Un hombre prohibido [+18][NICKY]

Nombre: Un hombre prohibido
Autor: Luna
Artista ó personaje: Nicky Byrne
Adaptación: No
Género: Romance
Advertencias: No
Resumen: A sus 20 años, Kim no sabía qué hacer con su vida. No estudiaba, no trabajaba y se la pasaba de fiesta con sus amigos, era una carga para su familia. Por eso sus padres decidieron que pasara una temporada en Irlanda con su hermana mayor. Ahí se reencontró con el hombre que fuera su amor platónico cuando ella tenía 12 años, Nicky Byrne, el marido de su hermana.

Capitulo 1

Los Angeles, California

Mientras Kim estudiaba el boleto de avión, se encaminó hacia la sala de estar.

—¿Es en serio? —le preguntó a su madre.

Ellen Lane asintió contemplando a su hija menor.

—¿Papá está de acuerdo?

—Fue su idea.

—¡Cielos! —exclamó la chica —¿Por qué?

—Ya que no quieres estudiar ni tampoco trabajar con tu padre en el restaurant, pensamos que dos semanas con tu hermana te servirán para pensar qué quieres hacer con tu vida.

Kim frunció el ceño.

—Me están castigando,es eso.

—Dos semanas no es demasiado tiempo —dijo Ellen con suavidad.

—¿Para quién? —preguntó con cierta frialdad— Me voy a aburrir enormemente, Deb ni siquiera vive en Dublín, sino en un apestoso rancho en no sé dénde de Irlanda, ¿qué voy a hacer allí, ver vacas todo el día?

—Estoy de acuerdo contigo en que no hay mucho que ver en el campo, pero confío en que sabrás adaptarte. Deb está de acuerdo en recibirte.

—¡Qué! —exclamó Kim con indignación— ¿Ya hablaste de esto con ella?, como siempre, soy la última en enterarme de lo que pasa en esta familia. No bueno, por qué no deciden de una vez con quién voy a casarme, me ahorrarán el trabajo de buscarlo yo misma.

—Escoge tú. Dos semanas en Irlanda con tu hermana o empezarás a trabajar en el restaurante con tu padre.

Kim miró a su madre.

—De acuerdo, prefiero aburrirme en un rancho a que me pongan a lavar platos.




Westport, Irlanda

En la parte alta de la casa de los Byrne. Deb discutía la situación con su esposo. Deb caminaba de un lado a otro.

—Mamá me llamó esta tarde para decirme que ya habló con Kim sobre el viaje y que no le gustó nada la idea.

—Era de esperarse —dijo Nicky mientras se lavaba los dientes— Planearon todo esto a sus espaldas sin pedirle su opinión... yo también estaría molesto. —dijo enjuagándose la boca.

—¿Qué voy a hacer con ella durante dos semanas? Hace siete años que dejamos de vernos, fue cuando papá y mamá la mandaron a un internado en Londres y francamente no sé qué tanto cambió estos años.

—Vas a tener que ser muy paciente con ella, amor —expuso Nicky— Viene de California, allá las chicas son muy independientes y se mandan solas. Vas a tener que asegurarte de que respete las reglas de esta casa, ya sabes que no me gusta la indisciplina.

Deb estaba de acuerdo con su esposo.

—Me pregunto cómo va a reaccionar cuando sepa que no viene de 'vacaciones' precisamente, sino a trabajar en el rancho.

—Hicieron mal en no decirle —le reprochó Nicky.

—Lo sé, pero mis padres pensaron que se negaría a venir si se lo decían. No quiero ni imaginarme su reacción.

—En cambio yo, muero de curiosidad. Recuerdo que tenía un carácter muy fuerte para una niña de doce años. ¿Seguirá igual de impulsiva?

—Mmh... más bien quieres saber si sigue enamorada de ti, ¿no es cierto? —lo retó divertida Deb.

—¿Lo estaba? —preguntó Nicky fingiendo inocencia.

—No te hagas —dijo Deb levantándose y echando los brazos alrededor del cuello de Nicky— Te encantaba coquetear con ella sabiendo que le gustabas. Eras un malvado, jugando así con los sentimientos de mi hermanita.

—Y aún así te casate conmigo —dijo Nicky hundiendo su cara en el cuello de Deb y besándolo.

—Bueno, estaba enamorada de ti.

Nicky levantó la cabeza.

—¿Estabas?

—Ajá —dijo Deb con una sonrisa.

—Mmm... tendré que arreglar eso —dijo Nicky acercando sus labios a Deb.

El beso fue lento y exigente, Deb no se resistió a los labios de su amado, ella se pegó más a él mientras Nicky deslizó sus manos por la espalda acariciándola hasta llegar a su trasero donde dejó una de sus manos mientras que la otra se adentró en su braga, tocándola más intimamente.

—Ahora mismo te necesito —susurró Nicky contra sus labios.

—¿Aquí en el baño? —bromeó ella.

—O en la cama, pero sería algo nuevo hacerlo aquí en el piso. —sugirió él levantó la mirada, respirando agitadamente.

—Cama —dijo Deb.

—¿No la pared de la ducha? —insistió Nicky.

—Cama —repitió Deb.

—¿Dentro de la tina?

—Cama. —Dijo acariciando con suavidad la dureza en los pantalones de Nicky.

—Tu ganas —se rindió y dejó que una pequeña sonrisa cruzase sus labios mientras conducía a su impaciente compañera hacia la cama.