Forgotten Words
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¿Can we belong together? {G}

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Mensaje por dreamzz Lun 14 Jul 2014, 5:33 pm

¿Can we belong together? {G} Robamelecorazon

Nombre: ¿Can we belong together?
Autor: Dreamzz
Artista ó personaje: Nicky Byrne
Adaptación: No
Género: Romance/Drama
Advertencias:Ninguna
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10/07/2014

dreamzz

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Mensaje por dreamzz Lun 14 Jul 2014, 5:35 pm

¿Can we belong together?


Capítulo 1

Llegó el verano como nunca antes se había asomado en este lado del planeta. A diferencia de otros años, el sol eraabrasante y arrolladoramente perturbador a eso de las cuatro de la tarde, pero aun así, la temporada regalaba su horario de aroma a flores y una humedad primaveral con noches cálidas en que sentía que todavía lo extrañaba.

Terminé con éxito el cuarto año de arquitectura y ya sólo me quedaban dos para poder diseñarle la casa a Mark y a Layla a cavalidad; al fin puse en su lugar a Callahan y me liberé de los mendigos exámenes recuperativos. Ese último día antes de vacaciones disfruté viéndole la cara de derrota a ese viejo. Pero bueno, mejor no me desvío tanto del tema...

Sí, al fin había llegado la temporada veraniega a Dublín y al fin las merecidas vacaciones de larga extensión. Habían pasado exactamente cinco meses y veinticuatro días desde que Nicky dejó suelo irlandés tan sólo para perfeccionar su técnica con el bisturí en los Países Bajos. Y sí, lo extrañaba mucho, a pesar de que los últimos días antes de que se marchara los pasamos cada uno por su lado. Creo que al final terminé asumiendo nuestra amistad y que lo que alguna vez sentí por él fue tan solo un tropiezo, una confusión que nunca debió haber ocurrido. No me quedaba otra, asumir, asumir.

Luego de una buena cabalgata en los campos de la familia de Shane, él y yo nos fuimos a una especie de terraza que estaba en la mitad de un terreno rodeado por árboles. Ese día en particular había sido caluroso, con nubes en el cielo que se trasladaban con rapidez a razón del viento tibio de la época. Nos sentamos en los escalones de una escalera que facilitaban la llegada a aquella terraza y nos quedamos en silencio por unos minutos, escuchando la brisa...

—Lynn... – Dijo Shane, rompiendo el silencio, desviando la mirada hacia ella.

—Dime. – Respondió ella, sin abrir los ojos; los mantuvo cerrados para sentir con más profundidad el ambiente, imaginándolo.

—¿Te puedo decir algo... estúpido?

—¿Me vas a decir algo...”Shane”? jajaja. – Dijo ella, sin aún abrir los ojos.

—Hey, hablo en serio.- Alegó él, con una sonrisa de gracia ante las palabras de Lynn, pero que no denotó en su declaración.

—Está bien, está bien. Sólo pensé que si era algo estúpido no sería tan serio... dime.

—Me gusta estar contigo... – Profirió al fin, desviando la mirada hacia la misma dirección que ella, mientras ella al fin abría los ojos y los dirigía hacia Shane, un poco sorprendida.

—No me parece algo estúpido. – Respondió con un tono suave y una sonrisa. Se quedaron en silencio por algunos segundos hasta que él acabó con ello.

—Dije “algo estúpido” porque pensé que te burlarías de una cursilería como esa.

—¿Entonces me lo dijiste porque sí o realmente así lo sientes? – Ahora la línea de la conversión era seria. Shane volvió nuevamente su vista a ella y sonrió.

—Así lo siento...

—Eso sí está bien, que lo sientas. – Ambos sonrieron. – A mí también me gusta estar contigo... y mucho. – Luego de aquellas palabras, Lynn puso su mano sobre la de él que estaba apoyada en el suelo.

Sí... últimamente Shane y yo afianzamos mucho más nuestra pequeña amistad y cada día que pasaba con él me gustaba más su compañía. Pasábamos excelentes momentos juntos, pero no por ello podía decir que él ocupaba el lugar de Nicky, no... eso nunca. Shane me había ayudado a dejar aquel refugio contra el mundo en el que se había convertido mi habitación, a superar un poco la nostalgia que sentía por la compañía de mi viejo amigo, y sin saberlo, me ayudó a borrar de a poco ese absurdo amor que alojé dentro de mí varios meses.
¿Cómo agradecerle tanta preocupación? ¿De qué modo podía demostrarle cuanto disfrutaba estar con él? Era un buen amigo, y lo es.

A eso de las nueve de la noche, volví a casa para la habitual cena familiar, a la que por cierto, llegué con algunos minutos de retraso. Como de costumbre, Brian, que finalmente alargó su estancia por algunos meses en Dublín, fue el primero en sentarse a la mesa, al igual que papá y Mark junto a Layla, mi muy próxima cuñada. Después de una ducha rápida necesaria tras la maratón equina junto a Shane, bajé rápidamente para degustar la obra de la mano de monja de mamá. Era indiscutible, Marie sí que sabía de cocina, y era tal su encanto en las artes culinarias, que siempre nos quedábamos haciendo sobremesa con el habitual y pecaminoso postre, comentando de aquel y ese otro.

—Jack nunca pudo ganar ese partido de pocker, así que Ralph, Nikki y yo nos tomamos un par de tragos y nos marchamos del bar, si no hubiéramos tenido que esperarlo horas. – Comentó Oliver, para luego dar un trago a su té.

—A propósito de Nicholas, ayer estuve hablando con Yvonne y me comentó que Nicky pronto estará de vuelta por estos lados. – Dijo Marie.

Lynn sintió un vacío en su interior, palideció. A pesar de llevar la cuenta de los días en que Nicky se había ausentado, nunca pensó que su regreso sería tan pronto, o por lo menos, así lo sentía ella. Tal impresión la llevó a soltar la taza de té.

—¡Vaya! Lynn es la más feliz de todos. ¡Al fin estará de vuelta su amiguito predilecto! – Dijo Brian, conteniendo la risa.

—¡Pero, hija! ¿Qué pasa contigo? ¿No te alegra que Nicholas esté de vuelta? – Preguntó Marie, mientras recogía el desastre que Lynn había dejado.

—Disculpen, permiso. – Sin premeditar más nada, se retiró de la mesa y subió a su habitación... su antiguo refugio.

Supongo que luego de que salí así del comedor los presentes me observaron desconcertados, pero a mí nada me importaba, nada más que su regreso.

No podía mentirme y ni engañar a nadie; yo añoraba volver a verlo, abrazarlo, aun estando consciente de que ese amor pasional que llegué a sentir se había disipado y que, supuestamente, no había razón para desearlo como lo estaba haciendo. Sin embargo, llegué a la inesperada conclusión de que no había podido desentrañar ningún sentimiento hacia él y que por más que intenté erradicarlo de mí, el corazón me ganó.
Estaba olvidando algo importante además: mis últimas palabras en el aeropuerto. ¿No dije que los amores van y vienen y que los amigos son los que quedan? ¿Que para mí lo primero era nuestra amistad?

Dios, lo había olvidado por completo...
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10/07/2014

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Mensaje por dreamzz Mar 15 Jul 2014, 12:13 pm

Capitulo 2

Los días esperando su llegada habían transcurrido lentamente y no me preocupé por contabilizar más las horas para su arribo a Irlanda. Procuraría ignorarlo para emancipar cualquier deseo traicionero antes de que fuese demasiado tarde. Lucharía contra viento y marea por no volver seis meses atrás, haría lo que fuese necesario para enmascarar mi verdadero rostro... enamorado.

Luego de una carrera casi interminable con Shane, nos tiramos al césped a mirar como corrían las nubes, o simplemente, para recibir un aliento. Ya casi anochecía, pero para nosotros era como si el día recién iniciase.
Con el asomo de las estrellas, nuestra rutina recién comenzaba. Esa noche no iría a cenar y ya había dado aviso, así que no había de qué preocuparse, más que de respirar adecuadamente la brisa de la noche y oír a la perfección de la silenciosa melodía del universo.

—Gracias por acompañarme en mis locuras... – Dijo Lynn, tumbada en el suelo boca arriba.

—Creo que más desquiciado soy yo que te acompaño. – Respondió Shane, con una sonrisa.

—¡Oye! – Gritó ella, al tiempo que le daba un pequeño palmetazo en el hombro.

—Está bien, lo siento, lo siento, jaja. – Luego de un breve silencio, ella se pronunció como en un susurro.

—Sé que puedo parecer una niña con las cosas que hago, pero no lo puedo evitar. Probablemente cuando las quiera hacer de nuevo sea ya una veterana...

—Nadie te critica... yo te acompañaré a hacer pendejadas, no te preocupes.

—¡Shane! – Esta vez se abalanzó contra él en una batalla de palmoteos inofensivos por parte de Lynn, mientras Shane se defendía aferrándose a ella. En un instante indeterminado, ambos quedaron abrazados, él sobre ella, mientras la contemplaba como hacía varias lunas había deseado.

—Te acompañaré porque me gusta que te sientas libre, y si es así como puedes hacerlo, entonces... yo aquí estaré... a tu lado. – Después de aquellas palabras por parte de él, ambos quedaron en silencio, mirándose, explorando cada rasgo de sus rostros, examinando cada misterio en sus ojos. Sin presagio alguno, Lynn le puso sus labios en los de él por un segundo y luego volvió a plantar su mirada en la de él.

—Gracias... – Luego de esa palabra de agradecimiento, lo empujó para levantarse raudamente. – ¡El que llega último a la cabaña paga los gastos del otro por una semana! – Gritó mientras corría. Él se levantó rápidamente y la siguió... sin olvidar aquel beso, claro.

Inesperadamente para mí, el día de su regreso llegó. Su familia iría por él al aeropuerto, mientras la mía organizaba un almuerzo de bienvenida al niño retornado de Amsterdam.

Ya no me imaginaba el verano a su lado. Por lo general solíamos planear nuestras travesías por la región o el país o nuestras salidas comunes y corrientes por el vecindario, pero ahora nada estaba predispuesto y no sabía si es que había cambiado, porque yo no... no pude. Estaba nerviosa, con sentimientos encontrados, pues quería verlo y a la vez no. Para apaciguar un poco esta confusión, recordé aquel roce de labios entre Shane y yo. No sabía si había hecho bien, y no tenía por qué saberlo. Todo fue obra de mi impulsividad y no de un plan... ¿Qué habrá pensado Shane de mí?

Mis distracciones mentales se vieron interrumpidas con la inminente llegada de mi temor y adoración humanizada, Nicky. Layla, quien lucía un delantal puesto que ayudaba a mi madre en la cocina, fue a abrir la puerta.

—¿Que nadie escuchó el timbre? – Preguntó Layla, mirando a los que estaban en la sala hipnotizados viendo un juego de la liga. Nadie le prestó atención más que Lynn, pero ella no abriría la puerta. – En todo caso, ya estoy en la puerta... – Dijo finalmente, mientras se secaba las manos con el delantal.

Luego de escuchar una fanfarria y una bola de saludos, los padres de Nicky y sus hermanos atravesaron el dintel primero... y luego lo vi. Cuando él entró, al fin mi padre, Mark y Brian se olvidaron de la liga, yo creo que por respeto, y se levantaron a saludarlo efusivamente. Yo me quedé plantada en el sofá, no me atrevía ni a mirarlo. Usaría la excusa de la espera a que todos le dieran la bienvenida para poder decirle un hola.

Se veía más hombre…

Sin duda, aquella apariencia de niño se había apartado de él y ahora sí lucía como un chico de 24 años. Quedé estupefacta. Antes de que pudiera apartar mi trasero del sofá, él miró hacia fuera y le pidió a alguien más que entrara. No sospeché nada al principio, pero la sorpresa sería mayor cuando se pronunciara.
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10/07/2014

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Mensaje por dreamzz Mar 15 Jul 2014, 5:07 pm

Capitulo 3

—Ven, Yareth, déjame presentarte a mi segunda familia – dijo Nicky, orgulloso.

De pronto entró una chica a la casa, bastante bonita por cierto, eso no lo podía negar, y primero no sé qué pasó por mi mente que no sospeché nada...

—Ella es Yareth, mi novia – esa fue la sentencia final.

¿Acaso había oído bien? En ese momento sí que se me cayó el mundo, el universo y todo ecosistema superior a él que pudiese existir. Si palidecí cuando tuve consciencia de su llegada, en ese instante llegué a desaparecer.
Me quería morir simplemente… Nunca se me pasó por la mente que en esas tierras lejanas encontraría el amor al fin. Medité sobre algún cambio de índole físico o psicológico en él, pero jamás se me pasó por la mente algo así, en ese aspecto no menos importante. Quería escapar de la habitación, no ser espectadora de tanta felicidad junta cuando la mía se había ido por la compuerta. No sabía qué tan contenta estaba de que hubiese vuelto.

Luego de que terminó de enlazar protocolariamente a mi familia con su noviecita extranjera, me vio y fue de una vez a saludarme.

—¿Y tú? – Dijo para luego abrazarme.- ¿No pensabas darme la bienvenida?

—Estaba pensando una buena performance para pronunciarme – dijo Lynn, a modo de chiste, con un poco de desgano.

—Te extrañe, mi niña – dijo Nicky en un susurro.

—Sí... yo también.

Ese fue un saludo frío, lo sé, pero fue su culpa. Él fue quien llevó a una extraña y la interpuso en nuestra relación... ¿o no?

No aguantaba las ganas de salir del lugar, estaba absolutamente incómoda con la situación, y mientras más los observaba juntos, de la mano para variar, más ganas de salir volando de ahí tenía. Por suerte estaba prevista la llegada de Shane al almuerzo, así que por lo menos tendría una razón para contenerme en mis afanes de fuga… y él no tardó en arribar. En el instante en que lo vi atravesar el umbral, me encaminé con rapidez hacia él y lo abracé.

—Qué bueno que ya estás aquí – le dijo Lynn al oído.

Luego de recibirlo efusivamente, le tomé la mano y lo llevé conmigo hasta la sala de estar. Él se veía confundido, pero aún así me siguió, y nuevamente en un acto impulsivo, esta vez por los celos, dije...

—Familia, aquí está mi novio, Shane – él palideci, estaba sorprendido.
Luego ya no dijo nada y tan sólo le siguió el juego a Lynn. Sabía que había algo más detrás, pero después se lo preguntaría.

—Hola... familia – dijo Shane, con una sonrisa nerviosa.

—¿Hablas en serio? – Preguntó Mark mirando a su hermana, incrédulo.

—¿Qué? ¿Qué tan feo lo ves al muchacho? – Interfirió Brian.

—Claro que hablo en serio. Hace unas semanas que estamos juntos y estaba esperando el momento propicio para decírselo a todos. Estaba esperando a que llegara Nicky... – agregó Lynn con un sarcasmo poco notorio, pronunciando esas últimas palabras mirando exclusivamente a su amigo recién llegado.

—Sí, claro – agregó Shane, siguiendo la corriente.

Sabía el porqué de la sorpresa de Mark. Él era el más entusiasta con la idea de que Shane y yo estuviésemos juntos, así que por eso tal incredulidad inicial. Todos lo recibieron de buena gana, hasta mi papá, que por un momento pensé que me pondría en aprietos. Sabía que había hecho mal en mezclar a Shane en mis planes de celosía para con Nicky, no sabía en qué estaba pensando; yo creo en que buscar el modo en que él se sintiera olvidado por mí y que a partir de varios actos de “desinterés” , él me buscara como antes. Sin embargo, me salió el tiro por la culata...

Cuando la velada ya estaba cerca de terminar, Nicky me tomó de la mano y me llevó hasta el patio donde antes solíamos pasar largas horas de verano conversando.

—Así que con Shane, ¿eh?

—Pues sí. ¿Tienes algún problema con eso? – Profirió Lynn, un poco agresiva.

—Hey, Lynn, tranquila. No te estoy reclamando o regañándote. Sólo quería que conversáramos un rato a solas... lo extrañaba.

—Pues no parece.

—Está bien. ¿Qué pasa? – Dijo Nicky, al fin poniéndose serio.

—Nada, ¿qué va a pasar?

—Me estás hablando golpeado, como si hubiese hecho algo que te molestara.

—No, tú no has hecho nada, así que no te preocupes.

—Te conozco, mocosa, y sé que me estás tratando así porque hay algo que te molesta.

—¡Nada! ¿Te quedó claro? – No esperó para volver a entrar en la casa, dejando a Nicky solo en el patio.

Mi molestia era evidente, no podía ocultarla toda la noche, pero tampoco le diría qué me molestaba tanto.

Al día siguiente, procuré estar fuera de casa para que no me buscara para conversar lo de la noche anterior. Luego lo pensé mejor y se me ocurrió que no me buscaría, pues tenía que mostrarle a su novia la ciudad y todas esas cosas que se hacen cuando un extranjero llega a tu región, a tu país... Pero qué va, no podía echarle la culpa a ella. Yareth no tenía nada que ver en lo que me pasaba con Nicky; ella tan sólo llegó a su vida y él la dejó entrar. Y bueno, él tampoco tenía la culpa, porque en Irlanda solo dejó a su familia y amigos... no a una novia o pretendiente.

Acompañada de Brian, Mark y Layla, me reuní con Shane en Donnats. Luego de tomarnos un par de sodas y leches malteadas, nosotros todos muy sanos, claro que por la hora, nos marchamos a un partido del equipo de soccer local. En el trayecto, Shane tomó mi mano y dejamos que el resto se adelantara para hablar ciertamente “a solas”.

—¿Y puedo saber por qué tengo la fortuna de que seas mi novia?

Era la hora de las explicaciones.
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10/07/2014

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Mensaje por dreamzz Miér 16 Jul 2014, 12:01 pm

Capitulo 4

Lo había olvidado, no recordaba la imprudencia que había cometido al declarar a Shane mi novio sin siquiera consultárselo. En tal situación sólo debía explicarle y decirle la verdad...

—Pues, Shane… – Pronunció Lynn al fin, mirándolo con un poco de temor ante su reacción.

—¿Por qué esa cara? Hay algo más, ¿no?

—Discúlpame por lo de ayer, sé que hice mal al meterte en el embrollo.

—No estoy entendiendo nada, Lynn – profirió él, un poco desconcertado.

Lynn tomó un respiro y al fin respondió, desviando su mirada.

—Shane... yo dije eso solamente para sacarle celos a Nicky.

—¿Sacarle celos a Nicky? – Repitió Shane, incrédulo.

—Lo siento, sé que fue una estupidez. No mereces que juegue así contigo, así que te pido me disculpes por mi actitud y por eso de ayer, y por todo. – Shane se reía de nerviosismo, de enojo, mientras ella más nerviosa aún intentaba explicar su actitud.

—No te preocupes, el estúpido fui yo que por un momento pensé que... las cosas al fin estarían a mi favor.

—Shane, no te enojes, por favor... – él la interrumpió.

—¿Y cómo quieres que no lo haga? – Ella no respondió nada. – No te preocupes, tú no tienes la culpa de que yo sea un iluso y que siga persistiendo en algo que no tiene sentido... – Luego de tales palabras, él prefirió adelantarse; dejó a Lynn sola a mitad de camino para reunirse nuevamente al grupo.

—Shane, espera... – Se quedó parada por unos segundos para luego retomar el camino.

Era de esperar la reacción de Shane, pero ni siquiera lo especulé. ¡Fui una tonta, lo sé! Yo ya sabía sobre sus intenciones hacía muchísimo tiempo y pensé que con el tiempo y con que me conociera un poco más perdería el interés y el encanto. Yo lo quería, y lo quiero, y pensé que era como amigo... ya ni sé.

Cuando al fin estuvimos en nuestros lugares en las gradas ni siquiera me miraba. Creo que se concentró en el juego para no estar de mal humor todo el tiempo en que estuviésemos ahí y lo
comprendía. Unas cuantas filas más abajo vi a Nicky. Luego de unos minutos no muy eternos observándolo se dio cuenta de nuestra presencia y nos saludó, al igual que su novia... Yareth. A través de unos mensajes de lectura labial y de señales manuales acordaron con Mark encontrarse fuera del estadio. Shane lo miró un poco feo y luego se volvió a centrar en el balón.

Fuimos brillantemente derrotados. Shamrock Rovers cero, St. Patrick’s Athletic dos. No era tan malo, no eran las grandes ligas, ahí había que discutir.

Luego de aquel emocionante partido nos fuimos caminando lentamente hasta el auto y en el trayecto nos encontramos con Nicky y, sí, Yareth. Los ignoré por completo; tan sólo los saludé por cortesía y ya. Nicky me miraba de vez en cuando, como preguntándose qué demonios me ocurría. Después de la noche anterior quedó confundido con mi trato. Recurrí a la indiferencia y al maltrato retórico para poder sacármelo al fin de la mente y, sobretodo, del corazón. Me dolía ser así con él. Después de su partida todas las cosas estaban bien, nos escribíamos cada semana y nos enviábamos postales electrónicas y una que otra física con bellos paisajes del país que nos alojaba respectivamente. Todo eso hasta unos dos meses de su estancia en Amsterdam, porque después no recibí más que una o dos postales con dos palabras: “te extraño”... como si eso fuese suficiente en cuatro meses.
Debía entender que estabamos separados, que teníamos que estudiar y llevar un vida aparte de nosotros dos, pero, ¿por qué dos meses continuos enviando basura para el recuerdo y luego nada? Creo que en parte eso me enfadó más, sin olvidar la sorpresita extranjera, claro.

Después de una larga conversación entre risas y anécdotas pasadas durante más de 180 días ausentes cada uno de la vida del otro, Nicky se despidió y se marchó... junto a Yareth, sí, haré énfasis en aquello siempre... Echó una última mirada hacia atrás para mí, pero yo lo ignoré y me adentré hacia el pasillo entre el auto y una furgoneta al lado de él, tirando la manilla de la puerta del vehículo un poco impaciente.

—¿Que no nos vamos a ir nunca? - Todos quedaron mirando a Lynn un poco extrañados y con gracia por su acto impaciente de marcharse, como una niña pequeña.

Dado que Shane se había puesto con el transporte para ir al juego, nos fue a dejar a los chicos y mí. Se bajó del auto por un momento. Esperé a que los demás entraran a la casa para al fin poder hablar con él. No podía dejar que se marchara aún enfadado conmigo.

Tras unos cuantos pasos por la vía que lo guiaba a su auto, intenté alcanzarlo. Lo agarré de un brazo y lo volteé hacia mí para luego aferrarlo a mi cuerpo fuertemente, como nunca antes lo había hecho. Él no me respondía, no sentía sus brazos alrededor mío, no sentía su calor...
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10/07/2014

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Mensaje por dreamzz Jue 17 Jul 2014, 10:50 am

Capitulo 5

Sin poder explicármelo, sentí ganas de llorar. No pensé que repercutiría tanto en mí algún gesto de frialdad por parte de él. Estaba apunto de tomar sus brazos para ponerlos alrededor de mí buscando de algún modo ablandar ese corazón decepcionado, mas preferí esperar a que con mi ahínco por lograr una sonrisa se desarmara y decidiera responderme. Shane miraba hacia el suelo en un punto desconocido, casi inerte por completo si no hubiese sido por el movimiento de sus párpados. Me mantuve abrazada a él por varios segundos, hasta que al fin... se aferró a mí como yo lo estaba de él.

—Soy una tonta, Shane... no me hagas caso – susurró Lynn, con su cabeza apoyada en su pecho.

Él no respondió con palabras, y aun así, con su silencio me lo dijo todo.

Muchos días pasaron y las vacaciones continuaban. Nicky venía seguido a casa, en ocasiones con Yareth. A menudo le preguntaba a Mark por mí, o a Layla, o a Brian y todos decían lo mismo: “No te ha mencionado”.

Un día martes decidí salir sola, como no lo hacía hace mucho tiempo. Tomé mi bicicleta un poco anticuada y me encaminé en un largo paseo por los alrededores de la ciudad. Después de una hora, decidí hacer escala en un parque no muy lejano a mi casa, a unas cuantas cuadras de la universidad. Me senté en el césped por un rato y a momentos bebía un sorbo de agua de una botella que traía conmigo. No pensé tener tan mala suerte ese día: Nicky se me aparecía hasta en la sopa cuando yo más lo quería evitar.

Venía haciendo el mismo juego que hizo con Eve O’Connor meses antes en esa alameda, mi ex atajo predilecto... ¿lo recuerdan?. Él parecía perseguirla, mientras ella escapaba a risotadas huecas que odie desde el primer momento, al igual que con la regalada de Eve, en lo que parecía un juego de conquista, de un cortejo avanzado.
Esta vez el sol no me jugó en contra y me permitía ver sus caras nítidas. En ese momento pensé si acaso Nicky repetía la misma rutina con todas y me dio un poco de risa. En cuanto me vio, tomó a Yareth de la mano y se dirigió hacia mí. No podía hacer como que no lo había visto, porque él mismo había comprobado que yo los había captado a lo lejos. Estaba, de cierto modo, perdida... ¡ja!

—¡Hasta que al fin te encuentro, Feehily! – Dijo Nicky junto con una gran sonrisa estando cerca de llegar a Lynn.

—Uy sí, qué bueno, ¿no? – Respondió ella, sarcástica. La sonrisa de Nicky se borró.

—¿Aún continúas enojada? – Interfirió Yareth. Lynn lo tomó como una especie de atrevimiento y la miró con cara de confusión y de asesinato.

—Y eso a ti que te importa... No, disculpa, digo, no es contigo... un poco con Nicky – dijo mirándolo.- Pero luego hablaremos de eso, ¿no?

—Claro... – respondió Nicky un poco analizando cada palabra que Lynn pronunciaba y sus gestos. La conocía tanto que notaba su virulencia.

—Qué bueno, ya pensaba que estabas enfada con él por mi culpa, porque a lo mejor creías que él no te visitaba o no salían por mí, porque no es así, te lo aseguro – dijo Yareth, simpática. – Ya varias veces le he dicho que si estamos aquí no debe olvidarse de su vida de antes por estar conmigo, no es necesario.

—¿Es eso, Lynn? – Preguntó él, serio. Ella guió lentamente sus pupilas hacia él, con cara de pocos amigos.

—No te preocupes, Yareth, no es eso, y aunque lo fuera, sé que tú no tienes culpa de nada. – Luego de decir aquello se levantó al igual que a su bicicleta, dispuesta a marcharse.- Bueno, fue bonito volver a encontrarlos. Sí como no, ¡ja! – pensé. Ninguno de los dos dijo nada y sólo dejaron que Lynn se marchara. La observaron encaminarse.

—Tu amiga me odia – murmuró Yareth una vez que Lynn estuvo lo suficientemente lejos.

Sin mirar atrás, comencé a pedalear lo más rápido que pude para sofocar mi ira. No soportaba verlos juntos, no sostenía la idea de que se amaran y de que Nicky no hubiese pensado ni un momento en mí después de conocer mis sentimientos. No creía que no hubiese reconsiderado la situación, que no me hubiese abrazado a su existencia. Ya no sabía si lo que sentía era exactamente amor... al parecer eran más celos que eso, era más rabia que todo. Me frustraba pensar que Nicky me hubiese olvidado de alguna forma, cuando antes dijo que nunca se alejaría de mí. A lo mejor cuando me declaró eso lo tomé como una nueva esperanza, y sí, me equivoqué, lo idealicé otra vez, y borré de mi memoria la palabra que nos unía: amistad.

Por ese calor abrasante que dejaba secuelas en las noches, dejaba mi ventana abierta para que entrara un poco del fresco aire nocturno. Nicky no se hizo esperar, y sin mediar previa cita, entró por mi ventana como solía hacerlo antes, pero esta vez sin ánimos amistosos. Cuando lo vi asomándose a mi cuarto me levanté rápidamente de mi cama con el libro que estaba leyendo en ese momento y me encaminé hacia él para golpearlo con el texto.

—¿¡Qué diablos haces aquí!? ¿No deberías estar con tu noviecita extranjera? – Exclamó Lynn, con esa tenacidad que últimamente la caracterizaba.

—¡Ya deja eso de una vez! – Gritó Nicky, quitándole el libro y azotándolo a la pared. Al instante tomó a Lynn de los hombros y comenzó a sacudirla con un poco de violencia. – Hablemos de una maldita vez y dime, ¿qué demonios te ocurre?
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10/07/2014

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Mensaje por dreamzz Vie 18 Jul 2014, 11:33 am

Capitulo 6

Me paralicé. Nunca había visto a mi amigo de tanto años en tal actitud conmigo, jamás había respondido a tal grado de violencia y nunca pensé que lo haría, pero tenía razón, y siempre hay una primera vez... y una segunda.

—Nada, no me ocurre nada, sólo no quiero verte y eso es todo, ¡ya! – Respondió Lynn, zafándose de él.

—Deja eso y dime, porque no puedes estar enojada así porque sí. Algo muy malo tengo que haber hecho como para que me respondas de este modo – replicó Nicky, iracundo.- He estado varios días acá, de vuelta al fin y pensé que me extrañabas un poco más, pero veo que no es así, porque lo único que has hecho es ignorarme y hacernos quedar como estúpidos a mí y a Yareth.

—¡Yareth, Yareth, Yareth! – Decía Lynn mirando al cielo, mientras caminaba en dirección a su cama, dándole la espalda a Nicky. - Déjala a un lado, ¿sí?

—Es ella lo que te molesta.

—¡Brillante, Byrne! – Le respondió ella, girándose nuevamente y aplaudiendo.- Parece que la universidad allá en Amsterdam te ayudó a desarrollar tu mentecita de cacahuate.

—Ya basta de sarcasmos, Lynn. Deja de comportarte así.

—Vaya, Nicky, regresaste como todo un hombre desde esa otra parte no muy lejana de Europa, un intelectual de primera, un maduro intachable... – Esta vez Nicky no dijo nada, tan sólo se quedó mirándola.- ¿Ahora entiendes qué es lo que me molesta?

—Lynn, tenemos 24 años, ya no estamos para juegos.

—¿Eso te enseñó tu novia? ¿Que estamos muy viejos para jueguitos?

—¡Ya deja eso y habla en serio de una vez! Deja de atacarla, ella no te ha hecho nada. Estoy harto de tus malos tratos con ella, estoy harto de que no la respetes aunque sea un poco. Lynn, ¡ella es la mujer que amo! - Ella palideció. - ¿Por qué haces las cosas tan difíciles? ¿Por qué te comportas como una niña?

—¡Porque te amo! – Gritó ella, intentando contener las lágrimas sin éxito. Esta vez fue Nicky quien se quedó sin palabras. Su discurso se redujo a nada durante unos instantes. - ¿Ahora estás contento? ¿Era eso lo que querías escuchar?

—¿Y Shane?

—No somos nada más que amigos... Yo inventé el noviazgo con la absurda misión de sacarte celos – confesó.

—¿En qué quedamos antes de que me marchara, Lynn? ¿Por qué tenemos que volver a lo mismo?

—Lo sé, lo sé, no hace falta que me lo recuerdes, lo tengo en mente cada mendigo día que pasa... Y me culpo por no ser capaz de dejar de sentirlo – la miró, tratando de descifrar la situación, de entrar en su mente.

—Lynn, esto no es justo para mí, mucho menos para ti, para nadie... No te hagas más daño.

—Ya sé, Nicky. Esto me lo dices porque no puedes darme falsas esperanzas y porque soy una más de tu colección, como dice la canción... ¡ja, ja!

—No lo tomes así – dijo acercándose a ella para abrazarla.- Te lo digo porque quiero que seas feliz.
No me toques... vete.

—Lynn...

—¡Ya anda! – Gritó recogiendo el libro para luego lanzárselo. Sin más alternativa, Nicky salió rápidamente de la habitación por el mismo lugar que entró.

Y finalmente se lo dije. Se dio el instante justo y tan sólo le lancé la verdad como un balde de cubos de hielo recién salidos del frigorífico.
Sentí que me había quitado un peso de encima al confesarme, y por primera vez en mi vida, palpité tal fidelidad de paz en mi interior. No quería verlo más ni detectarlo cerca, no deseaba saber más nada de su ente natural ni de ningún tipo de relación con su nombre. Esa noche le di rienda suelta a las lágrimas que tenía guardadas por su imagen ya hacía tiempo debido a mi decepción y a mi inexplicable amor. Desperté con un horrible dolor de cabeza de tanto sollozar, pero la catarsis era necesaria...

¿Qué pasaría de ahí en adelante con nosotros? ¿Qué haría yo por no volver a confundir una amistad de ensueño con un amor imposible? ¿Por qué debía estar de nuevo en esa encrucijada? ¿Por qué tenía que ser mayor mi antes inexorable debilidad?
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Mensaje por dreamzz Vie 18 Jul 2014, 4:58 pm

Capitulo 7

Transcurrió un mes desde la última vez que intercambiamos palabras feroces. No nos volvimos a ver y ni siquiera habíamos visualizado la silueta del otro; al menos yo ni siquiera había sido testigo de su sombra. Llegué a la conclusión de que esos largos lapsos de silencio eran un tratamiento intensivo a mi consciencia. Al parecer, Nicky sabía como hacerme reflexionar acerca de mis discursos y actos, y sí, lo pensé todo una y otra vez y acomodé las piezas del rompecabezas en que se había convertido mi vida, pero esta vez, para siempre.

Tuve que ser capaz de entender de que él no me amaría jamás sino como amiga, como hermana. Pero no por eso me resigné a no tenerlo como amante: comprendí finalmente que nosotros no estamos hechos para querernos con pasión a flor de piel. El lazo que nos mantenía unidos no era otro que el de la eterna amistad, y así debí haberlo concluido fielmente la primera vez que tropecé con la piedra de la confusión.

Llegó la fecha esperada por todos, pero mucho más por Mark y Layla: el día de su boda. Nunca había visto a Mark más emocionado que en esa oportunidad. Sudaba ligeramente y caminaba de una esquina de la habitación a la otra, preguntándose una y otra vez qué pasaría si es que Layla le decía que no, aunque tuviera más que seguro que eso no nunca pasaría, porque sí, ella lo amaba a morir. No sabía exactamente qué pasaba por la mente de ella porque partiría desde la casa de sus padres hacia la iglesia, pero habría de suponer que lo mismo que a mi hermano.

A eso de las cuatro de la tarde estabamos todos congregados para celebrar la sagrada unión de ellos y bla, bla, bla, todas esas palabras supremas y eclesiásticas que se dicen en esas instancias. Yo lucía sencilla con un vestido color verde oliva claro y unas sandalias que simulaban el bronce. A lo lejos divisé a Nicky junto a Yareth. Quise ir y disculparme por todo, pero me dio temí su reacción.

La ceremonia transcurrió lenta y sacramental, tal como era la tradición, hasta que al fin llegó la hora de lanzarle el arroz a los novios. Mark no podía lucir más radiante y Layla... Layla estaba bellísima y feliz.
Sí, tengo que decirlo, me acriminé con el arroz y Brian también, parecíamos unos niños, ¡pero quizá cuándo volvería a lanzar ese cereal con justa razón!

La fiesta posterior se realizó en un parque en el centro de la ciudad habilitado especialmente para este tipo de ocasiones. Mi hermano quería lo mejor para este día; hubiese comprado el Taj Mahal si hubiera sido necesario, todo para que su mujer fuera feliz.

Varias baladas pasaron, varias melodías, el vals de los novios y esas formalidades. Había arribado la noche a la ciudad y la celebración tenía para rato. Era hora de que hablara con Nicky; si ese día había sido el primero de una nueva etapa para mi hermano, ¿por qué no hacer que fuera el inicio de una nueva era para mí también? Y no debía olvidar que no sólo debía solucionar un asunto... Había otro pendiente, otro por el que debí habérmela jugado hace mucho tiempo.

—¿Sabías que él también se muere por hablar contigo? – Al escuchar esa voz, Lynn se volteó sorprendida.

—Yareth, yo...

—Olvídalo – dijo sutilmente. - Sé por qué actuaste así, entiendo que sintieras que yo era una especie de invasora en la relación entre tú y Nicky... pero por más que yo esté aquí a su lado, él nunca podrá sacarte de aquí – agregó Yareth, señalando su corazón. – Ve. Habla de una vez con él.

—Discúlpame... – Yareth tan sólo sonrió y luego asintió. Pronto Lynn se daría la vuelta para llegar hasta él.

Estaba apoyado en la baranda que rodeaba el salón principal al aire libre, un poco taciturno, mirando fijamente hacia un punto desconocido. Pareció no percatarse de mi arribo a su lado, así que no tuve otra alternativa que tirar de su corbata...

—¿Me darías una oportunidad para decir que lo siento... de nuevo?
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Mensaje por dreamzz Sáb 19 Jul 2014, 11:26 am

Capitulo 8

A pesar de llevar una sonrisa tatuada en el rostro, por dentro los nervios se apoderaban de Lynn. Temía que la ignorara, que le dijera que era demasiado tarde para saldar la deuda de ambos y volver. Por suerte, las palabras no fueron necesarias; Nicky la abrazó fuerte, como si nunca lo hubiese hecho antes, y de cierta forma así era.

—Sé que es difícil disculpar el egoísmo... pero, ni siquiera tengo razones válidas.

—Sí, pensé en ti durante todo el viaje y el tiempo que estuve en Amsterdam, siempre... – la interrumpió - incluso así como querías que pensara en ti – Lynn palideció.

—Lo... ¿consideraste? – Preguntó estupefacta. Pronto dejaría de abrazarlo para mirarlo fijamente.

—Lo medité mucho y hasta lo creí cierto, pero... – Nicky detuvo su discurso.

—Pero... – Replicó ella, un poco ansiosa, medianamente temerosa.

—Sé que no quiero que nuestra relación, esta que siempre tuvimos, acabe. Porque... debes reconocerlo: si alguna vez llegáramos a ser algo más terminamos mal, nada sería igual, y de algo de lo que estoy seguro es que no quiero apartarte de mi lado y ni siquiera arriesgarme a eso. – Lynn sonrió y lo abrazó de nuevo con más intensidad aun.

—¿Por qué siempre tienes razón?

—Porque soy genial.

—Engreído... – Ambos rieron y guardaron silencio por unos instantes.

—Te quiero, estúpida...

—Yo también, mamógrafo, yo también... – dijo Lynn, pegándole unas palmadas en la espalda.

Luego de aquella reconciliación, bebimos un par de copas y bailamos un rato tonadas movidas, haciendo pasos locos. Hacía tiempo que no me divertía así con él, ya lo extrañaba. Después se nos unió Yareth; fue ahí cuando recién me di la oportunidad de conocerla; me equivoqué, debo admitirlo. La chica resultó ser muy agradable en verdad, ideal para mi amigo, y lejos mucho mejor que la quebrada de Eve. Al final, fue la mejor elección que Nicky pudo haber hecho.

Pronto decidí dejarlos a solas. Quise alejarme un rato de la fiesta y tener un momento de paz, pero no a solas..

Vi a Shane hablando con Brian mientras bebían un poco de vino. Él parecía buscar a alguien con la vista mientras conversaba con mi primo... esperaba que fuese yo. Sin más, le tomé la mano y lo llevé conmigo sin dejarlo que me pidiese algún tipo de explicación. Brian quedó con la palabra en la boca y un dedo levantado, como queriendo explicar algo.

Yo tan sólo le guiñé un ojo y lo comprendió todo, dándome a entender que así era con el dedo pulgar y también guiñando. Pronto se fijaría en Mary, una amiga de Layla que hacía tiempo lo traía loco. Me imagino que aprovechó la oportunidad para conversarle. Yo noté que la chica no le era indiferente...

Shane se limitó a mirarme y a dejarse guiar por mí. Lo llevé hasta una fuente de agua que estaba en un patio casi desolado y rodeado de árboles. Corría tibia brisa, la noche se agradecía, era agradable.

Bastaron unos cuantos pasos para estar al fin a solas. Al fin, luego de unos breves instantes, lo situé justo frente a mí y lo miré a los ojos prolongadamente, temiendo en parte su reacción, su respuesta. No aguantó más y me preguntó...

—¿Por qué estamos aquí? – Dijo algo confundido. Lynn tardó algo en responder. Bajó la mirada y luego le sonrió.

—Porque te quiero... – Shane sonrió automáticamente. Le encantaba oírla decir eso, pero estaba aun así continuaba confundido. Nunca antes se lo había deletreado de tal modo.

—¿Y sabes lo que quiero? – Interrogó ella.

Shane continuó observándome aun más extrañado. No esperé ninguna respuesta ni monosílabo relativo...

Poco a poco comenzó a acercarse y en un contacto tierno rozó sus labios. Jugaba con ellos, tomaba en ella su respiración y capturaba el momento, con los ojos cerrados, jugando con la imaginación. Shane tan solo tomó su mano y se dejó llevar.

Pronto sus labios se unirían por completo en un beso soñado, inimaginable. La calidez de aquel momento lo cubrió en un instante único y propio que nadie más que ellos podían compartir en un mundo en el cual nadie más podía entrar, sólo la luna, las estrellas, la noche.

Cuando al fin nos separamos, no me detuve en sus ojos de nuevo. Abrazada a él, le susurré al oído...

—Lo único que quiero es estar contigo...

Shane me miró sorprendido, sonriendo. Yo tomé de su mano nuevamente y entrecrucé mis dedos con los de él.

—¿Hablas en serio? – Dijo él, incrédulo.

—¿Me dejas? – Preguntó Lynn, sonriendo. Él tardó unos instantes, la analizó, saboreando el momento como si en realidad fuese un sueño. Pronto se ratificaría que era la más dulce de las realidades.

—No hay necesidad de que preguntes...

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