

-Jared, ya estoy casi ahí. -Jensen sintió temblar sus piernas y comenzó a mover sus caderas para frotar su erección contra la pared. El otro apartó las manos y la lengua, y cerró el grifo del agua. Jensen se separó de la pared y abrió los ojos, intentando encontrar un poco de equilibrio. Estaba aturdido y sus pensamientos estaban todos concentrados en eso que acababa de hacerle unos minutos antes. Se secó rápidamente y esperó a que Jared también estuviera listo antes de dirigirse hacia la recámara.

Había perdido toda referencia relativa al espacio que los rodeaba algo que le pasaba cada  vez que Jared estaba cerca, pero mientras esperaba a su chico, los sonidos del afuera comenzaron a filtrarse en su cabeza y escuchó el rumor de un automóvil. Mirando de reojo a través de la ventana, sintió como el corazón se le subía a la garganta al ver el BMW de su padre detenerse frente a la casa. Ahí estaba la manera ideal de arruinar un momento perfecto.
-Mi padre está aquí -dijo Jensen en voz baja mientras sentía como toda la felicidad y la excitación previas colapsaban en un instante.

-Te espero arriba -dijo, pero Jensen vio que en sus ojos algo se había apagado. Sin pensarlo, abrazó fuerte a Jared.

Salieron del baño y se puso un par de pantalones de chándal y una camiseta antes de correr hacia la planta inferior, donde su padre ya estaba golpeando a la puerta. Abrió y el hombre se precipitó dentro.
-¿Qué está pasando? -Era extraño ver a su padre tan agitado, por lo general siempre se las arreglaba para mantener la calma y el control.
-Hay un maricón en la estación de bomberos en la que tú trabajas -dijo su padre con voz seca-. Hoy por la tarde hubo una reunión en la iglesia y uno de los consejeros propuso organizar una protesta frente al cuartel. Los niños admiran a los bomberos y creo que justamente se trata de un pedófilo. Quiero que dejes ese puesto y te vengas a trabajar conmigo. No quiero que mi hijo trabaje con maricones. -El hombre se estremeció y le tendió unas hojas a Jensen.

-Espera un minuto, papá -dijo Jensen con la garganta seca y un nudo en el estómago. Sabía que debería decirle a su padre que él era uno de los “maricones” del escuadrón, pero no pudo hacerlo. En su lugar tomó los papeles que su padre estaba forzando en su mano.
-Es nuestra obligación proteger a los niños, y tenemos la intención de hacer oír nuestras voces en la próxima junta de vecinos.
-Papá, ¿no te parece que estás exagerando un poco? -preguntó jensen asustado, tratando de hacer razonar a su interlocutor.
-No, no estoy exagerando para nada. Vi al maricón en tu casa hace un par de semanas atrás; ¿tienes idea de lo que significa para mí y mi reputación que te hagas ver por ahí... con... con ese tipo de gente? Podría perder mi trabajo. -Su padre parecía realmente ser presa del pánico.

La garganta de jensen estaba tan seca que no lograba tragar, ni pensar. ¿Ese tipo de gente? ¿Gente como yo? Hubiera querido preguntarle pero no fue capaz de ello. Su padre era un completo bastardo, pero aun así siempre sería su padre.
-Bueno, tendrás que hacerte a la idea, porque a mí me gusta mi trabajo y me gustan las personas con las que trabajo.
-¿Cómo puedes decir una cosa así? Ninguno de ellos ha venido jamás a visitarte al hospital a pesar de que tuviste un accidente en el trabajo. Ellos no se merecen tu tiempo y tu energía.

Jensen devolvió las cartas a su padre, pero él se negó a tomarlas.
-No quiero trabajar contigo, papá. Seguiré mi propio camino. -¿lo había dicho de verdad?-Me gusta mi trabajo y quiero seguir haciéndolo.
-Si acaso piensas que... -empezó a decir su padre, pero Jensen dio un paso hacia él.

-Esta es mi vida y quiero vivirla a mi manera. Y para ser honesto, yo apenas puedo tolerar los pocos momentos que pasamos juntos porque no haces otra cosa más que hablar de los títulos en los que estas interesado últimamente, en cuál ha sido la última acordada o de lo que planean esos entrometidos de la parroquia. -Jensen forzó las cartas entre las manos de su padre-. Así que gracias, pero no. -Jensen se sentía demasiado bien consigo mismo; por primera vez en su vida estaba enfrentando a su padre. En el pasado, se limitaba a escuchar y a hacer lo que le decían.

Su padre farfulló alguna cosa y Jensen vio la ira crecer en él; creyó que rebatiría de alguna manera, pero el hombre permaneció inmóvil donde estaba, temblando de rabia.
-Esto no termina aquí -susurró entre dientes finalmente.
-Contrariamente a lo que crees, sí. No quiero que volvamos a tocar este tema.
-Sin duda, lo tocaremos de nuevo
-No, por el contrario. No sé qué cosa te ha sucedido en estas últimas semanas y no quiero saberlo. Siempre has sido una persona entrometida pero ahora... yo... -Jensen permaneció mirando a su padre; llevaba aún el traje a medida y la corbata impecable que usaba para ir a trabajar, y Jensen se dio cuenta de que no era su padre el que había cambiado, sino él. Jensen no veía las cosas de la misma manera en la que antes las veía. Ahora todo lo que deseaba era que su padre se fuera de allí para así poder correr hacia el piso superior con Jared y decirle todo.
-¿Qué pasa? -dijo su padre bruscamente.
-Nada que te incumba. Ahora voy arriba, porque mañana temprano tengo que estar en el trabajo. -Jensen miró las escaleras, pensando en quien lo estaba esperando en la planta superior.
-Buenas noches, papá.
-Esta oportunidad no se volverá a presentar otra vez -le advirtió su padre, y Jensen se contuvo a duras penas de agarrar a golpes todo aquello que le disgustaba, pero permaneció en silencio. Finalmente, su padre se dirigió hacia la puerta y le lanzó una última mirada antes de salir. Jensen soltó un suspiro de alivio y esperó algunos segundos para calmarse antes de subir las escaleras. Había desafiado a su padre, pero ¿a qué precio? No sería poca cosa, Jensen estaba seguro de eso.

Subiendo los escalones de dos en dos, casi chocó con Jared que se disponía a descender al piso inferior.
-¿Dónde vas?
-A casa -respondió Jared con tono grave, empujándolo a un lado y preparándose a descender-. Lo sabes-dijo volviéndose para mirar a Jensne una vez que alcanzó el último escalón, -era de mi de quien hablaba tu padre. Soy el maricón con quien trabajas, y tú ni siquiera me has defendido. No era necesario que le contaras lo que hay entre nosotros o que te gusta que te den por el culo, pero al menos podías haberme defendido. Ni siquiera has podido hacer eso. ¡Dejaste que hablase de mí como si fuera basura, y tú no abriste la boca! -Jared fue hacia la puerta y Jensense precipitó tras él de modo que casi se cayó por las escaleras.-Al menos ahora sé lo que piensas de mí.

-No es así -dijo Jensen mientras corría a detener a Jared en la puerta-. No pienso eso de ti. -Sentía a su corazón latir enloquecido y al estómago encogérsele de ansiedad.

Jared se detuvo y se volvió hacia él.

-Y, sin embargo, lo es. Las acciones hablan más fuerte que las palabras y tu comportamiento habló claramente. No es tu culpa, yo debería haberlo sabido antes de intentar algo con alguien que no tiene el coraje de aceptarse.―Tú no sabes lo que significa ―Jensen trató de explicar y Jared se detuvo, retrocedió hacia él, sacando pecho y con fuego en los ojos. -Y una mierda que no lo sé. Desde que les dije a mis padres que era gay no han vuelto a dirigirme la palabra. Tenía diecinueve años y me encontré solo, mientras la gente que más amaba, incluso se negaba a aceptar por lo menos mi existencia. Me dijeron que había muerto para ellos. Cambiaron la cerradura de la puerta de casa e incluso el número de teléfono. Sé dónde viven, pero nunca más seré bienvenido allí. ¿Pero sabes una cosa? De todos modos estoy mejor que tú, porque al menos yo no odio lo que soy. Puedo mirarme en el espejo por la mañana y estar orgulloso de lo que veo. Por lo tanto, sí, te equivocas Jensen, sé lo que eso significa. -Jared se volvió y caminó hacia su moto.

Jensen sabía que tenía que correr detrás de él, pero estaba como petrificado. Solo cuando el rugido de la motocicleta se difundió por el aire fue capaz de moverse y corrió fuera sobre la acera, pero lo único que vio fueron las luces traseras de la moto de Jared alejándose de él.

Jensen hubiera querido maldecir todo, pero contuvo la rabia dentro, hasta que volvió a entrar a su casa. Entonces dejó perder en un río de improperios las confrontaciones con Jared. Eso no duró mucho tiempo, sobre todo cuando su cerebro recuperó el control sobre él y entonces dirigió los insultos contra sí mismo. Jared tenía razón. Jensen no lo había defendido ni siquiera cuando su padre lo había injuriado. Era verdad, se había enfrentado a su padre en la cuestión de aquel estúpido trabajo que no quería hacer, pero no había hecho lo mismo por la persona que le importaba.

Una vez que la ira se desvaneció, Jensen cerró la puerta y apagó las luces antes de ir a la cama. Quería llamar a Jared y pedir disculpas, pero no lo hizo. Jared había sido muy claro y Jensen no tenía idea de qué hacer para arreglar las cosas. Había arruinado todo, fin de la historia.


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Fuego Redentor [TERMINADA] Empty Re: Fuego Redentor [TERMINADA]

Mensaje por zynna Miér 25 Mar 2015, 7:29 pm

Capitulo 9


En las semanas que siguieron, Jensen trabajó como un loco antes de regresar a casa y colapsar en la cama. Por suerte, él y Jared no coincidían muy seguido en el mismo turno, pero las pocas veces que se encontraban trabajando juntos, Jensen se sentía realmente muy desdichado.

En realidad, se sentía así también cuando los turnos no coincidían. Jared le hacía falta, pero las veces que había intentado hablar con él, había permanecido escuchando solo por unos pocos segundos para luego encerrarse en sí mismo. Una cosa buena había, sin embargo, Jensen fue finalmente capaz de hacerse perdonar por sus compañeros de equipo, y estos lo habían incluso invitado a salir con ellos en varias ocasiones. Esto le complacía, pero al mismo tiempo se sentía vacío. Hablaban de las muchachas que frecuentaban, de las esposas y de los hijos, mientras que él permanecía allí, escuchando, sentado en la cabecera de la mesa sin participar mucho más que de tanto en tanto en la conversación.

-¿Te pasa algo malo, Jared? -le preguntó Charlie una tarde, mientras estaban sentados a la mesa, y Jared casi había querido confesarlo todo. La tentación había sido fuerte, pero tuvo miedo. Otra cosa buena era que no había tenido mucho contacto con su padre y Jensen estaba empezando a pensar que eso no le desagradaba tanto; su padre nunca le había servido particularmente de apoyo. Estaba convencido de que iba sentir su ausencia, pero no fue así; si su padre había decidido eliminarlo de su vida debido a una disputa sobre el trabajo, entonces quizá esto era lo mejor.

El otoño había llegado, el aire se había puesto más frío y llovía con más frecuencia. Al principio cayeron los acostumbrados temporales, pero luego se informó de un huracán a lo largo de la costa y todo el departamento tuvo que prepararse para enfrentar lo peor, sin embargo, sólo fueron aguaceros más intensos.  

Al aviso de huracán siguió la tormenta tropical Jared, que se posicionó sobre toda la zona durante días sin moverse ni un centímetro.

-No veo la hora que termine de pasar -dijo Charlie de pie junto a Jensen mientras ambos observaban hacia fuera desde la puerta del garaje.
-¿Has visto las fotos de Hershey en el noticiero? -preguntó Jensen-. El nivel del agua ha crecido metros en pocos minutos. -Jensen miró la lluvia que caía en forma incesante, tenían casi que gritar para hacerse oír por encima del estrépito del agua sobre el asfalto.

Llegó una llamada y ambos se pusieron el equipamiento. Jensen finalmente había regresado al servicio activo desde hacía una semana y estaba más que dispuesto a participar en las misiones. Cuando fueron a la autobomba, sintieron el chasquido de un rayo inmediatamente seguido por el estruendo de un trueno que hizo temblar el vehículo.

-En un momento como este uno no se esperaría un incendio -dijo Charlie a lo que Jensen asintió con la cabeza, pero él había visto muchas cosas extrañas y, en efecto, cuando llegaron al lugar, vieron que la casa en las afueras de la ciudad a la que habían arribado, había sido golpeada de pleno por un rayo. La lluvia estaba agravando las condiciones del incendio, pero los hombres se precipitaron al interior para asegurarse de que todos los habitantes se encontraran fuera a salvo, mientras que otros bomberos guiaban los cañones de agua contra las llamas.

Tan pronto como estuvo dentro de la casa, Jensen fue golpeado por el recuerdo de la última vez que había estado en el interior de un edificio en llamas, pero lo apartó de su memoria. El psiquiatra que le había visitado en el hospital le había advertido de la posibilidad de que ocurriese una cosa de ese tipo.

Sabía que este no era el mismo incendio que la última vez y, desde luego que no se dejaría amedrentar por ese pensamiento cada vez que tuviera que afrontar una misión. Jensen se negaba a dejarse atormentar por ese recuerdo, no podía permitírselo. Esta vez, en lugar de un niño, llevó a salvo al perro de la familia. El fuego fue extinguido, y al final, después de haber realizado las investigaciones de rutina, el escuadrón fue reclamado en su centro de operaciones.

Jensen estaba ya muy cansado después de aquella misión y las dos anteriores que habían enfrentado durante la mañana; después de haberse liberado de los aparejos, Jensen subió al piso superior del cuartel para descansar. Preparó el catre y se extendió, con la esperanza de poder tomarse una horita de sueño. Con ese clima, habría muchas más llamadas y poco tiempo para descansar.

Se durmió casi de inmediato, apenas consciente de la presencia de otras personas en la habitación. Apenas cerró los ojos soñó con Jared; le sucedía a menudo últimamente, pero esta vez parecía tan real, como si pudiera tocarlo y sentirlo realmente. Jensen se despertó sobresaltado y miró a su alrededor, esperando encontrarse con él, pero la dura realidad tomó el lugar de los sueños y Jensen volvió a tumbarse sobre el colchón.

De repente la sirena comenzó a sonar y se puso de pie en un instante, se vistió otra vez y se colocó el equipamiento antes de salir corriendo hacia los vehículos.
-Rescate en el  agua  -informó  el  capitán  a  través  de  la  radio mientras los camiones dejaban atrás el garaje en dirección de Le Tort Park.

Cuando llegaron, el arroyo que habitualmente discurría plácido en el interior del parque, se había convertido en un torrente furioso y se había salido de su muro de contención inundando el terreno que lo rodeaba.

Habían caído varios árboles, arrancados desde la raíz por las fuertes lluvias, y algunos estaban parcialmente sumergidos en el agua crecida. Aferrada a una rama, había una niña que lloraba mientras su padre caminaba nervioso por el borde del río.
-¡Aseguren una cuerda de una orilla a la otra! -gritó el capitán para hacerse oír por encima del estruendo ensordecedor del agua.

Jensen atravesó el puentecito que normalmente habría estado bien alto sobre el arroyo pero que ahora estaba casi intransitable, y llegó a la orilla opuesta.

Del otro lado vio a un hombre de una gran complexión que no podía ser otro más que Jared, preparándose para lanzarle una cuerda. Jensen la tomó y la fijó a un árbol robusto; del otro hizo lo mismo antes de lanzar una segunda cuerda. Jensen aseguró esa también y vio a Jareda hacer otro tanto mientras que el árbol al que se aferraba la niña empezaba a oscilar

Jensen saltó sin pensarlo dos veces y agarró una rama, metiéndose entre el árbol y el terreno. La presión era muy fuerte, pero el árbol dejó de moverse y vio a sus compañeros  correr en su ayuda. Los otros hombres lo estaban alcanzando, Jensen los oyó gritar intentando sobrepasar el rugido del agua.
-¡Tómala! -gritó Jensen cuando Jason, uno de sus compañeros, estuvo suficientemente cerca de él. Sintió a éste trepar sobre el árbol y pocos segundos después oyó más claramente el llanto de la niña. Cuando vio que ambos estaban a salvo, Jensen dio un último empujón al tronco y se quitó de debajo de su trayectoria antes de que el árbol fuese arrastrado por la corriente. En su recorrido hacia el valle, una rama quedó enredada en una de las sogas y Jensen sintió a la cuerda chillar por la presión del árbol y del agua que este último estaba conteniendo de fluir hacia el valle.

-¡Salgan de ahí! -gritó Jensen en dirección de sus compañeros que todavía se encontraban en aquella área mientras él mismo se preparaba para retirarse. La presión sobre la cuerda se hizo cada vez más intensa, pero Jensen fue capaz de regresar a la orilla.

La cuerda se sostuvo por un momento, luego se escuchó como un escopetazo, similar al golpe de un látigo, y el árbol continuó su recorrido hacia el valle. Jensen soltó un suspiro de alivio al constatar que los demás estaban todos a salvo. Jason llevó a la niña con sus padres y Jensen sonrió cuando el padre la abrazó. Desde donde se encontraba, no podía ver el rostro del hombre, pero no necesitaba verlo para imaginar su expresión de alivio y gratitud, la había visto tantas veces en el curso de su carrera.

Era una de las cosas hermosas de su trabajo.Volviendo hacia el puente, lo atravesó prestando mucha atención y se reunió con el resto del escuadrón.
- No vuelvas a intentar algo así nunca más -le dijo el capitán Morris con severidad y Jensen asintió con la cabeza. Sabía que había corrido un gran riesgo, pero en aquel momento realmente no había pensado en eso.

Jensen se sobresaltó cuando escuchó un estruendo bajo sus pies. Volteándose, vio como parte del muro de contención se había derrumbado y una figura, que parecía ser Jared, descendía entre los rápidos.

El torrente furioso lo arrastraba río abajo y Jensen sintió como el corazón se le subía a la garganta al ver como desaparecía entre los remolinos. Jared regresó a la superficie y Jensen ya no pudo quedarse quieto; el corazón se le salía del pecho. La lluvia había aflojado el agarre de los árboles en la tierra y Jensen miró alrededor buscando algo que pudiera utilizar como poste.

-¡Jared, ve si puedes venir de este lado! -le gritó, pero no estaba seguro de que pudiera oírlo. Otros hombres fueron capaces de ir más abajo en el valle, para anticipar su paso.
-¡Tengo una cuerda! -exclamó Frank detrás de él.
Jensen tomó un extremo de ella y se la ató a la cintura.
-¡Fíjala a un árbol! -dijo, y entró en el agua. Por suerte se había formado un pequeño remolino y esperaba poder arrastrar a Jared a aguas más tranquilas. Con la vista fija en él, se dirigió hacia el centro del río, a sabiendas de que tenía solamente una posibilidad de éxito antes de que la corriente alcanzase un área de vegetación más densa, llena de rocas y salientes.

Jensen tenía el corazón en la garganta y casi pierde el equilibrio, pero mantuvo su atención en Jared, Frank no lo hubiera dejado solo, Jensen lo sabía sin que tuviera necesidad de preguntárselo y sintió que también los demás compañeros lo estaban alcanzando.
-Presta atención, Jensen -dijo uno de los hombres-. Ahora ya lo tienes cerca.
Por un segundo, Jensen creyó que la corriente había lo arrastrado lejos de él. Dio otro paso en el río; el agua se le arremolinaba a la altura del pecho. Lanzándose hacia Jared, lo aferró y luego sintió el tirón del retroceso hacia la ribera.

A medida que la corriente perdía intensidad, Jensen fue capaz de apoyar los pies en el fondo y pudo observar a Jared. El chico tenía los ojos cerrados y Jensen lo guió hacia la orilla mientras le sostenía la cabeza fuera del agua.

Otros compañeros entraron en el río para ayudar a transportarlo hacia lo seco. Jensen se hizo a un lado, mientras Frank y Charlie comenzaban a practicar en su pecho un masaje cardiaco, el agua le corría por el rostro, pero Jensen apenas la sentía. Frotándose los ojos, caminaba nerviosamente hacia atrás y adelante. Llegaron otros hombres que traían sombrillas para proteger de la lluvia a Jared.

Las sirenas sonaban a lo lejos, pero Jensen no les hizo caso; en eso, escuchó una súbita tos y un regurgitar de agua. Luego vio a Jared ponerse de lado e impulsivamente se abrió paso entre los compañeros reunidos a su alrededor, empujó a dos a un lado antes de arrodillarse junto a Jared.

-Me has dado un susto de muerte-dijo en voz baja, y Jared levantó sus ojos hacia él. Para Jensen aquella era la cosa más hermosa que había visto en mucho tiempo-. Lo lamento -dijo antes de tomar la mano de Jared-. Lo lamento por todo. -Jensen no estaba seguro de si aquellas sobre su rostro eran lágrimas o solo gotas de lluvia, no tenía importancia, no en aquel momento-. Te amo, Jared -susurró, tragando el nudo que tenía en la garganta.

Sintió que el chico le apretaba la mano; luego llegaron los paramédicos. Fue cuando Jared fue cargado en la camilla que Jensen apartó la mirada del hombre que amaba y vio las expresiones en las caras de los compañeros que no le quitaban los ojos de encima. Recién entonces se dio cuenta de la situación, de lo que había dicho, y se preparó para lo peor; acababa de salir frente a todo el escuadrón. Se preparó para hacer frente a lo que siempre había temido: los insultos y el rechazo. Jensen los miró uno por uno, pero no hubo ninguna reacción. Luego sintió una palmadita sobre la espalda.
-Has hecho un buen trabajo, chico -dijo Charlie a sus espaldas, y uno por uno, todos los demás hombres asintieron con la cabeza antes de regresar a los vehículos.
El viaje de vuelta fue larguísimo, Jensen temblaba a causa de la ropa mojada; pero hasta aquel momento no había sentido frío.

Tan pronto como estuvo en la estación, se quitó el equipamiento antes de subir al piso superior para cambiarse la ropa mojada.
-¿Puedes venir un momento? -El capitán Morris lo llamó desde la oficina en cuanto lo vio. Jensen se había cambiado y lo alcanzó allí, cerrando la puerta a sus espaldas.
-Estaba  justamente  viniendo  a  verlo  -explicó  mientras  se acomodaba en la silla que el capitán le estaba señalando.
-Hay dos opciones, o eres el idiota más grande que haya conocido nunca, o eres el hijo de puta más afortunado en el planeta -dijo el capitán con voz firme, sus mirada lanzaba chispas y Jensen comenzó a sentirse incómodo?.  En una sola  misión  has  arriesgado la vida dos buenas veces y, que me caiga un rayo,has salido bien parado en ambas ocasiones. Has salvado a esa niña y a uno de tus compañeros.

Jensen sacudió la cabeza. -Solo fui uno más del equipo. Los ojos del capitán Morris se desencajaron.
-¿Desde cuándo te volviste tan magnánimo? -Y Jensen vio la mirada del capitán hacerse más suave-. Como ya he dicho, si intentas hacerlo de nuevo te saco del equipo tan rápido que la cabeza te que vueltas. -Luego sonrió-. Pero me alegro que tú hayas hecho lo que has hecho, y estoy seguro de que el padre de esa niña va a pensar lo mismo. Sin embargo, has corrido un riesgo innecesario.
Jensen se puso de pie y miró a su capitán desde lo alto, desde el otro lado del escritorio.
-¿Qué debería haber hecho? ¿Permitir que el árbol arrastrara al agua a aquella niña? Nunca lo habría permitido, así como no hubiera dejado que Niall se ahogara. Y no me importa lo que diga, ¡yo lo haría otras mil veces y usted estaría de acuerdo si fuese su culo el que estuviese en medio del torrente!-
Jensen había tenido suficiente de estas estupideces-. Y además todo lo que hice no habría sido posible si no fuera porque estaba el escuadrón para apoyarme.
-Siéntate -dijo severo el capitán-. Jensen, tú eres un tipo impulsivo y un día eso te meterá en problemas, pero no es este ese día.
-¿Eso es todo? Porque quisiera ir al hospital a ver cómo está Jared. -Estaba tan impaciente que se le disparaban los nervios de las piernas.
-Ya he hablado con el hospital, Jared está bien. Respira normalmente y cuando hayan terminado los controles podrás ir a recogerlo, pero ahora hay otra cosa de la cual quisiera hablar contigo.

El anuncio tenía algo de amenazante y Jensen se preparó mentalmente. -Casi todos hemos escuchado eso que le has dicho a Jared, y me imagino que no se trataba de una demostración de afecto fraternal fuera de lugar.
El capitán se apoyó contra el respaldo de la silla y Jensen negó con la cabeza. No había ninguna razón para negarlo ahora. Era consciente de lo que había dicho y, diablos, no eran otra cosa más que sus verdaderos sentimientos. Podría haber sido por el temor de casi haber perdido a Niall lo  que  lo  había  empujado  a   decir  aquellas  cosas  sin  reflexionar demasiado, pero era todo cierto. Lo había entendido en el momento en el que las palabras  le salieron de la boca. Amaba a Jared y no quería decepcionarlo otra vez.

-Lo que ha escuchado es verdad -dijo mirando directamente a los ojos del capitán, con la cabeza bien alta y la mandíbula apretada. Si tuviera que pagar las consecuencias por ello, lo haría como un hombre.
-Nunca se me ocurrió que tendría que hacer frente a un asunto como este en el trabajo, pero solo porque todavía no hemos tenido nunca una mujer en el escuadrón. No conozco cuáles serán los sentimientos de Jared, pero suceda lo que suceda, espero que, en realidad lo pretendo, que ambos  continuaran  asumiendo  un  comportamento  profesional  en  el lugar de trabajo.
-Capitán, yo... -masculló Jensen sintiendo que su honor estaba siendo ultrajado.

-Yo no los trataré de una forma diferente a como trataría a una pareja casada o… a una pareja heterosexual. No tengo ningún problema con una relación entre ambos, con tal de que no trabajen solo el uno para el otro. El hecho de que sean gay no hace ninguna diferencia. Mi hija está fuera del armario desde hace un par de años, así que entiendo todo y no toleraré mojigaterías, ni episodios de acoso o conductas discriminatorias.

Jensen se quedó sin habla.
-Gracias, señor. No sé qué decir.
-No hay nada que decir. Son actitudes que no tienen razón de ser. Somos un equipo y los chicos han tratado a Jared como a cualquier otra persona, no veo por qué tendrían problemas contigo.
-¿Sabían lo de Jared? -Bueno, eso sí que era una sorpresa.
-Nos lo dijo en la entrevista. Dijo que si no éramos capaces de adoptar  una  actitud   tolerante  y  honesta, no quería ser parte del escuadrón. Ahora, si no tienes otras preguntas, tengo que prepararme para la junta vecinal. Se habla de fusionar los diferentes distritos para ahorrar dinero; es cierto que somos el cuartel más antiguo de la ciudad, y todo eso es nuestra ventaja, pero también es cierto que se necesita mucho dinero para mantenernos operativos. -¿Cree que nos quieran cerrar? -Jensen nunca había pensado en esa posibilidad.

-No lo sé, pero tengo que prepararme; quiero saber todo, desde la gasolina a la cantidad de rollos de papel higiénico que consumimos.-El capitán volcó su atención a los documentos que tenía sobre la mesa y Jensen salió de la oficina. Todavía estaba preocupado por Jared pero se sintió aliviado al pensar que todo había sido para mejor.  Que también la situación entre ellos tuviera el mismo buen resultado, bueno, esa era una cuestión totalmente distinta.

Jensen tomó una taza de café y se sentó solo a la mesa. Todavía estaba lloviendo y los hombres estaban listos para que hubiera más llamadas. Estaba totalmente adolorido. Charlie se deslizó en la silla frente a él con una taza en la mano y le ofreció dos píldoras analgésicas, las mejores amigas de los bomberos.
-No es un problema, sabes -le dijo Charlie y Jensen miró a su alrededor.
-¿Y entonces por qué nadi  me mira a la cara- -Independientemente de las palabras del  capitán, Jensen no podría realmente obligar a nadie a aceptarlo. Se metió los analgésicos en la boca y las tragó con un sorbo de café.
-Están un poco enojados -respondió Charlie, dándole una sonrisa que se ensanchó cuando puso delante de Jensen un papel.
-Eso lo entiendo, pero... -Jensen se interrumpió cuando le dio una ojeada al papel-. ¿Esto qué es?
Charlie se regodeó.
-Apuestas, y he ganado quinientos dólares.
-¿Apuestas sobre qué?-preguntó Jensen estudiando mejor el papel.

-Pensarían que eran muy bueno  para  esconderlo,  pero  todos hemos visto cómo se miraban entre ustedes. En un momento dado parecía que hubiesen tenido una pelea, y a pesar de ello, no lograban quitarse los ojos de encima, incluso cuando no eran conscientes de ello. Por eso levantamos apuestas sobre quien de ustedes dos iba a decir algo al respecto frente a uno de nosotros. Realmente pensé que había perdido cuando volviste a ser el mismo huraño de siempre, pero en cambio...
-¿Organizaron  una  apuesta  sobre  nosotros- Jensen preguntó estupefacto; alguien se rió entre dientes.
-Oh, muchachos -dijo Jensen-, no creí que tuvieran tanto interés en nosotros.

-No nos importa demasiado, de hecho. No en ese sentido -cortó por lo sano Rusty, uno de los chicos más jóvenes y a Jensen le pareció como si estuviera incómodo.
-De todos modos, no eres mi tipo -dijo  irónico Jensen y los compañeros  que  estaban   ayudando a Rusty a secar los uniformes comenzaron a burlarse de él sin piedad. Con un tiempo tormentoso como aquel, era difícil mantener el equipamiento seco, por lo general no tenían ese problema. Jensen terminó su café y fue a ayudar a sus compañeros.


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Fuego Redentor [TERMINADA] Empty Re: Fuego Redentor [TERMINADA]

Mensaje por zynna Lun 30 Mar 2015, 12:20 pm

Capitulo 10


-Entonces a partir de hoy usted y Jared están empatados -declaró Rusty cuando logró encontrar la voz para hablar de nuevo.
-No se trata de una competencia -replicó Jensen, pero entonces el significado de la declaración de Rusty lo golpeó-. ¿Qué quieres decir? -Jared le ha salvado la vida y usted ha salvado la de él -explicó Rusty mirando a Charlie en busca de apoyo.
-¿No te lo dijo? -preguntó Charlie mientras colgaba un uniforme listo para ser usado nuevamente.
-¿Decirme que cosa? -preguntó Jensen confuso.
-El incendio que te hizo terminar en el hospital, fue Jared quien logró sacarte de allí. El suelo había cedido y estaba derrumbándose hacia el sótano. Él te agarró por el brazo y fue capaz de arrastrar tu culo fuera de la vorágine antes de que la casa se derrumbara. ¿No lo recuerdas? -preguntó y Jensen negó con la cabeza.-¿Y él no te ha dicho nada?

-Charlie colgó otro uniforme limpio-. Me pregunto por qué -dijo el bombero casi para sí mismo. Jensen se estaba preguntando la misma cosa. -Jensen, le han dado el alta médica a Jared en la clínica -dijo el capitán Morris por lo que Jensen cogió su abrigo y estuvo listo para salir en dos segundos; mientras se encaminaba hacia el coche trató de esquivar las gotas de lluvia. Cuando llegó al hospital llovía a cántaros ;mientras estacionaba vio a Jared venir hacia él.

Jensen sintió un nudo en el estómago, estaba lleno de dudas y remordimientos. Sabía que lo había tratado de modo horrible y solo esperaba que el chico le diese otra oportunidad, pero no lo culparía si no lo hacía.
-Tenemos que dejar de vernos fuera de los hospitales -bromeó. Tenía que romper el hielo, pero no estaba seguro de que la mirada penetrante que Jared le lanzó fuese una buena señal.
-¡Y tú tienes que dejar de comportarte como un idiota! -le gritó Jared, pero continuó yendo hacia él. Jensen no estaba seguro de que no lo fuera a golpear; el muchacho parecía listo para usar los puños. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, se sintió atrapar y se preparó para el golpe. Sin embargo, Jared le robó el aliento con un beso y no tenía ninguna prisa en dejarlo ir. El agarre de éste sobre su chaqueta lo sostenía firmemente mientras que tomaba posesión de su boca.

-Escuché lo que me dijiste, incluso si pensaste que no te escucharía -dijo Jared cuando se separaron para respirar.
-Lo han oído todos y, aparte de Rusty que parecía un conejo asustado listo para salir corriendo, los demás no se inmutaron. -Jensen lo abrazó a su vez estrechándolo contra él, la sensación de tener entre sus brazos a su hombretón era hermosa-. Me has hecho mucha falta -admitió.- Mm -El sonido resonó profundamente en el pecho de Jared-. Es mejor si nos movemos a cualquier otra parte, antes que nos vea media ciudad.
-Creí que no tenías problemas con mostrarte tal como eres.
-Una cosa es que no tenga miedo de mostrarme tal cual soy, y otra es montar un espectáculo delante  de  todos -explicó Jared.

Afortunadamente, la lluvia había perdido parte de su intensidad por lo que lograron llegar hasta el coche sin mojarse demasiado. Jensen puso en marcha el motor y volvieron al cuartel.
-¿Por qué no me has dicho que fuiste tú quien me salvo de aquel incendio? -Jensen mantuvo sus ojos en la carretera mientras la lluvia comenzaba nuevamente a caer más fuerte y encendía la radio por si acaso recibieran alguna llamada-. Deberías habérmelo dicho. -Jensen lanzó una ojeada rápida hacia Jared quien negó con la cabeza; Jensen lo escuchó suspirar suavemente.
-¿Qué diferencia habría hecho? Sí, te saqué de una casa en llamas y tú me salvaste de morir ahogado.
-Sí, pero...
-Si te lo hubiera dicho cuando nos conocimos, te hubieras sentido culpable, o quizás agradecido frente a mí. No te habría gustado por lo que yo era, por lo menos no al principio.
-No me gustaste para nada al principio -dijo Jensen.
-Sí, pero luego mi encanto ha hecho mella en ti. -Jared era adorable cuando sonreía.
-Digamos que no me dejaste en paz ni por un segundo, me has ganado por cansancio. -Jensen trató de asumir un tono serio, pero fracasó.-Digamos que te volviste bastante loco por mí. Te dije apenas nos conocimos que para mí eras un libro abierto, y todavía lo eres. -Jared permaneció en silencio mientras estacionaba cerca del cuartel. Todos los camaradas salieron para saludarlo y decirle lo felices que estaban de que se encontrara bien. Jesen se hizo a un lado y permaneció mirando, no había nadie más feliz que él.

Poco después llegó una llamada y el equipo se dispuso a partir. Jensen y Jared tuvieron que permanecer en la estación, el capitán no lo había ordenado explícitamente, pero la mirada que les lanzó fue suficiente para que Jensen recordase la conversación que habían tenido poco antes.
-Preparemos la cena -sugirió cuando regresaron a la sala de uso común-. Tendrán hambre y estarán empapados cuando vuelvan, y este tiempo es perfecto para comer picante. -Jared tomó una olla grande y la apoyó sobre las hornallas.
-De acuerdo.-Siguió las instrucciones de Jared para asar las hamburguesas mientras que él preparaba el resto de los ingredientes.
-¿Qué estamos haciendo de apetitoso?
-Un plato bien caliente, como tú -respondió Jared y Jensen sonrió-. Entonces, ¿te has sincerado, por lo menos aquí en el trabajo?
-Así es -Jensen suspiró mientras bajaba la llama-. Lo siento por cómo me comporté aquel día con mi padre. Tenías razón, yo tendría que haberte defendido y haberle prohibido que dijera esas cosas en mi casa. Está todavía enojado conmigo porque yo lo desobedecí y no me habla desde entonces. Estoy empezando a pensar que es bueno para mí no mantener contacto con él, al menos no está todo el tiempo criticándome por el trabajo que hago o por las personas que frecuento. -Jensen estaba concentrado en mezclar la carne con cuidado.
-Siempre habrá de esas personas que no sean capaces de comprender, por una razón u otra. Para algunos es imposible ver las cosas desde una perspectiva diferente a la propia. Mis padres son así; no pudieron entender cómo es que era diferente de ellos y porque no quería cambiar para ser como ellos querían que fuese, así que me desecharon

-Debe haber sido difícil.-Jensen sacó la carne del fuego y Jared dejó escurrir la grasa-. Creo que mi padre hará una cosa por el estilo, pero solo porque mi modo de ser gay podría traerle problemas con algunos de sus clientes más religiosos. Yo crecí dentro de esos valores cristianos y no puedo entender que tiene  de cristiano el odiar a aquellos que son diferentes a uno. Todos los domingos están allí, en la iglesia, rezando, y los lunes critican y condenan. -Jensen se dio cuenta de que se estaba desahogando pero no pudo contenerse-. Creía que los cristianos tenían el deber de amar al prójimo.
-Los que lo son de corazón lo hacen -le dijo Jared con dulzura-. Conocí a una mujer de mi barrio cuando era pequeño. Ella iba a misa todos los domingos, era la persona más devota que conociese. Después de decirle a mi familia que era gay, me mudé a su casa porque ya no podía soportar más gritos en mi contra. Al principio pensé que ella también me trataría como mis padres, pero se limitó a decir que iba a orar por mí. Me parecía una persona un poco extraña, pero cuando la volví a ver me dijo que Dios había contestado a sus plegarias y le había dicho que había sido él quien me creó de esta manera y, puesto que Dios no comete errores, no tenía que preocuparme de nada y que debería vivir una vida pacífica. -Jared vertió los ingredientes para el chili en la olla que puso sobre el fuego y comenzó a revolver con una cuchara grande de madera.

-Aprendí mucho de ella.-¿Qué pasó con ella? ¿Está todavía allí? -Jensen quería conocerla y
hablarle.
-Ella murió hace un año. Vi a los míos en su funeral; ellos fingieron no verme pero yo me quedé lo mismo por Mary Lou y por lo que ella me había dado.-Jensen apoyó la sartén y se deslizó detrás de Jared, le circundó las caderas en un abrazo y apoyó la cabeza entre sus anchos hombros-. Nuestra vecina me amaba más de lo que me amaba mi familia. Por un tiempo me pregunté qué había de malo en mí.

Jensen no pudo contener una risita amarga.
-Justamente, no tienes nada  de  malo, excepto unos padres estúpidos. -Ahora Jensen comprendía por qué el que no hubiese hablado en su defensa hubiera herido a Jared de tal manera, la gente que tendría que haber estado de su lado y protegerlo, lo habían abandonado.
-¿Vas a decirle a tu padre? -le preguntó suavemente Jared.-?En algún momento, pero él ya no es tan importante.

Jensen estrechó sus brazos alrededor de Jared y permaneció en esa posición durante un tiempo, mientras el otro cocinaba. Pasó un buen rato antes de que recordase dónde se hallaban, y que quizá fuese mejor limitar las demostraciones de afecto, pero estaban solos y Jared lo necesitaba-. Te prometo una cosa, y que Dios sea mi testigo, no volveré a negarte nunca más. Si mi padre hace preguntas, le diré la verdad, y si se atreve a insultarte de nuevo, lo echaré fuera de mi casa.
-¿Estás seguro que de verdad quieres prometer eso? Porque es una gran promesa la que me estás haciendo.
-Eso es lo que quiero -respondió Jensen con convicción-. Siempre que tú me quieras.

Jared continuó mezclando los ingredientes en la olla y Jensen lo estrechó un poco más aun, sin decir palabra.
Cuando el chili estuvo listo, los dos hombres escucharon el rumor de los vehículos que regresaban a la estación. El perfume de los pimientos y los tomates se habían esparcido por la habitación, tornándola agradablemente cálida. Como era de esperar, los compañeros estaban cansados  y hambrientos; a juzgar por su relato, había sido una misión difícil.

La pared del sótano de una casa situada en la ensenada, había sucumbido; el equipo había logrado poner a todos los inquilinos a salvo, pero había explotado una línea de gas y la casa ya se había quemado cuando fueron capaces de detener la fuga. Cuando los hombres se cambiaron, Jared comenzó a servir en la mesa y luego se sentó junto a Jensen.

Como cada vez que estaba junto a él, Jensen sintió crecer en su interior el deseo que sentía por él.
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Mensaje por zynna Vie 10 Abr 2015, 12:07 pm

Capitulo 11


Cuando todos habían terminado de comer, Jensen se fue a su casa. Jared todavía tenía unas horas de trabajo antes de que terminara su turno y había insistido en querer terminarlo a toda costa. Jensen hubiera querido quedarse a dormir en la estación; con la lluvia que no daba tregua, habrían otras llamadas, pero el capitán no quiso escuchar razones y lo había enviado a casa.
-Ha habido muchos casos de sótanos inundados, ve a comprobar que en tu casa todo esté bien y duerme en tu cama. Lloverá aún durante muchos días, esto es solo el principio.

Jensen no necesitaba que se lo dijeran dos veces por lo que, después de despedirse de sus compañeros, dejó la estación, pero no antes de lograr intercambiar algunas palabras con Jared. Se habían puesto de acuerdo con que Jared se uniría a él una vez que terminase su turno. Jared le había parecido muy feliz y Jensen sintió como eso le calentaba el corazón, le dio la fuerza para esperar todavía un poco más; no veía la hora de poder pasar tiempo a solas con Jared. Mientras iba camino hacia la casa, le sonó el celular y Jensen respondió sin quitar la vista de la carretera.
-¿Dónde estás? -preguntó su padre sin mucho preámbulo.
-Estoy yendo a casa -fue la respuesta de Jensen. Estaba destruido y realmente no tenía la fuerza para enfrentarse a su padre en esas condiciones.
-Nos vemos allí -dijo su padre antes de cortar. Jensen se concentró en la carretera. Normalmente hubiese tardado cinco minutos en llegar a casa, pero las fuertes lluvias habían creado grandes charcos sobre las calles y Jensen perdió más tiempo de lo habitual para evitarlos.

Cuando por fin llegó a su casa, encontró a su padre esperándolo. Jensen salió fuera del coche y se apresuró hacia la puerta. Instintivamente, hizo una recorrida de control por la casa, pero todo parecía bastante seco. Su padre se unió a él bajo el paraguas para no mojarse completamente.
Entró en la casa y esperó a que su padre terminara de sacudir el paraguas antes de ponerlo en un lado y entrar.

-¿Qué es lo que es tan urgente, papá? -preguntó Jensen, ahogando un bostezo.
Le dolía todo y su cuerpo tenía necesidad de dormir.
-Yo quería asegurarme de que estabas bien -le explicó su padre.
Jensen lo miró entrecerrando los ojos preguntándose adónde quería ir a parar-. La niña que has salvado hoy es Margie Graham; su familia frecuenta nuestra iglesia. Su padre me llamó para decirme lo que hiciste por ellos. -El hombre se sentó en una de las sillas y Jensen hizo lo mismo, ya no se sostenía en pie debido al cansancio-. También me ha dicho que has salvado a uno de los otros bomberos que se había caído en el río.
-Ha sido un largo día, papá -explicó Jensen. Su cerebro le recordó que había faltado poco para que perdiese a Jared para siempre.
-No seas modesto. Eres un héroe, has salvado vidas. -Jensen vio la mirada de su padre volverse más intensa-. Estoy orgulloso de ti.

En un primer momento Jensen no registró las palabras de su padre; de hecho, se había preparado para recibir más críticas por su trabajo o un lavado de cerebro por haber arriesgado la vida.
-No había entendido que tan importante es lo que haces. -Efectivamente, su padre parecía ligeramente decepcionado-. De todos modos, no me gusta la situación que hay donde trabajas y no estoy de acuerdo con la decisión de contratar a quien ya sabes.

-No veo por qué la cosa te tiene que interesar. Los chicos del escuadrón son mis hermanos. Nos apoyamos unos a otros, independientemente de todo lo demás. Forma parte de nuestro trabajo y no importa si uno de los chicos es gay o si en realidad es una mujer. Les cubres la espalda, porque la próxima vez serán ellos quienes te la cubran a ti.
-Pero si...
Jensen levantó una mano para interrumpir a su padre. Sabía que tenía que decirle la verdad, pero no se sentía aún preparado.
-Yo sé quién soy y me comportaré de acuerdo a mi conciencia y a mis valores, no a los tuyos. -Jensen se levantó y fue a la cocina-. ¿Quieres beber algo? -Abrió la nevera y tomó una cerveza, esperando recibir una respuesta por parte de su padre.
-No, tengo que volver a casa.

Jensen regresó a la sala con su cerveza y después de decir adiós a su padre bajó de un salto al sótano para comprobar que todo estuviese en orden antes de ponerse a ver la televisión. Mientras sorbía su cerveza, Jensen miró un poco de fútbol americano, pero terminó por quedarse dormido.

Se despertó cuando Jared entró en la casa.

-¿Por qué no me esperaste arriba? -preguntó el chico cuando vio a Jensen dar un bostezo. Jensen trató de ocultarlo, pero estaba a tal punto cansado que ni siquiera la presencia de Jared lograba mantenerlo despierto.
-Te estaba esperando -dijo, apagando la televisión y poniéndose de pie-. ¿Quieres comer algo? -Jared negó con la cabeza y tomó su mano; luego apagó las luces; Jensen se sintió conducir hacia la escalera y lo siguió sin saber lo que estaba pasando.

No encendieron la luz y Jensen apenas se dio cuenta de que Jared lo había desvestido. Sintió, sin embargo, cuando le estaba empujando dentro de la cama para luego meterse bajo las sábanas con él.
-Me has hecho falta -le susurró Jensen abrazándolo con fuerza para absorber la calidez de su cuerpo.
-Tú también me has hecho falta. -La voz de Jared resonó profunda cuando devolvió su abrazó. Era perfecto. Jensen sabía que había algunas cosas de las cuales deberían haber hablado, pero en ese momento era feliz y le parecía que Jared también lo era. Se durmió arrullado por el aliento de su amante y por el sonido de la lluvia golpeando el techo.

Jensen se despertó la mañana siguiente, cuando sintió a Jared alzarse de la cama. Con ojos soñolientos, dio una ojeada el reloj y gimió al pensar que iban a tener que levantarse en breve para volver a trabajar. Todavía estaba tan cansado que ni siquiera podía mantener los ojos abiertos. Jensen oyó la descarga del baño seguido por el rumor del agua corriendo en el lavabo, luego Jared regresó a la habitación y se metió en la cama. Todavía estaba lloviendo y Jensen trató de no pensar en el trabajo. Pensó en Jared para distraerse, tirándolo contra sí.
-Ayer lo dije en serio: te amo -dijo Jensen acariciando la amplia espalda de Jared.
-Lo sé, yo también te amo -dijo Jare y Jensen sonrió, estrechándolo más fuerte.

-No te negaré de nuevo. Tal vez aún no esté listo para decirle a mi padre pero si él, o cualquier otro, quisiera hacerme preguntas, les diré la verdad. Ha llegado el momento de dejar de esconderme y esto también significa ser honesto conmigo mismo. -Jensen apenas tuvo tiempo de terminar de hablar antes de que Jared lo besase con pasión.
-No podría pedir más -dijo Jared cuando se separaron para tomar aliento.
-Ahora lo sé y lamento que me haya llevado tanto tiempo comprender qué es lo que realmente importa.-Jared era lo importante, y se dio cuenta de que si lo quería en su vida, deberían ser honestos entre sí. Jared lo hizo girar sobre la cama por lo que abrió las piernas para dejar que se colocara en el medio. El pene de Jared presionaba contra el vientre de Jensen-. Haz el amor conmigo -dijo Jensen suavemente.
-Eso es lo que intento y voy a hacerlo por mucho, mucho tiempo -respondió Jared sonriendo y Jensen se preguntó si se refería a ese momento o a para siempre. Mientras razonaba sobre las palabras de Jared, Jensen se dio cuenta de que una cosa no excluía a la otra: podía tener ambas.


Fin
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